El amor es altamente adictivo

Usted puede que ya haya escuchado la frase. La música, la literatura y el cine también han trabajado minuciosamente el concepto. Se trata de esas personas que no parecen cansarse de estar enamoradas. Estos amantes no lucen conformes con un gran amor apasionado, o tres, sino que pasan de una relación a otra como si fuese, más que un placer, una necesidad. Parecen ser adictos al amor.

La ciencia, en su afán de comprender al hombre y su comportamiento, ha estudiado minuciosamente la adicción y sus distintos caminos en el cerebro. Las últimas investigaciones sobre este tema aseguran que la adicción es un camino independiente al estímulo que la cause. Es decir, no importa si la droga es la heroína o la cocaína, el camino a la dependencia siempre es el mismo en el cerebro. Y, aunque existen sustancias más adictivas que otras, también existen personas que no crean adicciones a pesar de usar drogas adictivas. Más aún, ya se han identificado otras dependencias que no tienen nada que ver con sustancias químicas, como la adicción al ejercicio o a ir de compras. Y es que el cerebro es capaz de provocarse una “nota” y de ponerse a “volar” con dosis apropiadas de sus químicos.

De hecho, el amor causa visibles y medibles cambios en el organismo. Por ejemplo, cuando una persona habla o interactúa con alguien por quien se siente atraído, sus latidos cardiacos incrementan tres veces más de lo normal y el exceso de sangre se mueve hacia las mejillas y los órganos sexuales, causando las famosas “alitas de mariposas” que sentimos en el estómago y una placentera excitación. También se libera el neurotransmisor conocido como dopamina, que provoca aún más placer.

La atracción y el deseo actúan como drogas en el cerebro y te dejan queriendo más”, explica el doctor John Marsden, del Centro de Adicción Nacional de Gran Bretaña quien ha completado un documental sobre el tema para la BBC.

De acuerdo con la investigación de Marsden, este tipo de actividad puede dejar sus marcas en el cerebro y crear una adicción con todos los horribles efectos secundarios de cualquier dependencia, lo que obligará a la persona a buscar de nuevo el placer que le provoca la actividad, ya sean algunas líneas de cocaína, varias horas de aeróbicos o un cambio constante de pareja amorosa.

Al igual que otras drogas, los sentimientos producidos por el amor tampoco duran, aunque en los seres humanos puede llegar a subsistir entre tres a siete años. Además, el amor tampoco conoce barreras, cuando una persona se siente atraída por otra es afectada por los mismos procesos biológicos, no importa quién sea”, explica Marsden en el documental que será presentado este mes dentro de la serie de la BBC titulada “Body Hits”.

Marsden también explica que la gente tiende a buscar características similares a ellos en una pareja. Esto se debe a que en realidad están buscando cualidades parecidas a las de sus padres ya que en su experiencia ellos ya han logrado criar hijos de forma exitosa.

Parecería que estamos buscando a una pareja ideal para cenar y bailar en el fin de semana pero más allá de todo eso, nuestro instinto animal está buscando la pareja perfecta con quien compartir sus genes”, explicó Marsden.

El sexo como trampa

En el documental realizado por el doctor en psicología John Marsden, los investigadores sugieren que el sexo es una trampa para unir a las parejas. El estudio explica que, aunque la persona no ande buscando a alguien para tener hijos o no desee reproducirse, el cuerpo lleva millones de años evolucionando con el objetivo de multiplicarse y propagar sus genes y es posible que tenga guardado varios trucos para llevar a la persona en esa dirección. No sólo eso, los investigadores afirman que mientras más dos personas tengan relaciones sexuales, más tenderán a formar un lazo difícil de romper.

Todos sabemos que se puede tener sexo sin enamorarse pero si tienes suficiente sexo con la misma persona existe la posibilidad de que el cuerpo caiga en la trampa y se enamore de esta persona y de repente quiera procrear con ella. Creemos que nuestra biología hace todo lo posible porque esto ocurra y por eso el amor es altamente adictivo”.


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