Nesperennub, la primera momia en la realidad virtual

Es seguro que el sacerdote Nesperennub jamás pensó en conocer a Superman, mucho menos su visión de rayos X. Mientras vivía en Thebes, circa año 800 antes de Cristo, el hombre se encargaba de preparar los rutinarios ritos en su templo de Karnak. Los egiptólogos conocen mucho sobre la historia de Nesperennub debido a los hallazgos de jeroglíficos y pinturas que relatan su vida. El sacerdote fue enterrado en el Valle de los Reyes, a orillas del Nilo, hace casi tres mil años.

En 1899, el sarcófago de Nesperennub arribó a Inglaterra y allí ha permanecido, como invitado y huésped consolidado del Museo Británico. Hasta 1960, la momia permaneció en el museo sin ser molestada. Pero en esa década, Nesperennub conoció la visión de rayos X, al estilo humano.

Las placas del sacerdote permitieron que los arqueólogos pudieran distinguir un objeto extraño, similar a un gorro, que se encontraba en el cráneo del sacerdote. Los investigadores supusieron que se trataba de su placenta, guardada desde su nacimiento como objeto de buena suerte. Sin embargo, la visión X no era lo suficientemente nítida como para proveer con más detalles del valle de la muerte de Nesperennub.

Pero la tecnología ha avanzado tremendamente. La visión que atraviesa muros, una vez exclusiva de superhéroes, ha sido ya patentizada por gigantescos imanes utilizados para capturar imágenes mediante la resonancia magnética. Continuando con esta lógica, John Taylor se arriesgó a trasladar al viejo sacerdote al Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía en Londres para hacerle una tomografía y un escáner profundo y detallado.

Por varias horas, el arqueólogo tomó más de 1,500 imágenes de Nesperennub que fueron guardadas en un archivo muy especial. Y es aquí donde entra la otra parte hermosa de esta combinación de ramas científicas. Taylor ya se había reunido con David Hughes de la empresa de computadoras SGI, quien se encargó de asistirlo con lo mejor en la tecnología de la realidad virtual. De esta forma, Taylor guardó las imágenes del sacerdote usando un programa conocido como SGI Onix 3000, que ha sido utilizado en diferentes medios para reforzar e incrementar el uso de la realidad virtual en diferentes ramas del conocimiento.

La gente de SGI ha realizado animaciones de películas como Shrek, El señor de los anillos y la Inteligencia artificial, entre otras. Además, el proyecto de la realidad virtual también incluye un programa para médicos y estudiantes donde cadáveres han pasado por el mismo proceso que el sacerdote y ahora viven, tridimensionalmente, en la realidad virtual.

“Lo primero que hemos descubierto al ver los resultados de la tomografía de Nesperennub es que el objeto en su cabeza no se trata de una placenta como pensábamos sino de una pequeña olla de cerámica. Algo muy curioso que aún no nos podemos explicar”, dijo Taylor. “Es impresionante la forma como este programa permite ver detalles tan especiales como la tierra que se depositara entre la tela y las huellas que dejaron las puntas de las células nerviosas en su cráneo. También hemos visto el amuleto con alas que acompañó al sacerdote a su “viaje al más allá” y los ojos de plástico que suplantaron los verdaderos para que fuera capaz de encontrar el camino en la oscuridad”, concluyó.

Los arqueólogos también han observado un agujero pequeño en la frente del sacerdote que podría estar relacionado con las razones de su muerte.

“Nuestro programa de realidad virtual permite que el usuario perciba la textura de los objetos. Además, tienen una aplicación que deja que el usuario navegue entre las imágenes. Lo que queremos hacer ahora es poner este programa de la momia en nuestro centro de Realidad Virtual para que estudiantes y profesionales puedan venir y analizar este antiguo cadáver”, aseguró Hughes. “Es la mejor tecnología para estudiar a las momias porque no hay que desvendarlas para verlas, una gran ventaja que pensamos aprovechar”.

Nesperennub, es seguro, jamás lo hubiera imaginado.

Receta para una momia egipcia

Los egipcios se tomaban 70 días para momificar a uno de los suyos. Lo primero que había que hacer era remover todos los órganos internos, exceptuando el corazón. Muchas veces se ponían placas rectangulares sobre las heridas por donde se extrajeron los órganos. Nesperennub tenía una de estas placas. Los embalsamadores, además, se encargaban de reemplazar los ojos del muerto por unos abiertos y de plástico. Los egipcios pensaban que de esta forma el muerto podría ver entre la oscuridad hasta llegar a su destino final.

Las momias eran luego secadas con sal, le untaban en la piel una capa de un ungüento hecho de diferentes tipos de resinas y aceites, para prevenir el deterioro y, por último, las envolvían en estas telas de lino junto a algún amuleto de protección.


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