En busca de oraciones completas en el cerebro

Neurología. Una nueva tecnología permite que los científicos observen cabezas parlantes en natural movimiento y estudien mucho mejor los rasgos que caracterizan escuchar y hablar

Es impresionante lo que hemos hecho con la comunicación. Hemos conseguido inventar, no sólo lenguas para transmitir pensamientos, emociones, sentimientos, necesidades, sino un sinnúmero de aplicaciones desarrolladas para satisfacer nuestros apetitos sociales, nuestro deseo de comunicar. Por mucho tiempo, la neurolingüística se ha ocupado de estudiar la comprensión del lenguaje en el cerebro, fue mucho más fácil comenzar así pues no existía la tecnología aún que permitiera leer los cerebros mientras se movían, un problema que siempre resultaba de los estudios sobre el habla ya que la acción de hablar conlleva movimiento. No obstante, esta situación ha cambiado con una nueva tecnología que nos regala los resultados de la siguiente investigación sobre el lenguaje.

Cuando hablamos de comunicar nos referimos a escuchar y hablar. Se investigan las áreas que ejercen dominio sobre estos eventos. La mayoría de los estudios sobre el lenguaje en el cerebro se concentraba en lo primero ya que hablar involucra a una cabeza en movimiento mientras que la gente que va a escuchar lo puede hacer tranquilo, sin mover un dedo. Por eso las limitaciones en el área existían hasta que la nueva tecnología de imagen cerebral fue desarrollada por el Instituto Donders en la Universidad Radboud Nijmegen en los Países Bajos. El estudio fue elaborado, además, por el Instituto Psicolingüístico en Max Planck y la Universidad de Glasgow.

Los experimentos fueron llevados a cabo en el idioma holandés y se utilizó la nueva tecnología en movimiento para mover la actividad cerebral de las personas que hablaban, también se midió la actividad de los que escuchaban.

“Uno de los problemas que enfrentamos al organizar estos experimentos es obtener la oración que realmente deseas de las personas que estudias. Lo que hicimos fue lo siguiente, coloreamos a los personajes en las imágenes para que los voluntarios dijeran primero uno y luego otro. Por ejemplo, enseñamos la imagen de un hombre estrangulando a una mujer y coloreamos al hombre de verde y a la mujer de rojo para señalar cuál de los dos debe ir primero en la oración, de esa forma no tienen libertad para decir entre: el hombre estrangula a la mujer o la mujer es estrangulada por el hombre”, explica Laura Meneti, coautora de Glasgow.

Significado y estructura

Meneti estaba interesada en cómo el cerebro produce oraciones gramaticales y deseaba rastrear todo el proceso que causa a una oración desde el principio hasta el final, no sólo buscaba la estructura gramatical sino también el significado. Para ellos, era una manera de explorar un territorio nuevo en el área. Eliminar el movimiento de las personas parlantes permitió delinear el proceso en el cerebro; tres tareas conforman tanto al oyente como al parlante: computar el significado, buscar las palabras y construir una oración gramatical; las mismas áreas para estos trabajos eran activadas en el cerebro del que escuchaba y del que hablaba. La única diferencia, nos cuentan, es que el movimiento está completamente ausente en el que escucha. Antes se pensaba que el interlocutor que te oye articula las palabras antes de entenderlas o digerirlas pero no hubo señales de ello en el estudio; “no descubrimos ninguna señal motora activada en las personas que escuchaban”.

Los investigadores cuentan que aunque el estudio estuvo dirigido a preguntas que tienen que ver con el movimiento, han descubierto algunas cositas más.

Habla y escucha, construye y comprende

“Creo que podemos encontrar avenidas útiles para desarrollar mejores tratamientos con personas que tienen problemas con el lenguaje. Nuestra información nos dice que las mismas áreas funcionan para distintas tareas en el cerebro, por ejemplo, hemos visto que las mismas zonas son usadas por el que habla y el que escucha. Sin embargo, también hemos visto que estas zonas son los suficientemente independientes como para ser dañadas de forma individual”, explica.

Existen dos trabajos principales en el cerebro que tienen que ver con el lenguaje: hacerlo y comprenderlo; para ello hay varios lugares que se dedican a ello, tanto de forma unida como separadas, comprenderlos es la mejor manera de encontrar una forma de reparar el daño o de explicar cómo ocurren las cosas más interesantes en el comportamiento humano.


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