Técnica molecular para atacar la metástasis

La investigación molecular muchas veces parece cosa de biodetectives. Los investigadores, por lo regular, llegan a las más extraordinarias conclusiones al realizar un portentoso trabajo de búsqueda entre las funciones de los distintos componentes en el organismo. La pesquisa, por lo general, comienza con los genes, las unidades básicas en el cuerpo humano. De hecho, en marzo de este año (2003), se publicó la noticia sobre el primer gen descubierto que ayudaba a que el cáncer se extendiera por el cuerpo, un proceso que todos conocemos como metástasis.

Los genes llevaron a estos investigadores hasta las moléculas. Allí comenzó el análisis y la búsqueda de los factores comunes entre el cáncer y otros procesos humanos. Los descubrimientos no se hicieron esperar.

Una de las propiedades de los tumores cancerígenos es que mientras van creciendo algunas células cobran movilidad y logran esparcirse por el cuerpo. Unas de ellas utilizan la sangre como vehículo y otras usan el sistema linfático. Esta movilidad no es una característica que encontramos en las demás células del cuerpo adulto, sin embargo, los científicos decidieron ver si en las células embrionarias encontraban algo similar. La observación no les mostraba nada parecido hasta que, en una ocasión, cuando una de las células madre estaba por convertirse en otra célula, una molécula apareció a la vista de todos. Esta molécula es la protagonista de la nueva investigación.

Cuando el embrión comienza a crecer, las células madre que lo forman inician una transformación impresionante. Estas células tienen el poder de convertirse en cualquier otra célula en el organismo y para ello adquieren cierta movilidad. Cuando nuestros biodetectives observaron a estas células en un disco petri de laboratorio descubrieron que la molécula permitía que estas células se desplazaran por todo el plato de forma regulada y controlada.

Descubrimos que la molécula que permite esta movilidad controlada en el embrión se encuentra sobreexpresada en las células cancerígenas, sin embargo, no se encuentran para nada en las células adultas normales. Entonces deducimos que habíamos encontrado un factor común entre el crecimiento del embrión y la metástasis del cáncer”, explicó para la revista científica New Scientist, el director del equipo de investigación Peter Stern, del Instituto Paterson de Investigación de Cáncer en Manchester, Inglaterra.

Pero la indagación no quedó ahí, otro elemento repetido para ambos procesos interesó al equipo de investigadores. Tanto las células cancerígenas como las células embrionarias han encontrado la forma de burlar el sistema de defensa del organismo que los aloja. Entre la madre y el embrión, este mecanismo se encuentra en la placenta. Nuestros biodetectives se dirigieron entonces hacia la capa superior de la placenta, que se encuentra más cercana al tejido materno. Esta capa se llama trofoblasto y protege al feto del sistema inmunológico de la madre. Curiosamente, allí también encontraron a 5T4, la molécula que también parece la responsable de que nuestros anticuerpos no puedan deshacerse del cáncer.

La molécula 5T4 es la responsable de que el embrión se convierta en feto y también es la culpable de que el cáncer tome movilidad, cree metástasis, crezca fuera de control y no le tenga miedo a nuestros anticuerpos, burlándolo completamente”, dijo Stern.

Los investigadores decidieron desarrollar una vacuna que incite a nuestros anticuerpos a atacar directamente a la molécula culpable. 5T4 sólo se encuentra en el embrión y el cuerpo adulto no tiene porqué reconocerla como un elemento amigo. Con la ayuda de Oxford Biomédica, el equipo de Paterson preparó una vacuna contra la metástasis.

Hasta el momento es un tratamiento terapéutico seguro que envía anticuerpos hacia las células que desarrollen la molécula. El objetivo final es lograr una bala mágica basada en la molécula. Estamos trabajando con Active Biotech para que el anticuerpo se agarre de la molécula, la siga y lleve hasta los tumores cancerígenos la medicina para matarlos”, dijo Stern en la revista.

En la actualidad, la nueva vacuna contra la metástasis está siendo ensayada en humanos en pruebas clínicas en el Reino Unido.


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