I
Pasemos sin más demora al problema que nos atañe. Empecemos por definir lo que es Ateísmo. Esto nos puede conducir a ciertos problemas y desviarnos mucho de nuestro propósito principal pues mucho se ha discutido acerca de lo que el ateísmo es. Hacer deducciones será en algunos casos imprescindibles para poder comprender cierto punto, pero procuraré que sean la menor cantidad posible.
Como explicaba anteriormente, se han escrito muchos libros (afortunadamente) en la actualidad acerca de lo que es el ateísmo y pueden existir diversas opiniones acerca de ello, que en apariencia pueden parecernos muy diferentes pero que en realidad no lo son. Comenzaré mi defensa del ateísmo refutando una definición errónea de lo que es ateísmo, la cual se encuentra en los diccionarios. Según un diccionario el ateísmo es “la doctrina del ateo, que niega la existencia de Dios”. Aquí ya existe un error muy marcado: esta definición supone, sin mayor examen, la existencia de un dios, que es precisamente lo que el ateísmo trata de refutar. Esta definición es vaga y mala y no expresa en nada lo que el ateísmo es. Permítanme dar la mejor definición que considero enmarca perfectamente lo que el es el ateísmo: el ateísmo se define como “La ausencia deliberada de creencia en dioses”; o bien, tratando de corregir la frase de George Smith, el ateísmo es “la falta deliberada de creencias teístas”. La palabra deliberada es mía. Y hago hincapié en ello, pues el ateísmo no es una imposición. El ateísmo es una posición que se tiene de manera “voluntaria” y viene a ser una consecuencia lógica a la que se llega después de aplicar métodos de razonamiento y escrutinio a nuestras creencias religiosas para encontrar la verdad en ellas. Por lo tanto, cuando debamos definir el ateísmo, será importarte recordarle a los creyentes que es una posición adoptada de manera deliberada, sin opresión ideológica por parte de nadie y esto lo digo porque en más de un 95 por ciento de los casos, la creencia en dios viene impuesta desde temprana edad por la religión de nuestros padres hasta el punto de que vemos esa creencia de manera natural e innata y propia de nuestro ser.
Ahora, si aceptamos que el ateísmo significa la ausencia deliberada de creencia en dioses o creencias teístas , debemos definir el meollo del asunto: hay que saber que significa teísmo y, por supuesto, tratar de entender el significado de la palabra dios. Y de nuevo nos encontramos con un dilema más grande aún que con la definición de ateísmo. Hay demasiada controversia con la definición de esta palabra. Reduzcamos nuestro problema entendiendo que el ateísmo es la oposición al teísmo y que si el ateísmo es la ausencia de creencia en un dios, podemos definir al teísmo como la “creencia en un dios o dioses”, con lo que nuestro problema se restringe a definir lo que significa Dios. Este ha sido siempre un tema muy espinoso, incluso aún para los propios teístas que sí se hayan en una total discordia la mayoría de las veces cuando quieran dar una definición de lo que es Dios. Una recomendación: si algún creyente en este punto le comenta la superchería de que dios es algo que no se puede definir pues las palabras no bastarían para dar una definición exacta de lo que es, dígale que es necesario establecer una definición acerca de lo que representa Dios para el, puesto que es un absurdo debatir algo que por principio de cuentas no se puede definir. Hagamos de la sensatez nuestro aliado. Sino acepta, desista. Lo único que obtendrá será un fuerte dolor de cabeza Si acepta, prosiga con la apología. Puesto que también se ha derramado tinta (y sangre también) sobre este concepto, daré una definición que se aplica y aproxima a la definición de los creyentes occidentales: Dios es “un ser sobrenatural e inconocible, creador de todas la cosas”, es decir, es un dios que trasciende las leyes de la naturaleza, y que por su esencia no se puede conocer, además de que el creo todo lo que nos rodea y lo que vemos. Bien, el Ateísmo no cree que pueda existir este tipo (y ningún tipo, por supuesto) de Dios y ofrece infinidad de argumentos contra las afirmaciones de que tal tipo de dios exista. Aquí empezamos otra controversia: