Medicina. Investigaciones modernas han descubierto que la costumbre de descansar durante un aviso de parto prematuro puede ocasionar más daños que beneficios.
Al principio estaba muy asustada pues pensaba que perdería el bebé pero mi doctor me aseguraba que mucho descanso en la cama retardaría el nacimiento prematuro de mi segundo hijo. Aún así, mis sentimientos eran todos de miedo”, relata Jeanette Rodríguez, de 37 años y madre de dos niñas, de 8 y 4. “Para la segunda semana, mi miedo se transformó en frustración y aburrimiento y aquellos sentimientos se desplazaron por toda la casa. Fueron unas semanas terribles”.
Pero el final de Jeanette fue feliz. Su niña, ahora de cuatro años, nació de parto natural luego de casi dos meses de descanso, primero en el hospital y luego en la casa. A las 36 semanas, la bebé ya tenía sus pulmones formados y a los pocos días pudo irse a la casa, aún así, el descanso en la cama provocó nuevos efectos secundarios en la mujer.
“Me sentía fatigada todo el tiempo y caí en una depresión terrible. Al final, mi esposo y mi madre se encargaron de todo mientras yo visitaba un psiquiatra para salir del infierno en que me encontraba”.
Para Jeanette, aquellos meses eran producto, más que nada, de una depresión postparto. Sin embargo, recientes estudios internacionales han descubierto que el descanso en la cama podría tener más efectos adversos que beneficios, tanto para la madre como para el bebé. Además, análisis e investigaciones han advertido que ninguna prueba o experimento clínico científico ha demostrado aún que el descanso en la cama tenga beneficios para las mujeres con aviso de parto prematuro.
“Creemos que los médicos, al no tener todavía las herramientas para contrarrestar la amenaza de un parto prematuro, recetan el descanso como una medida inocua que podría o no beneficiar al feto. La madre, por supuesto, se encuentra tan asustada que haría cualquier cosa por salvar al bebé. Aunque, es posible que la solución cree problemas peores”, explicó la doctora Judith A. Maloni.
De acuerdo con un estudio a largo plazo patrocinado por el Instituto Nacional de la Salud en Estados Unidos y que tuvo un costo de 1.7 millones de dólares, el descanso en la cama puede provocar más daños que beneficios. No sólo la evidencia de su efectividad es inexistente sino que los estudios clínicos han demostrado que produce efectos secundarios nocivos entre las mujeres.
“Los resultados de cuatro análisis clínicos nos aseguran que existen más de 17 problemas físicos relacionados directamente con el descanso en cama. Más aún, no sólo la madre sale afectada sino que el bebé puede traer problemas ocasionados por el descanso. Lo pero es que las mujeres que descansan no siempre tienen su bebé, hemos descubierto que no existe ninguna diferencia entre las pérdidas de las mujeres que descansaron y las que no, por el contrario, es probable que las que no se quedaron en cama hayan perdido menos niños que las que sí descansaron”, explicó Maloni, la directora del estudio.
Los mitos y leyendas surgen fácilmente alrededor del embarazo. La embarazada está expuesta a un sinnúmero de “consejos”, basados en leyendas y folclor y sin ninguna base científica. Al parecer, el descanso luego de un aviso de parto prematuro es uno de estos mitos.
“Hemos visto que las mujeres que son sometidas a descanso en cama sufren más abortos prematuros que las mujeres que no se quedan en cama. Además, el embarazo, el nacimiento y el postparto son mucho más saludables si la mujer no se encuentra confinada a la cama”, escribió Maloni para el periódico The New York Times.
De hecho, análisis y experimentos realizados por investigadores de la aeronáutica han informado varias veces que el descanso en cama produce más daño que beneficios y existe una larga lista de los problemas que puede acarrear. Desde dolores de espalda hasta atrofia muscular, estar acostado puede también disminuir la producción de glóbulos rojos en la sangre, lo que además pone en peligro la vida del feto que tratamos de salvar, ya que los glóbulos rojos se encargan de llevar oxígeno y nutrientes hasta la criaturita.
“Creo que lo que más me molestaba al final era no poder cuidar a mis dos hijas, porque también la primera estuvo muy desatendida. Me sentía culpable, fatigada, frustrada y deprimida. No soportaba estar en la casa pero no sentía ganas de salir por la fatiga. Menos mal que pude salir de aquel estado y cuidar de mis hijas. Aunque ciertamente, si un doctor me dice que es por el bien del bebé es probable que lo vuelva hacer”, concluyó Jeanette.
Problemas físicos del descanso
Dolores en la espalda, las caderas y los músculos.
Dolores de cabeza.
Congestión nasal.
Resequedad de los labios y la piel.
Altos niveles de depresión.
Atrofia muscular.
Incremento notable en el nivel de fatiga.
Pérdida de peso.
Metabolismo anormal de los carbohidratos.
Reducción del volumen sanguíneo.
Reducción del conteo de las células rojas.
Problemas emocionales
Aburrimiento.
Frustración.
Irritabilidad.
Culpabilidad.
Miedo.
Formas de contrarrestar los daños
Si se ve en la necesidad de guardar cama, siga los consejos siguientes:
Cambie de posición a menudo.
Evite acostarse boca arriba porque esta posición disminuye el flujo sanguíneo a la placenta.
Utilice almohadas para acomodar el abdomen, las piernas, los hombros y la espalda.
Haga ejercicios simples para mejorar la circulación y minimizar la pérdida ósea y muscular, como flexionar los dedos de los pies, rotar las manos y hacer círculos con la cabeza. También tense y relaje los músculos de sus brazos y piernas.
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