Beneficios de la clonación terapéutica

Existen dos tipos de clonación. Los científicos le llaman a una la clonación terapéutica y a la otra la clonación reproductiva. La diferencia básica y esencial entre ambos tipos no reside en las técnicas y en los métodos utilizados en los laboratorios, tampoco está en el proceso en el que se realizan. Esta importante y crucial diferencia se encuentra en los resultados.

La clonación reproductiva ha sido exitosa produciendo organismos con el mismo genoma que el de la célula donante. El ejemplo por excelencia es Dolly, la famosa oveja clonada. Pero mucho antes que Dolly, los científicos habían estado experimentando con distintas técnicas de clonación en anfibios, específicamente ranas.

Gracias a estos experimentos, hoy, la clonación es posible. No obstante, existe mucha confusión sobre la clonación. Especialmente con la nueva historia de Eva, la supuesta niña clonada, una historia científica que “muchos conocen pero que pocos entienden”, expresó en un fenomanal editorial para el periódico The New York Times, Gregory E. Kaebnick investigador en el Centro Hastings de estudios sobre bioética.

La noticia sobre Eva ha desatado un sinnúmero de historias sobre la clonación que puede al final perjudicar el avance médico en general. La especulación y el interés de los medios por un avance científico que envuelve técnicas difíciles de describir y procedimientos que van de la mano con el progreso de la medicina, pueden dañar la reputación de un tipo de clonación que podría salvar la vida a millones de personas.

La clonación terapéutica es la propuesta científica para terminar con los fracasos en los transplantes de órganos. Ambos tipos de clonación, la reproductiva y la terapéutica, utilizan los mismos métodos, básicamente de transferecia nuclear, para clonar embriones. No obstante, en la segunda opción, estos embriones no se convertirán en bebés sino que serán usados para extrar células madre.

Comencemos por lo básico. Para hacer un niño de forma natural, el óvulo de la madre es fertilizado por el esperma. Cuando esto ocurre, el genoma del niño futuro se forma cuando las células comienzan a dividirse. Este genoma está compuesto por genes de ambos padres. Los genes son los que se encargan de decirles a las células cuáles proteínas deben producir. De esta forma se han ido formando los seres vivos en el planeta. No olvidemos que todos los seres vivos tienen genomas y que existen clones naturales, como los gemelos idénticos y ciertos gusanos con la capacidad de reproducirse de forma idéntica cuando lo partes en dos.

Pero si se pretende clonar un animal, se toma el óvulo de la madre y se elimina el material genético. Entonces el genoma de la célula del donante se inyecta en el óvulo para que sustituya el genoma destruido. Los investigadores usan electricidad o alguna sustancia química para hacer que las células comiencen a dividirse. Si se convierte en un embrión tendrá la información genética del donante y si llega a nacer, será idéntico al animal que donó la célula.

Para la clonación terapéutica se utiliza la misma técnica sólo que se detiene la división de las células embrionarias. Este tipo de clonación no pretende crear un organismo igual al donante sino que quiere producir órganos para éste. Cuando se clona a un embrión con propósitos terapéuticos se hace con el fin de extraer células madre para intentar convertirlas en órganos para transplantes. Este tipo de clonación aún no ha sido perfeccionada. Los investigadores tienen problemas aún en guiar a estas células hacia los patrones correctos, es decir, no saben cómo decirles que se conviertan en tejido pulmonar o en hemoglobina o en neuronas. Pero las investigaciones de este tipo continúan con notables éxitos.

Por lo tanto, es preciso que las personas comprendan que no toda la clonación es igual y que la diferencia se erradica en los resultados. La terapéutica busca resolver uno de los grandes problemas médicos de nuestros tiempos, los transplantes de órganos. Este tipo de clonación resolvería la escasez de los mismos y reduciría notablemente las muertes debido al rechazo al órgano transplantado. Con estas técnicas, los órganos tendrían el mismo genoma del paciente y el sistema de defensas lo reconocería como propio y no lo rechazaría. Si este tipo de clonación es permitida, en un futuro las personas podrían producir sus propios órganos para reemplazar los defectuosos en sus organismo con unos nuevos diseñados a la medida.


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