Una de las misiones más interesantes en los últimos tiempos explotó el pasado sábado con siete astronautas. El sueño científico espacial que motivó esta misión netamente científica acabó en tragedia. Sin embargo, los países involucrados en la carrera por la conquista del espacio continuarán con los lanzamientos pues consideran que los viajes espaciales son todavía el medio más seguro de viajar, ya sea dentro o fuera de la Tierra.
La mayoría de los niños sueñan con ser astronautas y salir del planeta en un fenomenal traje espacial. Los cohetes y la microgravedad han maravillado a personas de todas las edades. Hemos sido testigos, en los últimos años, de dos viajes turísticos que costaron más de 20 millones de dólares a los ciudadanos cuyo sueño de viajar al espacio fue posible gracias al estado económico de Rusia que ha sentido la necesidad de negociar asientos vacíos en el Soyuz.
Sin embargo, desde que Yuri Gagarin dio el primer paseo espacial en menos de noventa minutos y en un cohete de un poco más de 4 toneladas, la evolución y el desarrollo de los proyectos espaciales han avanzado prodigiosamente. Después de Gagarin, Estados Unidos envió hombres al la Luna y comenzaron los proyectos para bases espaciales extraterrestres. El mundo fuera del planeta parecía ampliarse con cada uno de los cohetes que exitosamente salían y regresaban a nuestro planeta azul. Pero los accidentes no cesaron.
Desde que comenzara la carrera espacial, 21 astronautas han muerto durante estos peligrosos y excitantes viajes. En el 1967, Virgil Grissom, Roger Chaffe y Edmund White murieron durante un lanzamiento simulado cuando un corto circuito causó una falla en el ambiente de oxígeno puro que existe dentro de la nave. Tres meses después, Victor Komaruv murió cuando a su pequeño cohete le falló el paracaídas y se precipitó hacia la Tierra. Más tarde, en 1971, Gerogi Dobrovolsky, Vladislav Volkov y Victor Patsayev, murioeron durante la reentrada a la atmósfera cuando un error en la cabina cambió la presión dentro del Soyuz en que viajaban.
Dos accidentes de los transbordadores estadounidenses, el Challenger en 1986, donde murió la primera ciudadana americana en viajar al espacio junto a otros seis astronautas y el pasado sábado la tragedia del Columbia donde siete astronautas más murieron 16 minutos antes del aterrizaje.
Curiosamente, ha habido más muertes sobre la Tierra, relacionadas con la carrera espacial, que las que han ocurrido durante lanzamientos y reentradas. En octubre de 1960, por ejemplo, 91 personas murieron cuando un cohete explotó en Kazakhstan y, 20 años después, cincuenta técnicos rusos murieron cuando un cohete Vostock explotó mientras era llando de combustible. El accidente fue cubierto por las autoridades rusas y sólo fue hecho publico nueve años después.
En 1997, un accidente en la vieja estación rusa Mir, que colisionó levemente con un cohete que llevaba provisiones, causó un terrible susto a las autoridades en la Tierra. Por suerte, todos resultaron ilesos en este accidente.
Esta última tragedia ha resucitado el debate sobre la seguridad de los viajes espaciales. No sólo por los problemas durante el lanzamiento y la reentrada sino por la cantidad de objetos que existen en las distintas órbitas terrestres.
“Pensamos que hay más de 10,000 objetos, más grandes que 10 centímetros y hechos por el hombre, orbitando el planeta. Más aún, decenas de millones de objetos de menos de un centímetro se encuentran viajando por estas órbitas. Estos materiales pueden causar accidentes, no sólo a los vehículos que viajan fuera del planeta, sino a la Estación Espacial Internacional, que se encuentra habitada en el espacio”, explicó para la BBC el doctor David Whitehouse, experto en misiones espaciales.
La NASA ha asegurado varias veces que el transporte más seguro es el espacial. Pero luego de una tragedia como la de Columbia, es difícil creer este hecho. Pero los estadistas explican las probabilidades de morir en el espacio y parece que la NASA tiene razón.
“Si comparamos las misiones espaciales de los transbordadores nos daremos cuenta que de 113 lanzamientos sólo dos han terminado mal. Esta no es una buena noticia si se comparan los datos y las probabilidades con el día a día terrestre. Estas mismas probabilidades no permitirían que las personas manejando en la Tierra lleguen a fin de mes vivas, pero no es así como debemos calcular las misiones espaciales”, explicó Whitewater.
En realidad, las probabilidades de morir en el espacio se calculan por las horas de vuelo de los astronautas. El año pasado, por ejemplo, antes de esta horrible tragedia, las probabilidades eran de una muerte por cada treinta y siete mil horas de vuelo. Este año, luego de la falla del Columbia, las probabilidades son de una muerte por cada diez mil horas de vuelo.
“Si expresamos estos cálculos por millas voladas por cada pasajero observaremos que el vuelo espacial es la forma de transporte más segura, dentro y fuera de la Tierra”, aseguró el experto.
Pero es difícil mantener el sueño de viajar al espacio luego de una explosión como la del sábado.
Mientras la NASA continúa sus investigaciones, siete niños en la Tierra intentan asimilar la pérdida de sus padres. Tres de los astronautas que viajaban en el Columbia, tenían hijos. Uno de ellos, Ilan Ramon, el primer israelí en el espacio, tenía cuatro hijos, el comandante Rick Husband era el padre de dos y la astronauta Laurel Clark era madre de un niño de ocho años. Un triste final para estos héroes y sus sobrevivientes.
Tres grandes éxitos espaciales
Skylab, Mir y Alfa son tres grandes éxitos de la carrera espacial en el mundo. La primera fue la estación que plasmara la idea de mantener personas en el espacio por meses. Skylab no fue muy exitosa a nivel experimental pero sin ella no hubiese sido posible planear y construir la estación rusa Mir. Esta estación ocupó los titulares de la prensa mundial por varios años. Allí estuvo la primera mujer en durar más de seis meses en el espacio y se comenzó a estudiar la influencia del espacio en el ser humano. Una vez la Mir, con un solo accidente en 1997, fue hundida en el pacífico, la Estación Espacial Internacional tomó su lugar y, hasta el momento, seis misiones han sido enviadas a Alfa, como se le llama a la estación con cariño.
Breve historia del Columbia
El Columbia era el transbordador más viejo de la NASA. Su construcción comenzó en 1975 y en abril de 1981 el Columbia se convirtió en el primer transbordador en volar exitosamente al espacio. Lo siguió el Enterprise. El primer viaje del Columbia marcó una nueva era en la carrera espacial estadounidense ya que se convirtió en el primer cohete espacial que podía hacer varias misiones espaciales, es decir, era posible volver a usarlo.
Su segunda misión fue en el 1981. Los astronautas a bordo comenzaron a elaborar los primeros experimentos espaciales.
Columbia completó 27 misiones exitosas. Sus hermanas, Challenger, Endeavour, Discovery y el Enterprise, se unieron en estas misiones.
En 1996 los astronautas en esta misión del Columbia implantaron un récord para el trtansbordador con más días en el espacio. Estuvieron orbitando la Tierra por 35 días.
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