Genética. Los científicos no sólo encontraron los mecanismos que causan el labio leporino con o sin paladar hendido, sino que consiguieron distorsionar moléculas en un camino embrionario y erradicar este defecto de nacimiento
Los genes controlan nuestra producción. Estas unidades moleculares cargan con la receta del organismo, formando proteínas y un sinnúmero de mecanismos dentro y fuera de la célula. Estos centros biológicos repletos de actividad son observados y estudiados cuidadosamente, buscando los pasos en cada proceso para ver cómo surgen las enfermedades, los defectos de nacimiento, los desórdenes genéticos y demás. Pues bien, la doctora Licia Selleri, del Colegio Médico Weill Cornell, tenía varios años intentando entender sagazmente el labio leporino, uno de los defectos de nacimiento más comunes y que requiere varios ciclos de cirugías además de terapia del habla y ortodoncia, y sus intentos daban los primeros pasos en embriones de ratones.
Durante la larga investigación, el equipo descubrió el papel de unos genes que producen proteínas conocidas como Pbx cuyo señalamiento celular es vital en el desarrollo de estas anormalidades. Los investigadores también aprendieron que alterar un tipo de molécula en la interesante vía Wnt era suficiente para corregir este defecto; la vía Wnt es más conocida por su papel en la embriogénesis y, precisamente, estudiando los embriones de ratones también lograron introducir un modelo de embriones de ratones con labio leporino, con o sin el paladar hendido. Los momentos eureka brillaban por su presencia.
“Habíamos ya mostrado la forma en que los genes que producen Pbx estaban relacionados con la producción y el desarrollo de los órganos y el esqueleto y en este último estudio probamos si estas proteínas jugaban un papel importante en el despliegue facial. Para ello usamos un ratón que carecía de varias combinaciones de tres genes de Pbx en el ectodermo, que es la primera capa de células del embrión, de hecho, de esta capa embrionaria también surgen los labios y la nariz”, explica Elisabetta Ferreti, otra de las autoras en el equipo.
Y allí encontraron el labio leporino. Mutaciones múltiples que afectan los genes que producen Pbx resultan en un desorden completo del labio, con o sin paladar hendido, todos los embriones con estos compuestos mutados padecían el defecto.
“El papel de estos genes en el desarrollo y la forma de la cara es una sorpresa para todos”, agrega Selleri.
La actividad de Wnt
Pues resulta que como una bola de nieve que rueda y rueda haciéndose más grande, estas mutaciones no sólo implicaban la función de ciertas moléculas en el desarrollo de la anormalidad, sino que producían poca actividad en la vía Wnt, que sabemos es esencial en la formación primaria del embrión. Distorsiones en este sistema lleva a una reducción en la programación de la muerte celular, un paso importante en el desarrollo animal y, en este caso, interfiere con la fusión apropiada de distintos tejidos en la cara, lo que causa el labio leporino.
“Usamos métodos genéticos para restaurar la actividad de Wnt en el ectodermo de los embriones de los ratones y el labio leporino en todos estos animales desapareció completamente. Por lo que sé, es la primera vez que alguien puede corregir este defecto en embriones y mostramos que Wnt es un factor crítico. Se trata de una forma muy provocadora de alcanzar los resultados y nos provee con una avenida nueva de estrategias para la reparación de tejidos”, explica Bingsi Li, también en el equipo.
La idea ahora es conseguir erradicarlo en humanos. El próximo paso es imitar un ambiente similar al útero donde se puedan corregir estas anormalidades y, como dicen los investigadores, sería una forma aún más simple que la manipulación genética porque sólo se trata de enviar señales a la vía Wnt, encargada de formar esa primera capa de células en el embrión. Este método no sólo erradicará el labio leporino en humanos sino otros defectos y lo hará antes del nacimiento o con el bebé recién nacido.
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