Neurología. No todos los que atraviesan por estas ocurrencias mientras duermen, entre 40 a 60% de la población, la describen como algo positivo donde se divirtieron, por eso, hay que descubrir sus mecanismos y cómo aliviarlas
Ocurrió durante una siesta comenzando mi segunda década de vida. De repente, no podía moverme; sabía que dormía pero también sabía que mi hermana y mi madre estaban en la habitación adyacente charlando, así que decidí ir hacia ellas, volé fuera de mi cuerpo y arranqué por el pasillo a decirles que era urgente que me despertaran. ¡Ya!
Cuando por fin lo hice, yo solita por supuesto, el susto había puesto a mi corazón en una loca carrera y estaba perspirando como loca. Ni mi madre ni mi hermana se enteraron de mi loca aventura onírica porque, al fin y al cabo, era todo un sueño y los sueños…
Las ocurrencias mientras dormimos han estado implicadas en muchas de nuestras fantasías. Distintas cosas ocurren. Demonios y extraterrestres pesados se sientan sobre nosotros con el objetivo de hacernos daño y las historias más extraordinarias se cuecen sobre este intenso fenómeno. Efectivamente, entre el 40 al 60% de la población ha vivido uno de estos episodios y las leyendas urbanas que giran a su alrededor no son pocas. En Asia, la población le atribuía el problema a demonios, en Estados Unidos, los protagonistas eran extraterrestres; los soñadores ganaban consciencia en medio del sueño sólo para comprobar que la movilidad era imposible. Este descubrimiento ocasiona pánico y sensaciones varias, desde pensar que alguien les impide moverse, hasta alucinar que un demonio está sentado en su pecho o que una presencia maligna lo acompaña en el cuarto. De hecho, las historias completas sobre secuestros extraterrestres y exámenes sexuales han salido de intensas ocurrencias de parálisis de sueño.
El desorden se trata en realidad de un “período discreto de tiempo donde el movimiento muscular voluntario es inhibido, exceptuando las mociones ocular y respiratoria, y ocurre cuando la persona anda en un proceso de transición hacia o desde el sueño profundo”, explican los investigadores en el diario Revisiones de la Medicina del Sueño.
Experiencias varias
Este desorden es manipulado por el tiempo y la cultura que le atribuyen características determinadas, pero, evidentemente, provoca una emoción intensa en la persona. Ahora, Brian A. Sharpless de la Universidad del Estado de Pennsylvania, notó que el sentimiento provocado no siempre era negativo, de hecho, individuos que experimentaban parálisis del sueño con cierta regularidad decían disfrutar el hecho mientras que otros evitaban dormir para no atravesar por esos episodios otra vez. Sharpless combinó 35 estudios realizados en 50 años, en total 36,533 personas, para analizar qué tan común era para diferentes grupos.
“Encontramos que la parálisis de sueño ocurre más entre estudiantes y pacientes mentales. Es mucho más común entre personas que sufren de pánico y entre poblaciones que no son caucásicas. Existen tres tipos distintos de alucinaciones en el desorden: la presencia de un intruso, presión en el pecho muchas veces acompañada por experiencias de asalto físico o sexual y la levitación o experimentaciones fuera del cuerpo. Hemos visto que se necesitan estudios centrados en aliviar el fenómeno porque a muchos los afecta negativamente”, expresa.
Impactantes sucesos
Por el momento, los investigadores desean entender cómo la parálisis del sueño te perturba y aflige. La idea en la actualidad ha sido explicar el fenómeno para que la gente no convierta la experiencia en lo que no es; ahora, la meta es descubrir cómo estas ocurrencias en el sueño impactan la vida del individuo y la de los demás. Además, su relación con otros desórdenes como el de estrés post-traumático.
Los investigadores también desean indagar las causas del extraño suceso y los mecanismos que lo forman, el hecho de que pacientes mentales y estudiantes estén entre las personas que más experimentan estas ocurrencias es un paso certero hacia más descubrimientos sobre la parálisis del sueño.
Mientras tanto, si tiene una extraña y peculiar ocurrencia mientras duerme, no se preocupe, no es culpa de alienígenas ni demonios sino del monstruo estructural que es su cerebro y su interacción con la vida.
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