Shitala Mata y sus colegas

“Así pues, cuando (el hombre) atribuye a sus dioses la producción de algún fenómeno… ¿Hace algo más, de hecho que sustituir la oscuridad de su mente por un sonido que se ha acostumbrado a oír con temor reverencial?”

—Paul Heinrich Dietrich

De los cientos de dioses de la cultura hindú, Shitala Mata será recordada por los servidores de la OMS, que trabajaron en la India en las jornadas de vacunación contra la viruela. En la India muchas personas rechazaban la vacuna porqué creían que la enfermedad era una bendición enviada por la diosa Shitala Mata. Otros se oponían porque consideraban que las vacunas se obtenía de las vacas, lo cual va en contra de la religión hindú.

Los hindúes llevan siglos adorando a Shitala Mata, la diosa de la viruela, quien cuenta con cientos de templos dedicados a su culto, por toda la India. Los creyentes de la diosa aseguran que cada vez que la diosa se movía, derramaba unos granos que tenía en un cesto que llevaba sobre su cabeza, y que cada grano se convertía en una pústula de viruela. Las víctimas de la enfermedad sobrevivían si la diosa había lavado los granos derramados con agua del cántaro que llevaba en una de sus manos, pero fallecían si Shitala Mata blandía la escoba que sostenía en la otra mano. Peor aún, los enfermos de viruela eran adorados como elegidos por la diosa, por lo que sus parientes y amigos acudían desde lejanos lugares para rendirles homenaje, con lo que se facilitaba el contagio de la viruela. Muchos de los hindúes que sufrieron de viruela cuando niños y que lograron sobrevivir, asisten hoy a los templos de Shitala Mata para rendirle oraciones y ofrendas de flores y alimentos.

Para los occidentales (tanto incrédulos como cristianos), esta creencia nos parece absolutamente absurda. Aquellos que conocemos un poco de ciencia podemos decir que la viruela es producida por un virus, lo que no es más que una partícula microscópica no celular, compuesta por una región de ácido nucleico y una cubierta de proteína, y que sólo se reproduce dentro de una célula que previamente ha invadido. Hoy también sabemos que algunos brotes de viruela eran más mortíferos que otros gracias a mutaciones en el materia genético de los virus: ¡Todo un caso de selección natural en acción!.

Creo que la mayoría de mis lectores están de acuerdo conmigo, al afirmar que la diosa Shitala Mata es un invento de los hindúes, producto de sus temores e ignorancia. ¿Pero podríamos afirmar lo mismo del dios judeocristiano? En otras palabras: ¿Jehová es un invento, al igual que Shitala Mata? ¿Qué nos dice el registro arqueológico?

Nuestra revisión histórica abarca el periodo comprendido entre el año 742 al 600. Antes de la Era Común, en los que ocurrieron muchos cambios en la concepción de los dioses. En la Media Luna fértil (La región entre los ríos Tigris y Éufrates) florecieron muchas culturas con sus dioses y diosas, los cuales fueron “exportados” a las regiones que estaban bajo su influencia, entre ellas el actual Israel y Palestina. Allí se conocieron muchos dioses, como: Lotán, el dragón de las 7 cabezas, o Yam Nahar, dios de los ríos y los mares. Pero por encima de todos estos dioses estaba “Elohim”, el rey de los dioses. Inicialmente la palabra hebrea “Elohim” significaba “dioses”, ya que la terminación –im, en hebreo designa el plural. Así pues el primer versículo de la Biblia que dice: “En el principio creó Dios (Elohim) los cielos y la Tierra”; debería traducirse correctamente por: “En el principio los dioses crearon…”. Este texto es un vestigio del pasado politeísta de las tierras bíblicas.

En un comienzo tenemos dos dioses principales en lo que hoy es Israel y Palestina. El dios de Mesopotamia “Elohim”, jefe de un panteón de dioses, y conocido en el norte de Israel como “EL”, es un dios sutil. Los escritores religiosos de la época (denominados “Fuente Elohista”) indican esta sutileza, en la narración en la que “EL” se presenta a Abraham, siempre oculto a la vista de los mortales. Mientras tanto, en la región sur, llamada Judá, empezó a ocurrir una transformación del dios Yahvé (Jehová), el cual de ser un dios cananeo pasó a ser el dios de los judíos. Este dios, según algunos escritores (llamados por los historiadores como “La fuente Yavítica”) llamó a Abraham (el mismo personaje mencionado en el norte), hablándole muy familiarmente (a diferencia de “El ”), para que viniese a asentarse a Canaán.

El registro arqueológico e histórico, muestra claramente que la región norteña (Israel), se volvió atractiva para sus vecinos en materia económica, ya que poseía mejor clima y era más fértil . A esa altura, la hegemonía egipcia de la región había desaparecido, y la potencia de la región era Asiria. Eventualmente los asirios asumieron el control de la región, con dos provincias, Israel al norte, el cual tenía como capitales las ciudades de Meggido, Samaria y Seschem; y Judá al sur, con Betel, como capital en la frontera al norte, y a veces Hebrón al sur. Para esa época, Jerusalén era una minúscula e insignificante villa rural. Como resultado de la rebelión de Israel hacía Asiria (negación a pagar impuestos), se produjo un acoso hacía los israelitas, por lo que olas de refugiados se dirigieron a Judá, de manera que la ciudad de Jerusalén creció convirtiéndose en un centro cultural.

