Es hora de proscribir a la Iglesia Católica

Fernando Vallejo habla de su obra “La Puta de Babilonia”. Este libro que sigue la línea del ensayo controversial es un escrito de gran rigor histórico y académico que con la irreverencia que caracteriza a Vallejo saca a la luz un memorial de agravios que la fe dogmática le ha causado a la humanidad.

En una entrevista a Ángel Berlanga del Observatorio ateo de la Argentina el escritor colombiano dijo que “sería útil que los seminaristas que todavía no tienen el cerebro lavado lean el libro que acaba de publicar”. Vallejo invitó al cardenal Bergoglio a debatir sobre el contenido del libro. Pero hasta ahora el silencio ha sido la única respuesta: “No se atreven -dijo Vallejo a Berlanga-, porque la Iglesia está acostumbrada a sostener que tiene la verdad, a imponerla por las buenas o las malas, como hicieron en la Inquisición, quemando a quienes quisieron acusar de brujería o herejía.

Están acostumbrados a engañar, a obnubilar y a embrollar, no a debatir”.

El nombre del libro fue tomado de la forma como los albigenses llamaban a la Iglesia Católica. La obra cuenta con 310 páginas en las que viaja hacia atrás y hacía adelante en el tiempo recordando y criticando fuertemente la historia sangrienta de la Iglesia Católica, principalmente. En este libro podemos encontrar abundante información sobre las torturas, matanzas, cruzadas, oposición a la libertad religiosa, libertad de conciencia, a la liberación femenina, y otras vilezas apoyadas por el papado. Vallejo también relata los derramamientos de sangre causados por el protestantismo y el Islam. Para empezar, Vallejo nos cuenta como el Papa Inocencio III envió a la muerte a veinte mil personas, entre albigenses y católicos de la ciudad de Beziers, Francia. Los masacraron a todos juntos, sin preguntar si eran leales al Papa o no, ya que la orden fue “Mátenlos a todos que ya el Señor reconocerá a los suyos.”. Sin pelos en la lengua Vallejo dice: “La Iglesia Católica, la ortodoxa y la protestante son la maldición más grande de la humanidad, casi tanto como el Islam”. La obra también escudriña como se formó el texto que hoy conocemos como la Biblia. En las páginas dedicadas a esto Vallejo confronta citas y textos del griego, latín y arameo para argumentar que no fueron de origen ni inspiración divina. Mostrando en esta sección una dedicación e investigación seria y profunda. El escritor colombiano también explora con detalle y humor ácido la solidez de la historia de Jesús, el hombre que sirvió de excusa para lo que Vallejo llama Institución criminal.

Reproducimos aquí parte de la entrevista de Ángel Berlanga publicada en ARGATEA - Observatorio ateo de la Argentina.

¿Se divirtió escribiendo el libro?

Sí, mucho. No hay forma de tomar tanta monstruosidad sin sentido del humor.

Fue creyente, en algún momento.

De niño estudié con los salesianos, que son peores que los jesuitas. Son terroríficos. Eran, porque ahora son casi una especie en extinción. Teníamos clase de apologética y nos enseñaban a defender la religión católica de todos, ateos, gnósticos, comunistas, protestantes. Estaba entrenado, porque el que lo está para defender también lo está para atacar.

Anota que se va a cobrar las deudas. ¿Cuáles?

Están las personales, que las puedo olvidar fácil, aunque me ensombrecieron la infancia con el terror al infierno, a las confesiones sacrílegas, al pecado. Toda esta satanización del sexo; el sexo, mientras no vaya destinado a la reproducción y no sea violento, es inocente. Lo personal no importa tanto; lo que hiere es la injuria y el desprecio por los animales que tuvo la Iglesia en toda su historia. La defensa de los animales es mi causa. Digo los superiores, los que tienen un sistema nervioso complejo, como los mamíferos. Y Cristo, que no existió, pero el que conocemos a través de esos evangelios, no tiene una palabra de amor por ellos. ¿Cómo puede ser paradigma de lo humano un hombre tan ciego que no ve el dolor de sus semejantes? El genoma del chimpancé coincide en el 99 por ciento con el nuestro: estamos muy emparentados.

