Albert Eintein tenía razón, otra vez. Los resultados de la medición de la velocidad de la gravedad, que se calculara el pasado mes de septiembre, confirman que el famoso físico estaba en lo correcto cuando teorizó que la gravedad y la luz se mueven a la misma velocidad. Antes que Einstein propusiera su teoría de la relatividad, como el modelo estándar que explica mejor el funcionamiento del mundo en el que vivimos, Isaac Newton sugirió que la gravedad era instantánea.
En otra ocasión, también se creyó que la luz se movía de forma instantánea por el universo. No obstante, varios experimentos han comprobado que la velocidad de la luz es una constante que viaja a 300,000 kilómetros por segundo, como Albert había escrito. Pero aún no se había podido obtener resultados contundentes y precisos sobre la velocidad de la gravedad.
Sin embargo, Sergei Kopeikin propuso tomar las mediciones el pasado septiembre cuando un fenómeno irregular se llevaría a cabo dentro del Sistema Solar. Este particular acontecimiento permitiría tomar las mediciones de la misma forma como Sir Arthur Eddington probó una de las teorías de Einstein por primera vez.
Aquello ocurrió en 1919, Albert aún vivía. Eddington aprovechó un eclipse solar para comprobar el efecto curvo que ejerce la masa del sol en las estrellas. Algo que el Eisntein había teorizado anteriormente. De más está hoy decir que Eddington demostró que Albert estaba en lo correcto. Aquella vez, varios investigadores junto a él observaron que la posición de las estrellas en el cielo se movía dependiendo si el sol estaba cerca o no de su línea visual. Desde entonces, todos los experimentos realizados hasta el momento han demostrado que Albert Einstein estaba en lo correcto.
Siguiendo con esa línea de razonamiento, Kopeikin, de la Universidad de Missouri, en Columbia y Ed Fomalont, del Observatorio Nacional de Radioastronomía, en Virginia, aprovecharon el particular paso de Júpiter el pasado 6 y 7 de septiembre. Ese fin de semana, el gigantesco planeta atravesaría una línea que lo pondría entre un cuásar y el planeta Tierra, lo que permitiría observar el efecto de la gravedad en las ondas radiales que emiten los cuásares.
Un cuásar es una galaxia lejana e intensamente activa que emite fuertes ondas de radio. Los investigadores se preguntaron, qué tan rápido afectarían las ondas gravitatorias del enorme planeta a las ondas radiales que salen del cuásar. Para responder la cuestión, los investigadores utilizaron once telescopios, unos se encuentran en las Islas Vírgenes, otros en Hawai y otros más en Alemania, que observarían y buscarían cualquier tipo de distorsión causada por la masa y la velocidad del planeta al pasar entre el cuásar y la Tierra.
“Sabemos que si la gravedad viajara de forma instantánea, la galaxia que observamos, llamada J08942, formaría un círculo perfecto a su alrededor y volvería a su estado normal después del paso del planeta. Pero lo que obtuvimos fue completamente distinto. Las observaciones nos dicen que la gravedad se mueve un poco más lento y se tomó un poco de tiempo ver las distorsiones que causaban en las ondas radiales del cuásar. Una vez que medimos estas cantidades de tiempo, obtuvimos nuestro resultado”.
La mayoría de los físicos no esperaban nada distinto.
“Sabíamos que los resultados estarían de acuerdo con las teorías de Einstein. Si no fuese así, muchos otros experimentos no hubieran salido bien. Si la gravedad viajara a una velocidad distinta de la luz, la física moderna hoy estuviera en graves aprietos”, escribieron en un informe los representantes de la Asociación Americana de Astronomía (AAS, son sus siglas en inglés).
“Lo que vimos fue impresionante. De pronto nos hemos convertido en los dos físicos que han medido por primera vez la velocidad de la gravedad, una de las constantes fundamentales en la naturaleza. Cuando Júpiter pasó entre el cuásar y la Tierra, su campo gravitatorio, que es bastante fuerte debido a su gran masa, peso y velocidad, dobló las ondas radiales del cuásar. Entonces medimos la cantidad de tiempo que pasara entre el eclipse galáctico-planetario y la observación de los efectos en las ondas radiales que pasaron cerca del planeta. De esta forma llegamos a la conclusión de que la gravedad y la luz viajan a una misma velocidad”, explicó Kopeikin.
Una oportunidad como ésta tardaría más de una década para que ocurra nuevamente. Ahora sabemos que la fuerza de la gravedad, que mantiene a la Tierra rodando en forma circulatoria, tarda un poco más de ocho minutos en llegar a la Tierra. Igual que la luz del sol. En otras palabras, si algo le pasara al sol, que de repente se desvaneciera, los habitantes terrestres tardaríamos 8,3 minutos en sentirlo. El planeta también tardaría este tiempo en abandonar su órbita y desplazarse en línea recta y sin rumbo por el espacio.
Si el sol se sale de órbita
La luz del sol, o los fotones que la forman, tarda 8.3 minutos, aproximadamente, en llegar a la Tierra. Es decir, que si algún día el sol explotara, los efectos del fatal supernova nos llegarían luego de ocho minutos de su ocurrencia.
De la misma forma, los equipos que tuvieron a cargo la medición de la gravedad, han descubierto que Albert Einstein estaba en lo correcto y lo mismo ocurriría con la órbita terrestre. Si el sol, por alguna causa desconocida, se saliera de su órbita, la Tierra no lo haría hasta un poco más de ocho minutos después, cuando los efectos de la gravedad llegarían hasta el planeta. Luego de estos ocho minutos, el globo terráqueo saldría de su órbita elíptica para correr en línea recta y sin control por el Universo. En otras palabras, si algo le pasa al sol, usted tendrá un poco más de ocho minutos para ver desaparecer la luz del cielo y sentir la fuerza de gravedad cuando abandone completamente a la Tierra.
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