Primer debate sobre la posibilidad cercana de los transplantes de cara

Christine Piff contrajo cáncer en la cara a los 36 años. Desde entonces, el tumor se extendió por todo su rostro y la mujer perdió la mandíbula anterior que sostiene sus dientes superiores, uno de sus ojos y parte de su nariz. Varios injertos fueron realizados pero la mujer, de 61 años de edad, jamás logró recuperar las expresiones y el tacto en su cara.

En aquel entonces lo que me interesaba era combatir el cáncer ya que tengo tres hijos. Sólo después entendí que ya no tenía mi cara, que estaba desfigurada. Al principio me sentí muy sola, desolada más bien, pero los años y los proyectos que he realizado me han ayudado muco a superar esta condición”, cuenta Piff para el diario de la BBC.

Christine organizó entonces un grupo para personas con desfiguramientos. Lo llamó “Lest´s Face It” (vamos a encararlo en español) donde ha podido contactar con otras personas cuyas caras también han sido desfiguradas en accidentes, incendios y enfermedades como el cáncer. El foro de Christine ha estado bastante activo en estas últimas semanas debido a una nueva información que les concierne directamente. El pasado 27 de noviembre, varios médicos cirujanos británicos se dispusieron a debatir, por primera vez, los problemas éticos y morales que representarían los transplantes de caras. El panel fue convocado por el cirujano plástico Peter Butler, del Hospital Real en Londres, quien anunció que la técnica estaría disponible en menos de un año.

Pienso que dentro de seis a nueve meses será posible transplantar la cara de una persona a otra. Por lo tanto, es imprescindible que estemos claros sobre los límites éticos y las consecuencias que pueden traer estas operaciones”, dijo Butler en una rueda de prensa.

De acuerdo con el médico, el transplante será posible gracias a los nuevos métodos en la microcirugía y a las drogas que existen ahora para contrarrestar el rechazo del organismo a los nuevos órganos. Hasta el momento, las desfiguraciones faciales se tratan con piel del paciente que se extrae de otro lado de su cuerpo. Pero estos injertos son muy limitados.

El problema principal de los injertos es que la persona no recupera el sentido en la piel ni la movilidad en la cara, por lo que pierde las expresiones, los gestos típicos que solemos utilizar. Es algo bastante frustrante. Sin embargo, con un transplante de cara nada de esto pasaría” aseguró Butler.

Existen dos tipos de transplantes que serán posibles realizar. En uno de ellos el paciente sólo recibirá la piel, los labios, la grasa, los nervios, las venas y las arterias del donante. Este transplante permite que el paciente retenga la mayor parte de sus facciones. No obstante, el segundo tipo es completo ya que incluye los huesos y los músculos faciales del donante. Con esta cirugía, la persona se parecerá al donante de la cara.

La cirugía no es un procedimiento simple. Nuevos labios, barbilla, orejas, nariz, piel, venas, músculos, arterias, nervios, vasos sanguíneos, grasa y huesos tienen que ser instalados en el rostro del paciente. Luego, los médicos tienen que unir los nervios con las partes del resto de la cara para que la persona pueda moverse, gesticular, hablar, comer, reír y sentir la piel en su cara. El transplante de cara, según el doctor Butler, permitirá que la persona tenga flexibilidad de movimientos. “Algo que los injertos no tienen, por el contrario, más bien parecen máscaras”.

Pero Piff dice que ella no optaría por uno de estos transplantes. “No creo que pueda soportar despertarme con la cara de otra persona. Sin embargo, he conocido muchas personas que más que desearlo lo necesitan. Hay pacientes que carecen de la mandíbula inferior y no pueden comer, ni masticar y tienen que ser alimentados a través de sueros por sus estómagos. Estas personas se beneficiarían de la cara de otra persona”, dijo Piff para la BBC.

Arig Sigmon, psicólogo de la Universidad de Cambridge dice que se deben discutir muy bien las consecuencias de esta nueva técnica y, además, limitar las personas que en realidad necesiten un transplante. “Creo que al final se realizarán estos transplantes por razones estéticas”. Sigmar realizó un pequeño sondeo en la universidad y descubrió que las personas tendían más a aceptar un transplante de cara que a donar su cara para la operación. “Creo que al final no tendremos suficientes rostros para los transplantes”, dijo.

Dos procedimientos

Existen dos técnicas para realizar estos transplantes. En ambas el paciente recibe nuevos labios, barbilla, orejas, nariz, piel, venas, arterias, vasos sanguíneos, nervios, músculos faciales y grasa. La diferencia entre ambos procedimientos es que en uno la persona no recibe huesos pero en otro sí. Los transplantes con huesos dejan al paciente luciendo igual que el donante. Como en aquella película con Nicolas Cage y John Travolta, “Face Off” donde el villano cambió su cara por la del investigador con una técnica de láser. En este procedimiento, los huesos también fueron intercambiados. Sin embargo, la realidad aún está muy lejos de este tipo de ficción. Por el momento, los donantes de las caras deben estar muertos. Peter Butler, el médico que asegura podrá realizar los transplantes en menos de un año, dice que en Inglaterra ya tiene por lo menos 15 personas que se beneficiarían con esta nueva técnica.


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