Pulsaciones magnéticas para manipular las neuronas

En su interesante libro, “Fantasmas en el cerebro”, el neurólogo V. Ramachandran relata las más extrañas y curiosas perturbaciones cerebrales. El médico, famoso por sus investigaciones sobre los “miembros fantasmas” que persisten luego de amputaciones, ha logrado descubrir rutas cerebrales que controlan actividades específicas. Y es que el cerebro y sus funciones, son bastante difíciles de estudiar. Por mucho tiempo, los neurólogos han recurrido a casos especiales para sus investigaciones. Uno de los casos más extraños fue convertido en una interesante película de acción conocida como “Memento”, donde el protagonista sufre una violenta lesión en el hipotálamo que le daña la memoria inmediata. El resultado es que la persona no puede archivar los eventos del presente en su “disco duro” así que se le olvida todo en cuestión de minutos. El sujeto puede leer el periódico de hoy, todos los días, y asegurar que está leyendo noticias nuevas. Existe sólo un caso así en el mundo y el mismo neurólogo admite que es impresionante. “Si salía de la habitación del paciente por tan sólo un minuto cuando regresaba, él ya no me recordaba”, escribió Ramachandran en su libro.

Oliver Sacks también es famoso por sus extraños casos. Su libro, “El hombre que confundió a su esposa con un sombrero”, está repleto de anécdotas de este tipo. Personas que por fuertes traumas causados en accidentes o por enfermedades neurodegenerativas, han desarrollado condiciones extremadamente peculiares debido a malfuncionamientos en ciertas áreas cerebrales. Otro caso formidable se conoce como “la indiferencia hemiespacial” en donde los pacientes no le prestan atención a un lado de su campo visual. Esto se debe a daños en la corteza parietal que se encarga de inhibir ambos hemisferios. Cuando un lado de esta área se daña, el lado que debía inhibir se vuelve hiperactivo. Una señora, por ejemplo, presentaba un daño en la parte izquierda de esta región, por lo tanto, los objetos en el campo visual izquierdo, y el mundo de ese lado, simplemente dejaron de existir. (Debemos tomar en cuenta que el hemisferio izquierdo controla el lado derecho del organismo y viceversa). Su hija relata que la mujer dejaba en el plato toda la comida que estaba en la parte izquierda y, cuando su hija se lo hacía notar, ella giraba su silla de ruedas en un círculo completo hacia la derecha (para ella era incomprensible girar un poco hacia la izquierda pues la izquierda, simplemente, no existía) hasta que el otro lado del plato quedara en su campo visual, es decir, el derecho.

Estos casos, por lo general, no cuentan con tratamientos que los resuelvan. El cerebro ha demostrado ser una red neuronal bastante complicada donde áreas especializadas se intercomunican entre sí creando una red global difícil de desentrañar en su totalidad. Especialmente porque no se puede estudiar el cerebro humano en una persona viva. O, tal vez sí.

Por algunos años, una sorprendente técnica ha estado bajo el escrutinio científico. Se trata del uso de pulsaciones magnéticas sobre la materia gris. Veamos cómo funciona.

Las neuronas se comunican mediante señales eléctricas. Se conoce por mucho tiempo que si aplicamos pulsos magnéticos en el cerebro se puede alterar su actividad estimulando las corrientes eléctricas que corren por las neuronas. Marina Chicurel, de la revista Nature, ha recopilado una serie de experimentos que han sido elaborados utilizando estas técnicas y, entre ellos, se han encontrado soluciones para peculiares condiciones cerebrales, como las que narramos anteriormente, pero también se ha desatado una controversia sobre el uso de este método que ha provocado episodios epilépticos en siete de las personas que han sido sometidas al más intenso de ellos.

La técnica es conocida como Estimulación Magnética Transcraneal (TMS son sus siglas en inglés) y el crédito de utilizarla con éxito por primera vez lo tiene el médico Anthony Barker del Hospital Real de Hallamshire en el Reino Unido. Barker, nos cuenta Chicurel, dirigió una pulsación con una intensidad de 2 tesla y una duración de un milisegundo hacia una región en el cerebro motor que controla los dedos y logró que el dedo del paciente se moviera..

La técnica todavía no puede controlar regiones del cerebro con precisión considerable. Se ha comprobado que pulsaciones de milisegundos pueden alterar las funciones del cerebro por poco tiempo, sin embargo, otros experimentos, donde someten a regiones del cerebro a constantes pulsaciones por segundo, pueden alterar ciertas funciones cerebrales por varios minutos. Este tipo de estimulación se conoce como TMS repetitiva o rTMS y ha originado desacuerdos entre neurólogos debido a que algunos pacientes han padecido episodios epilépticos luego de haber sido tratados con rTMS. Sin embargo, otros neurólogos citan los extraordinarios resultados de estas técnicas frente a un número de pacientes, estadísticamente irrelevante, para los resultados en general.

El año pasado, por ejemplo, el neurocirujano Massimiliano Oliveri de la Univerisdad de Palermo en Italia, logró que una paciente con “indiferencia hemiespacial” se fijara en el mundo de su lado perdido al aplicar pulsaciones magnéticas en el lado del hemisferio que no estaba dañado, inhibiendo su participación. “Los primeros resultados han sido prometedores”, aseguró.

Experimentos realizados con la técnica

Marina Chicurel ha resumido para la revista Nature los experimentos realizados con TMS:

  • Anthony Barker, médico del Hospital Real Hallamshire en el Reino Unido fue el primero en llevar a cabo con éxito este tipo de experimento. Barker estimuló un área motora del cerebro que se encarga de mover los dedos y logró que el dedo del paciente se sacudiera.

  • Alfonso Caramazza aplicó magnetismo a la región izquierda de la corteza prefrontal y descubrió que las personas tenían problemas para conjugar verbos cuando esto pasaba. Sin embargo, no cambió para nada su habilidad de poner en plural o en singular los sustantivos.

  • Stephen Kosslyn y Alvaro Pascual-Leone del Centro Médico Deaconess, en Boston, comprobaron la teoría de que cuando visualizamos cosas en nuestra mente recreamos imágenes en nuestro cerebro parecidas a las del mundo real y con las mismas dimensiones espaciales. Utilizando rTMS confirmaron que el cerebro utiliza la misma región V1, para ambas cosas, cuando ve lo real y cuando lo imagina.

  • Varios equipos de científicos han utilizado rTMS para combatir la depresión. Un equipo bajo el mando del Psiquiatra Tal Burton de la Universidad de Columbia en Nueva York publicó los resultados de 25 estudios en donde la técnica actuaba como un moderado antidepresivo.


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