La fuente de la juventud está en los genes

Según recientes investigaciones, todos los animales envejecen de forma similar. Estas son buenas noticias en el área de la medicina que trata, específicamente, las enfermedades causadas por el proceso de envejecimiento. Las investigaciones sobre este proceso natural de la vida, están produciendo resultados bastante sorprendentes.

El estudio genético del envejecimiento comenzó con un gusanito microscópico denominado Caenorhabditis elegans. Durante estas investigaciones, los científicos descubrieron un gen que se encarga de dar órdenes para la producción de una proteína y sus receptores. Esta proteína ha sido conocida en el mundo de la biomedicina como DAF-2 y una vez su actividad es reducida, la expectativa de vida del organismo puede llegar al doble de lo normal. Los científicos continuaron experimentando con estas proteínas hasta que llegaron a un camino genético que reciben las señales de esta proteína. Este camino y sus receptores han sido llamados IGF y su descubrimiento ha abierto las primera puertas humanas hacia el descubrimiento de la afamada fuente de la juventud.

Luego del estudio con C. elegans, los científicos descubrieron que las moscas también utilizan el mismo camino para comenzar el envejecimiento de sus células. Los estudios realizados con la Drosophila melagonastaster, sugieren que los receptores de IFG también están involucrados en el curioso desarrollo del envejecimiento y sus enfermedades. No obstante, las moscas y los gusanos están un poco alejados de la realidad humana y los investigadores querían demostrar que estos procesos pueden ser encontrados en mamíferos vertebrados también. Por lo tanto, las investigaciones con roedores comenzaron. Especialmente luego de la publicación completa del genoma del ratón, que ha demostrado ser una verdadera ayuda en el estudio de la medicina humana.

El paso desde el mundo de los gusanos hasta el mundo de los mamíferos es crucial. Una vez el experimento es logrado en roedores, es mucho más fácil enlazar los resultados en los humanos, cuyos organismos son aún más complicados.

En esta ocasión, por ejemplo, el equipo de investigadores, dirigido por Martín Holzenberger y Joëlle Dupont, explicó que en los mamíferos, las interacciones entre genes, proteínas y receptores son mucho más complicadas que los invertebrados. En los primeros experimentos los científicos encntraron problemas metabólicos en los ratones diseñados sin ambas copias de los receptores IGF.

Los mamíferos, especialmente los humanos, tenemos distintos receptores para moléculas varias de insulina y otros factores que afectan el crecimiento y el desarrollo hormonal. Comprobamos en el laboratorio que si desactivábamos en los ratones las dos copias de los receptores para la proteína que inicia el envejecimiento en los gusanos y las moscas, los animalitos no sobrevivían y se morían al nacer. También vimos cómo la reducción de estos niveles de proteína en estos animales producía enanismo y otros problemas metabólicos”, explicó Holzenberger para el diario científico Nature donde fue publicado el experimento.

Este descubrimiento hizo que los investigadores se movieran a la próxima fase del estudio. “Si desactivamos una sola copia de estos receptores sólo alargaremos la vida del roedor en un 26%, y lo mejor es que no se presentan los problemas mencionados anteriormente”, aseguró el investigador.

Estas investigaciones están ordenando un poco el rompecabezas más intrigante en el estudio de la biomedicina moderna. El envejecimiento humano y la búsqueda de una fuente genética de la juventud es un objetivo que interesa a cualquier ser humano dispuesto a añadir más de 20 años a su vida. A mediados del siglo pasado, los médicos comenzaron a entender las causas del envejecimiento humano. En 1952, los radicales libres de oxígeno fueron responsabilizados por el inicio del proceso de envejecimiento en los mamíferos, incluyendo a los seres humanos.

Desde entonces, los investigadores han intentado entender el proceso exacto que nos lleva a desarrollar arrugar y otras enfermedades típicas de la vejez. Por mucho tiempo se pensó que una dieta baja en calorías estaba entre las soluciones al problema. Pero no es tan simple.

Sabemos ahora que los radicales libres de oxígeno sí tienen mucho que ver con el envejecimiento. En este nuevo estudio, verificamos que los receptores y la proteína IGF tienen el efecto biológico de reducir la aparición de radicales libres en el organismo. Esta disminución aumentó la expectativa de vida en los roedores sin cambiar ninguno de los demás elementos normales en sus metabolismos”, expresó Holzenberger.

El estudio ha abierto la primera ventana genética hacia un mejor entendimiento del proceso de envejecimiento en los roedores. Los investigadores esperan que el estudio con los receptores IGF y con roedores modificados genéticamente con tan sólo una copia del gen que las produce, aumentará las probabilidades en el futuro, de eliminar la vejez y sus enfermedades del concurrido repertorio en la medicina humana.

Un producto genético

Los ratones que utilizan los investigadores en sus experimentos ya pueden ser adquiridos en un diseño a la medida. Los científicos sólo tienen que pedir sus ratones con genes específicos desactivados y estudiar de esta forma los efectos en el organismo.

En el experimento actual, los ratones utilizados tenían una copia del gen que se encarga de codificar a las proteínas y a los receptores IGF. Estos roedores, comentan los científicos, se desarrollaron perfectamente. Todos llegaron a la pubertad en el tiempo normal, tuvieron tantas crías como los ratones del grupo control, sus metabolismos se comportaron de forma regular junto con la temperatura corporal, la conducta alimenticia, el tamaño y la actividad que ejecutaban diariamente. La única e importante diferencia fue el aumento en la expectativa de vida. Los ratones con una sola copia del gen DAF-1 vivieron un 26 por ciento más que los del grupo control.


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