¿Usted plantea que Cristo no existió?

No. Existieron muchos Cristos, pero no el encarnado, el histórico que pretende esta secta cristiana que se llamó católica y terminó imponiéndose a las otras cuando estableció su alianza con el emperador Constantino por el año 310. Por el 180 Celso escribió La palabra verdadera, donde cuenta que eran muchas sectas: gnósticos, ebionitas, docetistas. Pero antes del año 100 no hay cristianismo. Nadie lo puede probar.

¿Por qué sobrevivió esta secta?

Las razones son muchas. Primero, se subdividió en infinidad de sectas. Ofrecerle al ser humano la vida eterna y un cielo de premio y la amenaza del infierno son dos razones muy poderosas, porque todos queremos perdurar, nadie se quiere morir. Otra de las razones es su contubernio, sobre todo la Iglesia occidental, con el poder. Su historia empieza con el contubernio con Constantino, un genocida. Lo que importa es determinar que no es una religión, y que plantea una moralidad que no tiene.

Ese es el principal enfoque del libro.

En realidad se trata de un fanatismo con una historia manchada de sangre, plagada de falsificaciones y calumnias, de cerrazón mortal; provocaron la Edad Media, crearon la institución más monstruosa, la Inquisición. Es una empresa asesina y criminal disfrazada de religión. Y está durando más de la cuenta, es hora de que la proscribamos en nuestros países. Si consideramos al nazismo, que atropelló a la humanidad trece años, una empresa criminal, y hacer su apología es un delito, ¿cómo vamos a seguir tolerando a una institución con 1700 años de crímenes? Y sigue haciendo daño: sigue siendo un parásito de la sociedad, no trabaja, vive de limosna. Mientras existan el cristianismo y el Islam no hay esperanzas para el ser humano en la Tierra.

Dos instituciones sagradas para mucha gente.

Esa es la venda que tiene en los ojos buena parte de la humanidad. A estos fanatismos disfrazados de religión pertenece la mitad del género humano. Creo que llegó la hora de decir basta, o nos vuelven a las tinieblas medievales. De las que no salió el Islam, pese a que tiene jet e Internet. El Papa disfruta de las ventajas de las tecnologías modernas, que se dieron muy a su pesar, porque si alguien se opuso a los avances de todo tipo, espirituales o materiales, fue la Iglesia.

¿Cómo sería esta campaña para proscribirla?

Denunciémosla, iniciemos el debate. Hagámoslo aquí, en Latinoamérica, el continente más libre. Porque Europa y EE.UU. están aterrorizados, vivieron guerras de religión y viven en un equilibrio precario con distintos grupos radicales. Aquí somos homogéneos, hablamos el mismo idioma -el portugués de Brasil es muy cercano- y tenemos una sola religión, básicamente, que es la católica. Planteemos la pelea aquí.

Aquí, también, es donde hay más fieles cristianos.

Sí, un 90 por ciento de la población latinoamericana es católica. Planteemos el debate: éste es un libro riguroso y no está escrito con el afán de escandalizar ni vender. Propongo que se debata en los seminarios, donde los muchachos están todavía libres en el alma para pensar. Si a alguien le interesa el tema es a ellos, porque les va lo que sigue de la vida terrenal. Aún no tienen el lavado cerebral completo. Por qué la Iglesia no manda a sus representantes para que respondan este memorial de agravio, o el prontuario que es mi libro. Podríamos sostener un debate público con el cardenal Bergoglio en algún seminario.

¿Tuvo reacciones de parte de la Iglesia?

Nunca responden. Pero eso es una respuesta: no pueden defenderse. Ellos saben que es una historia de sangre y atropellos.

El Papa anterior le caía muy mal. ¿Qué le va pareciendo éste?

