Costa Rica impulsa guías de sexualidad rechazadas por el clero católico

Durante casi 20 años el estado costarricense fracasó en su intento de utilizar guías de educación sexual para secundaria que se alejaran de los criterios religiosos. La intervención clerical deparó textos rechazados por los especialistas y derivó en que el último intento se archivara hace 17 años.

En marzo de 2008 las autoridades educativas de este país anunciaron que están en proceso de elaboración un nuevo curso sobre sexualidad donde se enseñará a los adolescentes el uso del condón y otros métodos anticonceptivos, todo sin tomar en cuenta la opinión de la Iglesia Católica, que ha bloqueado sin miramientos varios intentos anteriores.

La iniciativa gubernamental fue recibida con entusiasmo por la sociedad civil y con reservas por el clero, que aún no se ha pronunciado al respecto, pero de quien se espera que repita su desaprobación de años anteriores, debido al rechazo frontal a los métodos anticonceptivos y a las relaciones pre-matrimoniales.

Los datos oficiales arrojan datos alarmantes sobre la vida sexual de los jóvenes costarricenses: al año casi 15 mil adolescentes quedan embarazadas, la edad promedio de inicio de las relaciones sexuales ronda los 13 años y la ignorancia sobre la sexualidad es común. Los expertos achacan estas cifras a un ambiente familiar permeado por los tabúes y los miedos derivados de una centenaria influencia religiosa.

El Ministro de Educación, Leonardo Garnier, un político de fuertes raíces humanistas y seculares, advirtió que los embarazos adolescentes generan un alarmante índice de deserción de las aulas.

La posición de la Iglesia Católica, apoyada tácitamente por otras denominaciones cristianas, causa duras críticas de sectores más liberales que catalogan sus posturas como obsoletas y retrógradas.

Influencia constante

Costa Rica vive una situación particular, la separación Estado-Iglesia existe, pero la influencia clerical en constante y amparada por una oficialidad establecida constitucionalmente, lo que convierte al país en un estado confesional, cosa rara en el mundo occidental.

Los líderes religiosos, sabedores de su influencia, ejercen una especie de influencia política “suave”, distinta a la agresividad mostrado por sus pares españoles, pero la misma ha demostrado ser eficiente y de largo alcance entre un pueblo con fuertes raíces en ese credo.

Aunque la devoción del ciudadano promedio decae de manera constante en los últimos años (crecimiento de otras sectas, agnosticismo e incluso el ateísmo), la institución clerical sostiene un juego de intereses con los gobernantes que incluye fuertes inversiones en grupos financieros.


La pugna por imponer un estado secular es difusa en este país centroamericano y tuvo su punto alto a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando gobernantes de corte liberal despojaron al clero de buena parte de su poder. Sin embargo, las administraciones de las últimas décadas optaron por tener una relación menos confrontativa que les afecte electoralmente.

Los cursos sobre sexualidad seculares en los centros educativos costarricense iniciarán en el 2009. Habrá que esperar si esta vez la visión secular logra imponerse a la religiosa.


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