Los poderes antibióticos de la miel

La ciencia no debe basar la acumulación de conocimiento en anécdotas, por lo tanto, ensayos y experimentos deben realizarse antes de dar por hecho las propiedades químicas para sanar que presente cualquier sustancia. Por siglos, el ser humano ha estado utilizando productos naturales para curar heridas y otras enfermedades. Algunos de estos productos parecían funcionar en algunas personas pero en otras no. En otras ocasiones, la poción funcionaba pero luego de un tiempo no se repetía la curación.

La medicina moderna, junto a los avances tecnológicos, se ha encargado de investigar cuáles de estas sustancias usadas por la medicina tradicional, sirven para sanar, por qué lo hacen, cuáles químicos funcionan y cuáles no. De esta forma, la medicina ha aprendido a utilizar sustancias químicas proporcionadas por la naturaleza y también a fortalecerlas para que sus poderes curativos se vean multiplicados varias veces más. Sin embargo, para comprobar estas propiedades para curar de las sustancias químicas hay que realizar varios ensayos que comienzan sobre platos de laboratorios, continúan con animales y finalizan en ensayos clínicos en humanos, sólo entonces la comunidad científica aprueba su uso en el mundo.

Parte de estos procesos han sido elaborados con la miel. Un producto que se ha venido utilizando en las heridas de los antiguos egipcios que confiaban en sus poderes curativos. Por mucho tiempo, las personas pensaban que la consistencia gruesa de esta sustancia impedía que el aire entrara en las heridas y las infectara. También se pensaba que el alto contenido de azúcar en la miel impedía que las bacterias crecieran de forma rápida. No obstante, nuevas investigaciones realizadas por un equipo de científicos en la Universidad del Instituto de Gales en la ciudad de Cardiff, demuestran que la miel tiene otros ingredientes activos que se encargan de matar las bacterias, aún aquellas que no responden a los más fuertes antibióticos disponibles actualmente.

El conocido producto de las trabajadoras abejas podría evitar un sinnúmero de complicaciones en la medicina moderna. Las infecciones en las heridas son bastante problemáticas en la medicina moderna debido al mal uso que se le ha dado a los antibióticos que han evolucionado para ganarle la partida a estos medicamentos. Las heridas infectadas que no responden a tratamientos producen mucho dolor en los pacientes y los obliga a permanecer más tiempo en el hospital. Muchos de estos problemas pueden complicarse aún más y la persona perder una extremidad o hasta morir a causa de la infección. Por lo tanto, el equipo en Gales, bajo la dirección de la microbióloga Rose Cooper, realizó una serie de experimentos para descubrir cuáles ingredientes misteriosos estaban eliminando a las bacterias.

Cooper primero creó una miel artificial, con la misma consistencia y el mismo contenido de azúcar que la miel natural. Entonces las usó ambas como tratamientos contra heridas y descubrió que la miel natural sanaba tres veces más rápido y con más eficacia que la artificial. Por lo tanto, estas propiedades no son las responsables directas.

El equipo luego descartó que se debiera a una conocida combinación en la misma miel. Muchos científicos pensaban que se debía a un tipo de miel que cuando es diluida se convierte en peróxido de hidrógeno, una sustancia que sirve para limpiar heridas. Pero el equipo utilizó otro tipo de miel, conocida como la miel de manuka, que no se convierte en peróxido al ser diluida. Esta miel también actuó contra las peores bacterias. El equipo de Rose aún continúa buscando los ingredientes culpables.

Por el momento, los investigadores piensan que las milagrosas proteínas se deben a unas enzimas liberadas por las abejas que la producen.

Pensamos que estas enzimas se activan más tarde, debido a la acidez en la sustancia o a ciertos químicos que existen en la planta de donde extrajeron el néctar”, afirmó Cooper.

Mientras los investigadores intentan averiguar cuáles químicos intervienen en este proceso, las empresas farmacéuticas ya están creando productos con la miel. Por ejemplo, tubos médicos esterilizados con la sustancia y vendajes dulces para sanar heridas.

Esto no quiere decir que la gente debe salir corriendo ahora a comprar miel para sus heridas. Hay que tener en cuenta que las sustancias que encontrará en los supermercados y tiendas, han perdido estos efectos debido al calor que pasan durante el procesamiento. Lo mejor que una persona puede hacer si tiene una herida muy fea es visitar a su médico y dejar que los científicos continúen descubriendo cuál es la mejor forma de eliminar el dolor y mantenernos en buena salud,” concluyó la microbióloga.

Bacterias protagonistas

Los científicos, bajo la dirección de la microbióloga, Rose Cooper, utilizaron dos bacterias resistentes a los antibióticos. Las protagonistas de los experimentos son muy conocidas por todo el mundo: estafilococos y enterococos. Estos bichos han logrado rebasar antibióticos como la Meticilina y la Vancomicina. Cooper opina que la miel podría muy bien convertirse en el producto principal para tratar heridas en los hospitales.

Otros tratamientos para tratar heridas infectadas a utilizado Iodín, compuestos de metales como la plata y tratamientos de larvas que se comen toda la piel podrida de las infecciones.


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