Uno de los mejores libros de neurología cuenta uno de los casos más curiosos en los anales de la medicina. El paciente fue atendido por el famoso neurocirujano e investigador V. Ramachandran quien reporta con minuciosos detalles el mundo en el que vivía este hombre sin memorias. El paciente había sufrido daños irreparables en el hipocampo, una parte importante del sistema límbico cerebral que se encarga, entre otras cosas, del almacenamiento de memorias. Ramachandran cuenta que habló por algunos quince minutos con el sujeto y luego salió de la habitación por un momento; cuando volvió a entrar, el paciente ya no recordaba quién era el doctor.
El neurólogo explica que la parte afectada del cerebro del señor es la que se encarga de almacenar recuerdos nuevos hacia las memorias a corto y a largo plazo. Como la persona es incapaz de guardar lo que aprende y percibe, es imposible que recuerde nada nuevo. El paciente sólo recuerda las cosas que almacenó en su memoria antes del accidente, después del evento es incapaz de generar nuevas memorias.
“El paciente podría leer el periódico de hoy todos los días y creer que se trata de noticias nuevas. No puede enviar mi rostro a su memoria, no puede enviar nada nuevo, sólo capta lo que le pasa en el momento y luego lo olvida, es incapaz de recordar”, escribió el autor en su libro Fantasmas en el cerebro.
El hipocampo es la memoria del cerebro. Esta región es conocida por su trabajo en el aprendizaje y en el almacenamiento de recuerdos nuevos a corto y a largo plazo. Esta región también está involucrada en condiciones psiquiátricas como la esquizofrenia y la depresión severa, donde su tamaño disminuye notablemente. El hipocampo es afectado por el estrógeno, el estrés y protagoniza enfermedades de la memoria como el Alzheimer.
En esta ocasión, la región figura como la estrella principal de una investigación sobre la actividad neuronal. La doctora Wendy Suzuki, de la Universidad de Nueva York, en Manhattan, observó los cerebros de dos monos mientras aprendían a jugar con un video para la computadora. La doctora notó que cada vez que uno de los animales aprendía un escenario o una actividad nueva, ciertas células en el hipocampo emitían señales particulares. Es la primera vez que se observan los detalles de la fundación de la memoria a nivel neuronal.
“Cuando las células del hipocampo cambiaban su actividad neuronal era como ver nacer una memoria nueva en el cerebro”, escribió la investigadora en la descripción de su investigación en la página de la universidad.
De hecho, el análisis ha sido tan exhaustivo que la doctora pudo observar 25 células cambiantes almacenando y aprendiendo nuevas actividades.
“Parece que la actividad de las células cambiantes es coordinada de una forma bien particular cuando nuevas memorias son almacenadas. Algunas de estas células mostraron un cambio sostenido luego de haber finalizado la prueba mientras que otras retornaron a su nivel normal. Creemos que aquellas que sostuvieron el cambio están involucradas en la memoria a largo plazo”, explicó Suzuki.
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