Una mutación que afecta la inteligencia

Biología. Una mutación en el gen ZC3H14 se origina en dos árboles familiares independientes y los individuos afectados padecen de discapacidad intelectual sin el síndrome, lo que significa que no se ha alterado su desarrollo anatómico

Para que se forme el cerebro con toda su comunicación y sus funciones, los genes deben de estar bien. Y no sólo ellos, más allá de nuestro ADN existe otra molécula conocida como ARN y es la efectiva combinación entre todas ellas que permite que el cuerpo de un organismo funcione bien. Y el cerebro, sabemos bien, es un órgano complicado; la materia gris y blanca nos regala tantas cosas, desde el automatismo de respirar, la sensación de enamorarnos, el placer que sacamos de los sentidos hasta la recompensa que llega con la inteligencia.

Ciertamente, el ingenio ha sido una habilidad muy estudiada. El crecimiento cerebral, la conexión cada vez más intensa entre neuronas y la especialidad en sus funciones por áreas dotaron al cerebro humano, entre las especies conocidas, con una capacidad asombrosa para descubrir y progresar. La inteligencia, el dominio abstracto y el raciocinio son algunas de las encantadoras dotes humanas que poseemos, y lo sabemos bien porque también hemos visto lo que ocurre cuando no llegamos con ellas dañadas o las perdemos.

Es lo que ocurre con lo que era antes conocido como retardo mental pero que hoy se le llama discapacidad intelectual (DI), el cerebro de la persona muestra problemas para activar habilidades de inteligencia y factores de adaptación, algo que necesitamos y utilizamos todo el tiempo. Pues la historia sobre este experimento no inicia en la unión de dos estudios pero definitivamente la empuja hacia un mismo objetivo.

Sucede que unos investigadores en la Universidad de Emory estaban analizando a unas moscas muy torpes. Estos insectos siempre estaban con las alas abiertas pero no podían volar (los insectos normales cuando están detenidos pliegan sus alas a los lados), pero los insectos apenas podían moverse bien porque tenían una mutación en el gen dNab2. Esta gente tiene desde el año 1990, estudiando estos genes en el trigo.

Pues bien, los investigadores escucharon de unos estudios realizados por la Universidad de las Ciencias para la Ayuda Social y la Rehabilitación, en Teherán, y en el Instituto Max Planck, en Berlín, donde los sujetos eran unas familias que se casaban entre ellos. Los científicos buscaban en las nuevas generaciones de estos genomas similares y unidos, mutaciones genéticas que causaran el DI.

“Descubrimos una mutación en el gen ZC3H14 que surgía en dos árboles familiares independientes y cuyos individuos afectados padecían de discapacidad intelectual sin el síndrome, lo que significa que no se ha alterado su desarrollo anatómico ni padecen de otras condiciones como el autismo”, explica Masoud Garshasbi de Max Planck.

Sabemos bien que los genes hacen proteínas, pues bien, lo bueno de la condición descubierta es que no elimina toda la proteína que se hace con el gen y los investigadores piensan que es por eso que la mutación no es fatal. “Se sospecha que la única razón por la que estas personas andan caminando es porque esa isoforma se encuentra todavía ahí”, explica el profesor de bioquímica Ken Moberg, de Emory, quien junto a su grupo desarrolló las moscas con la mutación que causaba ese tipo de DI.