Ecología. Durante las conferencias sobre el medio ambiente en el taller Jack F. Ealy en La Jolla, California, quedó bien claro que si los gobiernos del mundo no inician ahora programas de infraestructuras y conservación del agua, en menos de cuarenta años sentiremos gravemente su falta.
“Las guerras mundiales del futuro serán por agua dulce”. Las palabras de Jeremy Jackson en el Instituto Scripps de Oceanografía en San Diego, no son alentadoras. “Durante las décadas de los sesenta y setenta, el planeta mantenía de un 70 a un 75 por ciento de sus corales, hoy, sólo mantenemos un 5 por ciento. No sólo eso, el océano está cada vez más ácido y en veinte años ya no nos dará nada que comer”.
Jackson ha dedicado su vida al estudio de los mares y océanos del mundo y, desde su punto de vista, los seres humanos corremos el riesgo de extinción. “La naturaleza continuará como lo ha hecho siempre, somos nosotros los que sufriremos. Tengan en cuenta que en una semana, en el mar Índico, el 20 por ciento de los corales murió y en el área el Caribe se ha perdido un 80 por ciento”.
Para el científico, quien habló para decenas de periodistas latinoamericanos durante el desarrollo de la Beca Jack F. Ealy, en La Jolla, California, el daño hecho será difícil de reparar. “Lo único que podemos hacer es proteger lo que nos queda”, explicó.
Ciertamente, los investigadores especializados en el medio ambiente, ya sea a través del clima, la contaminación o la conservación, no tienen buenas noticias que dar. Al preguntarle a la profesora Kimberly Prather, de la Universidad de San Diego, sobre la esperanza de que algún tipo de tecnología pudiera limpiar el planeta, su respuesta fue bastante clara. “No, por el momento no existe esa salida. De hecho, esperar que la tecnología nos salve es una forma cómoda de no cambiar el bienestar al que nos hemos acostumbrado”, afirmó para El Caribe. Prather ha estado estudiando la contaminación del aire en varias ciudades del mundo, utilizando un avión especializado construido por la NASA.
A pesar de las advertencias, los gobiernos y la mayoría de los habitantes de la Tierra hacemos muy poco por cambiar las cosas. En las próximas décadas, la polución, el cambio climático y la destrucción de los ecosistemas traerán consigo un problema grave con el agua dulce y los alimentos. Ambos productos estarán bastante escasos lo que provocará guerras y conflictos inimaginables. De hecho, los estimados más recientes indican que no tendremos suficiente agua para todos en el planeta en los próximos 40 años.
Las advertencias de Jackson y los demás científicos cobran una lúgubre seriedad ante tales evidencias.
La presión en la agricultura
No es necesario enfatizar la importancia del agua para la vida. Todos estamos familiarizados con sus beneficios y su papel esencial en el mantenimiento de los organismos sobre el planeta. Sin embargo, las estrategias de planeamiento creadas en la actualidad, dividen por categorías de importancia, las áreas más importantes. “Desde la formulación de las Metas para el Desarrollo del Nuevo Milenio por las Naciones Unidad, la mayor parte de la agenda para el agua se ha concentrado en la conservación del agua para beber y formas de mantenerla limpia”, expresó para la BBC el doctor Colin Chartres, director general del Instituto Internacional para el Manejo del Agua en Sri Lanka. “En los próximos años veremos aumentar la competitividad por más agua en el área doméstica, lo que pondrá mucha más presión en el área de la agricultura. Este escenario incrementará la escasez de comida en el mundo”.
El presente ya siente el problema
Esencialmente, cada caloría de alimento requiere un litro de agua para producirlo, así que en promedio, cada persona requiere de unos dos mil a tres mil litros de agua para mantener el diario requerimiento alimenticio. Si seguimos como vamos, tendremos unos 2,500 millones más de bocas que alimentar para el año 2050, por lo tanto, encontrar el agua extra necesaria cada año que pase no será una tarea fácil. El Instituto Internacional para el Manejo del Agua ha publicado una lista de los países que ya están enfrentando una crisis de agua. Para complicar más las cosas, países subdesarrollados, como el nuestro, donde habita la mayoría de los 840 millones de persona con malnutrición en el mundo, son los tendrán la peor situación en un futuro cercano. Invertir en infraestructura y conservación del agua es hoy un propósito esencial.
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