Una pastilla para sus miedos

Psicología

De acuerdo con los investigadores, las personas que recibieron dosis de la hormona cortisol, no sólo lograron bloquear el miedo en los pacientes sino que además les permitió finalizar con las técnicas conductuales durante el tratamiento psicológico.

Daniela tiene un nuevo miedo. Luego de meses buscando una terapeuta que la satisficiera, la joven de 14 años ahora teme ir a las sesiones después de que un ataque de pánico la sacara del acogedor salón con la misma rapidez y desajuste de una bala perdida. La jovencita no pudo soportar ni siquiera la primera sesión que gradualmente la expondría a sus miedos y que es utilizada por millones de psicólogos y terapeutas en el mundo. De hecho, la exposición en cuenta gotas de una fobia es una de las técnicas más populares, aunque no la única, para intentar borrar de la vida de una persona todos esos miedos infundados que la obligan a acomodar sus vidas alrededor de sus miedos.

Y los hay de todos los tipos. Desde fobias paralizantes ante la idea de montarse en un avión hasta el pánico agudo de enfrentarse con una cucaracha voladora; en medio de esos dos ejemplos existen miedos mucho más populares, como la fobia a las arañas o a hablar en público y los menos conocidos como el pánico a los espacios abiertos o a las bebidas con soda. Con seis mil millones de personas en el planeta, no es difícil encontrarnos con los miedos más inusuales.

A pesar de todas estas décadas estudiando fobias y miedos, es muy poco lo que se conoce sobre sus causas. Sin embargo, la ciencia sí descubrió que el cuerpo, como siempre, tiene sus mecanismos naturales para controlar los ataques de pánico que nos borran el mundo cuando sufrimos de miedo o de alguna situación estresante. Se trata de la hormona cortisol, cuyos niveles se levantan cada vez que algo nos asusta o requiere que actuemos prontamente para salvarnos de un problema mayor; es precisamente en esos casos que la hormona realiza su efectivo trabajo de alejar el pánico para que actuemos adecuadamente.

“Cortisol subyuga la respuesta del pánico e impide que nos paralicemos frente al miedo o a un momento de tensión extrema. Lo que hemos querido probar con nuestro experimento es que si subimos, artificialmente, los niveles de la hormona en el organismo, las personas que sufren de fobias podrán enfrentarse mucho más fácilmente al objeto de su miedo”, explicó la directora del experimento, Dominique de Quervain.

El equipo de la Universidad de Zurich se propuso investigar los efectos de este incremento en la hormona y quedaron impresionados con los resultados. “Sabemos lo suficiente del cortisol como para no cometer el error de vender esta droga como la única solución a los problemas, lo que hemos descubierto es una forma de ayudar a los psicólogos, psiquiatras y sus pacientes a enfrentar las terapias con menos miedo, esto ayudará a que los pacientes no abandonen el tratamiento por mitad ni tengan que atravesar por altos episodios ansiolíticos para conseguir la cura. En ningún momento pensamos en un medicamento a largo plazo sino un tratamiento corto con un objetivo básico: curar las fobias”, concluyó de Quervain.

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