muchos ateos afirman que tal o tales dioses no existen. Otros simplemente piensan que la noción de saber si Dios existe o no existe, es una situación que no se puede saber con certeza, indeterminable e irresoluble. Estas personas reciben el nombre de agnósticos. Pero me refiero a ellos con el nombre de ateos debido a la definición dada anteriormente de ateísmo: el teísta hace una proposición afirmativa al decir que dios existe. El ateo no necesariamente tiene que afirmar la no-existencia de Dios, sino que simplemente puede afirmar que no cree en Dios, cosa que no implica su negación, pues no es lo mismo afirmar la no-existencia de algo que no saber si existe o no. Parece un juego de palabras, pero no es tan complicado como parece. Cobijo tanto a los escépticos como a los agnósticos dentro del ateísmo, pues ciertamente lo son en un grado. Como explicaba en líneas anteriores, algunos ateos afirman positivamente que un cierto Dios, de cierta religión, no existe. En mi caso, yo afirmo que el Dios cristiano no existe, porque después de cierto análisis, se observa que semejante dios descrito por la tradición cristiana es simplemente contradictorio en sí mismo y se enreda tanto que afirmar que no existe es el primer pensamiento que cruza la cabeza [me ahorraré toda la explicación de porque pienso que es contradictorio, pues en este ensayo, no trato de desvirtuar al Dios cristiano (además que solo se desvirtúa) sino defender la postura ateísta desde otra perspectiva]. Pero muchos ateos, pueden pensar que, saber si el Dios cristiano, existe o no, es una cosa harto difícil de saber, con lo que deciden sencillamente no creer en él. Dada la definición de ateísmo y que los teístas son personas que creen de manera absolutamente positiva –y solo de esa manera creen— no podemos considerar a los escépticos y agnósticos como grupos aislados o separados totalmente del ateísmo sino que en realidad son como ramas que se desprenden de un mismo tronco con cierta identidad pero que al final de cuentas son bifurcaciones que terminan uniéndose en pro de una misma causa. Y esta apología a favor de esos grupos ateos, no la podemos realizar a favor de las religiones y cada una de sus sectas. Tomemos al cristianismo como ejemplo: abundan las sectas, donde cada una se siente no como una mera rama de un tronco sino que cada de ellas es un tronco de donde las demás se desprendieron y sobra decir que no únicamente no terminan uniéndose a favor de su Dios, sino que la separación entre ellas va aumentando y se alejan, destrozándose unas contra otras, llamando y condenando como corruptoras e inventoras de doctrinas diabólicas a las demás. Tal vez su única manera de unirse sea haciendo campaña en contra del ateísmo, cosa que es imposible que hagan debido a que viven separadas totalmente unas de otras.
Con esto sentenciamos que todo aquel que por cualquier causa no crea en dioses, debe adjudicarse el título de ateo. No quiero decir que las razones por las cuales usted no cree no interesen; sino que sin importar cuales son los motivos, el simple hecho de que usted no crea en dios, o no posea creencias teístas, lo convierten en ateo. De cierta manera, visto de un ángulo diferente, hasta los mismos cristianos son ateos. La diferencia entre el ateo y el cristiano es que el ateo cree en un dios menos. Si usted pregunta a un creyente, por ejemplo, al cristiano si cree en Alá o en los Orishás como dioses, le dirá rotundamente que no. Si usted realiza la misma pregunta, al musulmán y al santero, si ellos creen en el Dios cristiano, también le dirán a usted que no. Y si preguntamos a todos ellos por qué no creen en los otros dioses, argumentaran invariablemente que tales dioses los consideran invenciones o ideas míticas. Entonces podemos hacerles ver a todos esos creyentes monoteístas que cuando comprendan porque no creen en los demás dioses, podrán comprender porque nosotros no creemos en el suyo. Así, podemos explicar al monoteísmo como el ultimo peldaño que hace falta escalar para llegar al ateísmo. Claro, un peldaño muy alto, sin duda. Pero ellos están cerca, solo tiene que derribar el último Dios que les queda.
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