Neurología. La lucidez al escribir, pintar o realizar cualquier actividad se origina cuando el cerebro forma diferentes y acertadas interrelaciones neuronales y se puede estimular con ciertas técnicas modernas
Todos hemos experimentado esos raros pero hermosos momentos en que nos sentimos inspirados. Es aquel instante en que las ideas fluyen sin obstáculos y nos encontramos capacitados para resolver problemas y encontrar ideas inusuales que utilizamos en formas distintas e ingeniosas. Este proceso lo conocemos como la creatividad y de acuerdo con los estudios más recientes, es producido por interrelaciones acertadas en el cerebro.
En los últimos años, el estudio de la creatividad ha sido retomado por la neurología, pero no siempre fue así. Hace miles de años, las personas otorgaban este regalo de inspiración a sus dioses. Religiones de todos los tiempos han atribuido el proceso a una entidad divina que congracia a sus discípulos con un torrencial de nuevas ideas. Sin embargo, en el período final de la Edad Media y más tarde, en la época del Renacimiento, la inspiración divina fue sustituida por el logro personal. El individuo era el protagonista de los tiempos y, sus obras, ya sea en forma de pinturas, escritos, poemas y demás, eran la responsabilidad y la consecuencia de una personalidad extraordinaria.
En épocas más recientes, la creatividad fue situada en el subconsciente. Nombres bastante conocidos, como Sigmund Freud y Carl Jung, teorizaron que existía una región en el cerebro que era como el tesoro escondido de la creatividad. Para estos psicólogos, existen obstáculos en la mente de la persona que no le permiten acceder a este caudal del subconsciente. Para alcanzar el tesoro surgieron cientos de terapias, derivadas del psiconálisis, que hacen posible que la persona llegue hasta estas reservas de ideas creativas.
Uno de los experimentos más excitantes y curiosos sobre la creatividad se realizó gracias al conocimiento de los patrones de ondas que produce nuestra materia gris. Cada persona elabora cuatro tipos distintos de patrones de ondas en el cerebro. Durante un electroencefalograma, por ejemplo, los científicos pueden notar, aislar y diferenciar estos patrones que son recogidos por el aparato. Cada uno de ellos representa un estado distinto del cerebro en el momento. De acuerdo con los expertos, las personas presentan los cuatro patrones al mismo tiempo pero siempre existe uno que es predominante. Cuando una persona duerme, el patrón predominante que saldrá en el electro se conoce como ondas Delta y se caracterizan por su baja frecuencia. Cuando el individuo está despierto y en alerta, el patrón de las ondas Beta será el preponderante en el momento. Existe otro patrón, conocido como ondas Alpha, que aparece cuando la persona está enfocada en un trabajo específico o completamente relajada. Por último, pero no por eso menos importante, encontramos el patrón de ondas Theta, que caracterizan no sólo nuestros sueños sino esos momentos creativos y de inspiración de los que hemos estado hablando.
Existe cierta tecnología que se vale del conocimiento de estos esquemas para tratar de inducir patrones de ondas específicos en las personas. De esta manera, es posible incrementar la creatividad de alguien o su estado de relajación. Para ello, los expertos se han valido de distintos recursos. Uno de los más modernos es conocido como Estimulación Magnética Transcraneal que utiliza poderosos imanes para maniobrar la producción de ondas eléctricas en el cerebro. De hecho, varios experimentos realizados con técnicas modernas han conseguido incrementar en un 17% la creatividad en el cerebro.
Uno de los más conocidos fue llevado a cabo en Londres en septiembre del año pasado. 97 estudiantes de música de la Real Academia de Londres, fueron sometidos a estos imanes para cambiar sus patrones cerebrales. De acuerdo con los resultados del estudio, la mayoría de los jóvenes aumentaron su creatividad en un 17% y, algunos, lograron un incremento de hasta un 50%.
Un nuevo estudio realizado por una neuróloga y una psicóloga en la Universidad de Harvard, apunta hacia los lóbulos temporal y frontal como los creadores de las ondas Theta que promueven la creatividad. Alice Flaherty y Shelley Carson, estudiaron específicamente a los escritores y sus musas. Para las científicas, el bloqueo de los escritores y los episodios de hipergrafía (cuando no puede dejar de escribir y las ideas fluyen libremente), se deben a interconexiones entre los lóbulos temporales, el lóbulo frontal y el sistema límbico. Este último, asegura Flaherty, proporciona el empuje emocional de las ideas y el pensamiento creativo.
“Creemos que cuando el lóbulo frontal trabaja libremente la persona recibe visita de sus musas y se siente inspirado mientras que cuando los lóbulos temporales son restringidos por el trabajo en el lóbulo frontal, el escritor se siente bloqueado y el papel en blanco es intimidante”, comentó la neuróloga para la revista The Harvard Gazette.
Los expertos concluyen que, a pesar de haber descubierto algunas claves interesantes de la creatividad y de haber utilizado aparatos para incrementarla, no conocen aún cómo generarla. La creatividad es el producto de la herencia genética y las interacciones culturales y educativas de cada individuo. Una máquina puede incrementar o estimular su existencia pero no puede producir individuos creativos.
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