Este Papa es de una torpeza asombrosa. Su predecesor era un hombre perverso y vanidoso, dañino como pocos, el gran avivador de la hoguera de la paridera en un mundo superpoblado. En los 26 años de pontificado de Wojtyla subió la población mundial a 2200 millones de habitantes. Era un engañador de multitudes, de un rebaño imbécil. Y este Ratzinger pasó de gran inquisidor a montarse impúdicamente en el papado. Lo que vino a decir a Brasil es una estupidez, ya los mismos católicos le recordaron a Fray Bartolomé de las Casas, que denunció cómo la Iglesia arrasó, junto con los conquistadores, todas las civilizaciones y culturas americanas. Este va de una torpeza a otra.

¿La abolición del limbo es una torpeza?

(Se ríe.) Eso es muy grave: ¿dónde van a meter a todos los inocentes que no pertenecieron al cristianismo porque vivieron antes de Cristo? El limbo era tan necesario como el purgatorio; sin purgatorio no hubiera habido indulgencias, eso que inventó Bonifacio VIII en 1300, para sacar a los seres queridos de ahí mediante el pago de dinero a la Iglesia. Junto con el infierno, para disuadir y aterrorizar, y el cielo -el premio de vida eterna para una vida pasajera que es ésta, porque no hay más-, el purgatorio y el limbo son instituciones clave en esta empresa de engaños.

¿Y la idea de dar misa en latín?

Eso es imposible, es volver al pasado, embrollar las cosas escudándose en una lengua que no conoce nadie. Cómo lo van a enseñar a los curas. El latín que hablaban era el macarrónico, una lengua muerta tratando de hacerla viva. Cómo van a traducir al latín los términos del mundo moderno.

¿Por qué cree que plantean esto?

¡Porque es un hombre absurdo este señor Benedicto! Obcecado y necio. Estoy sospechando que es un retardado mental, pese a su capacidad de maldad y su habilidad política para llegar al gran puesto de la cristiandad. Subió ahí como Putin de la KGB al Kremlin.

Estará al tanto del apoyo de la Iglesia argentina a la dictadura.

Siempre fueron cómplices de los que están arriba. También fue cómplice de Pinochet el cardenal Sedano, y luego pasó a ser secretario de Estado del Vaticano.

Un represor declaró que los vuelos de la muerte habían sido aprobados por la jerarquía eclesial como una forma “cristiana y poco violenta”.

Yo no sé si la Iglesia se está volviendo compasiva, porque antes quemaba a la gente viva. No sé qué será peor, si morirse ahogado en el mar, tirado desde un avión, o quemado en la hoguera. Y más allá de su participación directa o de su tolerancia hipócrita aquí, está clara su participación en la Segunda Guerra. El Obispado alemán echó al vuelo las campanas en honor a Hitler. Y el italiano estuvo con Mussolini. Y el español, casi todo, con Franco. Son cómplices de asesinos.

Pero usted reconocerá que hay curas de buena voluntad.

Evidentemente. Pero de muy limitada capacidad mental.

¿Por qué cree que permanecen, entonces, en la Iglesia?

Porque no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír. No hay forma de convencer al que se quiere obnubilar. Es muy curioso y uno puede verlo en su propia familia: uno no puede ni convencer a la gente más cercana, porque es una educación que está ya en las neuronas, como si se hubiera metido con un cincel en la cabeza.

¿Y eso qué efecto trae?

La inmensa mayoría de los católicos, o de los cristianos si queremos ir más allá, es gente egoísta que vive para parir hijos y su solidaridad termina ahí, con sus hijos. Y a veces ni eso, porque hay infinidad de padres que tiran a sus hijos a la calle: América latina está llena de eso. El ser humano es egoísta y tal vez no pueda dejar de serlo, porque la mayoría vive agobiada por el horror de la vida, estrecheces económicas, exceso de gente: todo el mundo está tratando de sobrevivir, apenas. Por eso es imposible pedir generosidad al conjunto.


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