Existen distintos tipos de cegueras y distintas formas de recuperar la visión. Este año, tres investigaciones importantes y diferentes, han resuelto mediante el uso de la tecnología, varios tipos de cegueras. Sucede que el ojo humano no es nada simple. Millones de células se encargan diariamente de detectar la luz exterior, convertirlas en señales eléctricas y enviarlas a través del nervio óptico hasta el cerebro. Una vez allí, las neuronas en la corteza visual se encargan de interpretarlas. La pérdida de la visión, por lo tanto, puede deberse a distintos daños causados en estas células en el ojo, en el nervio óptico o en el cerebro.
En enero de este año, dos técnicas electrónicas fueron utilizadas para llevar luz a los ciegos. La primera fue anunciada el 9 de enero por la NASA y se trata de unos implantes detectores desarrollados en el espacio. Estos pequeños filmes de cerámica cuentan con 100,000 detectores separados que son capaces de producir una imagen tan nítida como la que vemos en cualquier pantalla de una cámara digital. El objetivo de estos sensores es suplantar las células que no funcionan dentro del ojo. El problema principal es que el cerebro tendrá que aprender nuevos trucos, como detectar novedosas señales eléctricas que provendrán de una computadora.
Sin embargo, el mejor invento oftalmólogo del año se lo lleva el Instituto Dobelle en Estados Unidos, quienes implantaron un ojo biónico, por primera vez, en un paciente de 62 años conocidos por los medios como “Jerry”. Este hombre perdió la visión en un accidente a los 36 años y desde entonces ha estado intentando recuperar la luz perdida. Este paciente teniía una ventaja sobre otros en cuanto a la realización del experimento. En 1978, Jerry dejó que los doctores le implantaran unos electrodos en el cerebro conectados directamente con las neuronas en la corteza visual. El aparato de Jerry cuenta con tres partes. La primera es una camarita en miniatura que recoge la imagen, la segunda es un sensor que detecta información desde lejos y la tercera es una computadora que procesa las señales y las envía a los electrodos conectados al cerebro de Jerry. Hasta el momento, todo lo que Jerry ha podido “ver” son puntitos de luz, esos que se quedan cuando cerramos los ojos luego de mirar directamente hacia el sol. Estos puntitos han permitido que el hombre distinga contrastes, siluetas y hasta letras de dos pulgadas de tamaño. Jerry pudo navegar perfectamente en terrenos desconocidos, como la estación de subterráneos en Nueva York, leer letras grandes y tomar un sombrero negro para ponérselo en la cabeza a un maniquí.
“En 1978, la computadora que utilizábamos era tres veces más grande que la que él lleva ahora, que aún pesa diez libras. Esperamos que con mejor tecnología la computadora sea capaz de crear imágenes para enviar al cerebro y darle profundidad a la visión artificial de Jerry”, dijo William Dobelle, director del Instituto.
No obstante, otro tipo de ceguera, más común aún que la de Jerry y otros pacientes, es el blanco de un nuevo experimento realizado por investigadores en la Universidad de California y patrocinado por el Departamento de Energía en Estados Unidos. Esta vez, los científicos han diseñado un ojo electrónico flexible que puede ser implantado quirúrgicamente en los humanos. Se trata de un microprocesador de 4 milímetros enlazado con una sustancia fuerte y flexible, conocida como Polidimetilsiloxano (PDMS), que se adapta y resiste muy bien los cambios y las condiciones fisiológicas del ojo. El diminuto procesador estimula las células en la retina del paciente que no han sido dañadas, ya sea por alguna enfermedad o por el desgaste del ojo en el tiempo, y las estimula para que restauren la visión perdida.
Los investigadores en la universidad han implantado los microprocesadores en tres perros ciegos y los pacientes caninos han recuperado la vista. En este momento, el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore está trabajando en una segunda generación de estos microprocesadores, dedicados completamente al ojo humano. Los científicos dijeron en una rueda de prensa la semana pasada que el ojo electrónico para humanos estará listo dentro de tres años.
El prototipo para humanos
Hasta el momento, el novedoso ojo electrónico sólo ha sido utilizado en perros. Sin embargo, los investigadores opinan que muy pronto estará disponible esta tecnología para humanos. Lo primero es que la visión canina es mucho más simple que la humana, las imágenes y los colores son diferentes, por lo tanto, el prototipo canino del ojo electrónico sólo necesita 16 electrodos. La segunda generación del aparato, por el contrario, que estará destinado a las retinas humanas, contará con mil electrodos que se encargarán de que el paciente detecte la ausencia o la presencia de luz.
El nuevo ojo electrónico está diseñado para personas con desórdenes en la retina o gente que está perdiendo la visión o que ya han sido registradas como ciegas. El proyecto ha recibido 9 millones de dólares por el Departamento de Energía de Estados Unidos.
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