A finales del siglo VIII A.E.C, el alfabeto hebreo apareció, por lo que las ideas religiosas de los dos pueblos, con sus respectivos dioses (Israel con “EL” a la cabeza de una serie de dioses y Judá con el dios “Yahvé”) pasaron a confrontarse de forma directa. El resultado de este conflicto religioso no fue una guerra de religión, sino un arreglo teológico. Los deuteronomistas (nombre que le dan los historiadores a un grupo de escritores de ciertas partes de la Biblia) consiguieron la increíble hazaña de hacer armonizar dos dioses rivales, diciendo que en realidad YAHVÉ y EL eran un mismo ser.

Por aquella época, el rey asirio Sargón II de Asiria decidió ocupar la próspera tierra de Israel y deportar a sus habitantes, todo como castigó por negarse a pagar tributos. Las tribus del norte (las 10 tribus de Israel) fueron deportadas. A estas alturas el monoteísmo se impuso, gracias a la acción de los profetas que predicaban que la devastación de los asirios era el castigo de Jehová por no aceptar el monoteísmo. Siglos después, el monoteísmo judío pasó a una de las sectas que nacieron de su seno: El cristianismo.

Después de este breve repaso histórico, cabe preguntarnos: ¿Por qué ha de ser el dios judeocristiano más verdadero que Shitala Mata o que Zeus?, ¿Son reales los dioses?. Este es un espinoso tema. Recuerdo a un niño, que al escuchar la historia del origen de la viruela por Shitala Mata preguntó: ¿Por qué sencillamente Shitala Mata no le ponía al cesto que tenía sobre su cabeza, una tapa para no regar los granos que producían la enfermedad? O ¿Por qué simplemente no lavaba todos los granos, para que se produjese una viruela susceptible de curarse? La respuesta es fácil: Shitala Mata no existe, es un invento hecho para explicarnos un fenómeno natural, que luego fue aprovechado por los sacerdotes hindúes para su beneficio. La historia nos ha enseñado que en nuestra ignorancia de la naturaleza se encuentra “la razón de ser” de los dioses. Muchas personas dicen: “¿Y que produjo el Big-Bang?, Tuvo que ser Dios (El judeocristiano, por supuesto )”. Lo que me recuerda a Robert Ingersol cuando dijo: “Nuestra ignorancia es Dios, lo que conocemos es ciencia”.

Durante siglos los judíos oraron a Yahvé pidiendo erradicar la viruela de sus aldeas, pero nada ocurrió; los cristianos durante la Edad Media le pedían lo mismo a Jesucristo y la virgen María, pero nunca erradicaron la peste; los hindúes hicieron lo mismo con Shitala Mata. En el México de la conquista, el misionero español Jerónimo de Mendieta predicó que los indígenas, quienes morían por miles (al no haber desarrollado resistencia a la viruela), eran erradicados por “voluntad de Dios”. Pero aún si los indígenas abrazasen el catolicismo y rezasen a Jesucristo, no funcionaba. El físico Carl Sagan dijo respecto a las oraciones y los rezos: “Si quieres salvar a tu hijo del polio, puedes rezar o vacunarlo… aplica la ciencia”

Pero el problema respecto a dios (o dioses) no se limitan al hecho de que estos sólo sean útiles para explicarnos lo desconocido, pues su omnipotencia también queda en entre dicho. Supongamos que una noche, mientras regresa a su casa, Ud. ve como unos malhechores intentan violar a una niña de 3 años. ¿Intentaría Ud. hacer algo para salvarla?. Supongamos que Ud. posee una pistola y es campeón nacional de tiro, por lo que podría paralizar al agresor sin temor a herir a la inocente víctima ¿intentaría Ud. hacer algo para salvarla? ¿Y si Ud. fuese Todopoderoso, intentaría hacer algo para salvarla? ¡Obviamente de no hacerlo, sería culpable de la violación por omisión!. Lo mismo opino respecto a la existencia de un dios (o dioses). ¿Por qué Dios no hizo nada para evitar que millones de judíos murieran en los campos de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau, Natzweiler, entre otros, si muchos de los prisioneros le oraban con lagrimas en sus ojos? ¿No sintió nada por los cientos de niños muertos por la viruela con sus terribles fiebres y dolores? ¿No son estos casos similares a los de Shitala Mata en cuanto a lo absurdo de la fe y las explicaciones religiosas?.

Siempre que se le plantean estas preguntas a los religiosos, ellos suelen responder que Dios permite el sufrimiento porque él nos dio libre albedrío (libertad para escoger). Sin embargo esto es poco lógico, pues si un padre amoroso le da libre albedrío a su hijo (libertad para escoger lo bueno y lo malo), esto no significa que evitaría socorrerlo en caso que fuese agredido por un criminal.

Puedo apostar que si la gente supiera la manera de cómo se escribió la Biblia y el Corán, quienes y cómo se inventaron la divinidad de Alá, Jesús y/o Jehová, y cómo fueron IMPUESTAS las creencias del cristianismo, dejarían su “fe” a un lado. Precisamente fe significa: Creer sin evidencias, en algo que dijo un desconocido sin conocimiento, de cosas que no tienen importancia. El biólogo Richard Dawkins resumió la postura escéptica al decir: “Todos somos ateos respecto a la mayoría de dioses en los que la humanidad ha creído alguna vez. Algunos de nosotros simplemente vamos un dios más allá”.

Lecturas Recomendadas

  • A History Of God” de Karen Armstrong. Este libro nos provee una óptica desde la arqueología, sobre la historia de los dioses en los que creen las grandes religiones de hoy. New York: Ballantine Books, 1993.

  • “La diosa desafiada” en: Salud. Mundial. Órgano oficial de la OMS. Mayo de 1980. Artículo de Arun Chacko. (En este texto se comentan las dificultades del equipo de la OMS en la India)

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