Estudio. Mediante el rastreo de cien mil celulares en Europa, científicos han reunido datos que brindan una idea clara del movimiento de individuos en sus hábitats y los resultados, aunque familiares para los conocedores de la conducta humana, aseguran que la mayoría no se mueve más de unas cuantas millas alrededor de su hogar
Usted y yo nos movemos. Durante el día andamos de un lugar a otro realizando diferentes diligencias y desplazándonos desde la casa hacia otros puntos de la ciudad. Y, desde que comienza el día, un elemento que es posible rastrear nos acompaña inequívocamente en nuestras andanzas: el celular. Pues bien, un reciente experimento ha utilizado este detalle de nuestras vidas para intentar medir “un elemento tan efímero como el movimiento”.
La investigación analizó datos rastreados de cien mil celulares en Europa. Debido a las nuevas reglas sobre el terrorismo, es posible obtener información sobre la locación de cualquier celular en el mundo, aunque los científicos aseguran que la revelación recogida no incluyó ningún dato personal sobre los usuarios, sólo un mapa geográfico de sus movimientos.
“Es sorprendente la regularidad que mantienen las personas, es irrefutable aquello de que somos criaturas de hábito ya que, de acuerdo con los análisis de la indagación, las personas, por lo general, no se mueven más allá de unas cuantas millas de sus hogares. La gente siempre regresa a los mismos lugares y los elige por la proximidad a la casa o al trabajo”, explicó Albert-László Barabasi, uno de los autores del proyecto y director del Centro para Investigación de Redes Complejas de la Universidad Northeastern. “Investigaciones similares están creando enormes oportunidades para la ciencia”.
Indudablemente, existen ramas científicas en las que no solemos pensar pero que podrían ser afectadas positivamente por los resultados de este nuevo experimento. Una de ellas es el planeamiento urbano y la otra es el rastreo de la difusión de enfermedades en el mundo a través de distintos portadores. Sin embargo, es la conducta humana, tan familiar para todos nosotros pertenecientes a esta misma especie, ese elemento que no deja de asombrarnos. En este experimento, las costumbres del hombre moderno se hacen palpables en los datos recogidos y aunque lo que dice no es nuevo, sí es interesante.
“Las andanzas de las personas están tan sujetas a sus rutinas que mediante el uso de sus patrones de movimiento que emergieron de la investigación es posible obtener las probabilidades de que un individuo se encuentre en una locación en específico”, escribieron los autores en el diario científico Nature donde fueron publicadas las conclusiones de la investigación.
En estudios anteriores, otros expertos habían intentado rastrear el movimiento humano usando dinero. Mediante algoritmos y fórmulas complejas, los investigadores habían descubierto las mismas costumbres alcanzadas por el estudio con los celulares. “Cuando me enviaron los resultados para que lo revisara pensé ojalá y este experimento no contradiga lo que habíamos descubierto antes pero luego me di cuenta que no sólo corroboró nuestros estudios sino que lo ha hecho fácilmente con los datos del celular, es mucho mejor que el dinero, la gente siempre anda con su celular aunque no ande con dinero”, expresó Dirk Brockman, profesor de física en Northeastern.
Para medir el movimiento
Por mucho tiempo científicos de distintas áreas han estado buscando la forma de medir el movimiento, no sólo como un medio de planificar mucho mejor las ciudades, sino como una medida eficaz para mejorar sistemas de emergencia que expliquen matemáticamente la situación geográfica de los individuos. “Datos similares pueden ser recogidos en cualquier lugar para ayudar en casos de emergencia o para determinar la expansión de un virus. Anteriormente, era necesario usar fórmulas complejas y algoritmos para descubrir información sobre el movimiento de las personas y las probabilidades de que se encuentren en un lugar y no en otro a cualquier hora del día, sin embargo, mediante el rastreo de celulares podemos descubrir un sinnúmero de antecedentes que beneficiarán hasta el trabajo policial”, explicó Barabasi. Sin embargo, la ética actual no permite el uso de celulares para obtener información, de hecho, es un tema que debe ser debatido aún los datos personales del usuario no sean vistos por los científicos.
La gente no se mueve mucho
Aunque la agitación a nuestro alrededor nos parezca monumental, la gente en general no se mueve mucho. Las investigaciones realizadas hasta el momento, la nueva con los celulares y las anteriores con dinero, concuerdan en que sólo una minoría recorre más de varias millas fuera de su casa, la mayoría nos movemos como pequeños ratoncitos en el mismo laberinto, día tras día. Además, otro estudio que está siendo analizado en estos momentos sugiere que el tamaño del país o la ciudad no cambia demasiado los resultados ya que los patrones de nuestras andanzas parecen guiarse por una ley universal que está por encima de la dimensión del espacio en el que nos movemos. Sin embargo, la ética actual no permite el uso de celulares para obtener información, de hecho, es un tema controvertido que debe ser debatido aún los datos personales del usuario no sean vistos por los científicos. “No vemos los celulares como algo público sino un elemento privado, algo que no debe ser rastreado sin el consentimiento del dueño”, dijo Brockman.
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