Astrofísica. Científicos del Instituto de Carnegie en Estados Unidos, han conseguido crear un modelo sobre la formación del Sistema Solar que apunta hacia la explosión de una estrella masiva como el desencadenante.
Las sospechas estaban ahí. Sin embargo, ningún científico que se respete afirmará un hecho basado sólo en sospechas. Aún así, cada estudio y descubrimiento fortalecía aquel pensamiento testarudo sobre el origen del Sistema Solar, ese vecindario que nos aloja junto con otros siete planetas y dos plutoides. Ciertamente, no sólo el nacimiento de nuestro sistema ha ido evolucionando con el tiempo sino que los investigadores han descubierto estructuras varias que han transformado hasta la forma de este barrio espacial. Plutón, que era un planeta, ahora se encuentra en otra categoría como una roca con sus originales propiedades y otros objetos espaciales han sido identificados en la periferia del sistema. Pero ahora se han confirmado las sospechas y los investigadores están satisfechos con el escenario creado y los resultados obtenidos.
Antes de esta nueva confirmación, algunos modelos habían sugerido la teoría de que un intenso supernova, la explosión de una estrella, había dado origen a nuestro Sol y las rocas que giran a su alrededor, incluyendo nuestra Tierra, sin embargo, los modelos que habían logrado confirmarlo hasta este momento sólo tomaban en cuenta un escenario con una temperatura constante, algo realmente inaudito y simplista durante la formación de estrellas y planetas.
“Tenemos esta idea de que una onda residual de un inmenso supernova desencadenó el colapso de una nube de gas densa y polvorosa que con el tiempo se contrajo, formando así el Sol y los planetas. El reciente trabajo demuestra que esta formación pudo haber sido posible en condiciones de temperaturas extremas que oscilaban entre lo extremadamente caliente y frío”, expresó para el diario de Astrofísica, donde fueron publicados los resultados del modelo, Alan Boss, autor principal del experimento del Departamento de Magnetismo Terrestre en el Instituto Carnegie.
“Hemos tenido evidencia de que un supernova había desencadenado la formación del Sistema Solar desde la década de los setenta cuando analizamos evidencias químicas de meteoritos pero la dificultad de demostrarlo ha estado en los detalles. Necesitábamos componer un escenario autoconsistente donde el colapso es desencadenado al mismo tiempo que isótopos del supernova son inyectados en la nube colapsada”, dijo Boss.
El nuevo modelo permite que sepamos con exactitud estos datos gracias al estudio de los isótopos. Ahora sabemos que nuestro vecindario comenzó hace nueve mil millones de años con una pequeña explosión, miles de millones de años después de la gran explosión que formó al Universo. Glenys Álvarez
Tiempo en las “hijas” de un isótopo
Un isótopo son versiones de elementos pero con distintos componentes, es decir, con los mismos números de protones pero con diferentes cantidades de neutrones. Los astrofísicos saben que los isótopos radioactivos de corta vida permanecen activos durante millones de años antes de transformarse en otros elementos que son conocidos como las hijas de estos isótopos o elementos. Conocer y analizar estas hijas en meteoritos primitivos permite que sepamos más o menos la edad en que fueron formados, por ejemplo, los radioisótopos de corta vida cuya hija ha sido encontrado en un viejo meteorito, debió haberse formado entonces un millón de años antes de que estos mismos meteoritos nacieran. “Tomemos el ejemplo de un padre isótopo como el hierro-60, este elemento se convierte en níquel-60 y este níquel ha sido descubierto en meteoritos primitivos, por lo tanto sabemos cuándo el isótopo padre fue formado pero no cómo llegó ahí”, dijo Boss.
Para crear un modelo
Ni la computadora más poderosa es lo suficientemente inteligente para crear un modelo de la formación del ago tan impresionante como el Sistema Solar ella solita. Para ello, necesita el conocimiento de los físicos y astrofísicos que han logrado crear un sinnúmero de escenarios donde los isótopos pasaron por la transformación que conocemos hoy debido al análisis de meteoritos primitivos. El problema era la temperatura. Estos escenarios funcionaban cuando las temperaturas eran constantes, un hecho irreal. Estos problemas dejaban la duda entre los investigadores que no pueden afirmar sin las evidencias. Luego de varias pruebas y ensayos, el uso de un programa refinado y adaptado al código hidrodinámico llamado Flash 2.5. Con una nueva ley del enfriamiento y la composición de varios escenarios, logramos demostrar bajo qué condiciones este onda de supernova desencadenó la formación del vecindario.
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