Las cosas marchan bien en el mundo de la paleontología; hasta que aparece un nuevo fósil. De hecho, junto a la antropología y a la arqueología, esta área científica del conocimiento depende mayormente de los huesos preservados para formar y continuar sus historias. Esta semana, la presentación de dos nuevos animales cambia, o quizás amplía, la visión que teníamos del mundo entre los dinosaurios. Pero esta vez no se trata de uno de estos gigantescos reptiles sino de nuestros ancestros: un mamífero antiguo que al parecer ni se escondía ni era víctima sino un feroz depredador que, nada más y nada menos, se alimentaba de dinosaurios.
Todo este tiempo, la idea de los pequeños mamíferos que vivían a la par con los dinosaurios estaba poco clara. Se pensaba que la mayoría estaba compuesta de roedores que sobrevivían escondidos bajo la sombra de los gigantescos reptiles. Sin embargo, la hipótesis está a punto de cambiar gracias a dos fósiles descubiertos en condiciones impresionantemente intactas que han dejado maravillado al equipo chino que trabaja en la provincia de Liaoning, al noroeste de China. Este lugar, compuesto por cenizas volcánicas y arenisca, ha preservado fósiles importantes para la paleontología, desde dinosaurios con plumas hasta aves antiguas y peces. Pero esta vez, las sorpresas descubiertas han dejado a los científicos emocionados con los pequeños animales.
“Hemos descubierto un mamífero pequeño, como del tamaño de una musaraña y parecido a estos marsupiales, de 130 millones de años de antigüedad. Cuando analizábamos el fósil nos dimos cuenta que otro animalitos se encontraba dentro de él. Inmediatamente pensamos que se trataba de un embrión, sin embargo, al analizar las pequeñas piezas de huesos descubrimos que era un dinosaurio, un pequeño Psitosaurio, quizás un poco más grande que un bebé, que sirvió como la última cena del mamífero”, explicó Meng Ji, coautor del estudio y curador de paleontología en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York.
El dinosaurio se encontraba ubicado en la parte baja del lado izquierdo del fósil mamífero, justamente en el lugar perteneciente al estómago de los animales extintos. “Los dientes de Repenomamus robustus, el nombre científico del animal, no son dientes de vegetarianos pues no están hechos para morder plantas sino para masticar huesos, el animal en su estómago es una muestra fiel de ello”, explicó el doctor Zhe-Xi Luo, paleontólogo del Museo Carnegie de Historia Natural en Pittsburg y miembro del equipo.
Dos nuevos mamíferos
Además del fósil de R. robustus, los paleontólogos también descubrieron otro animal, mucho más grande que el primero (un 50% más), que cambia la visión que teníamos de los mamíferos durante la época de los dinosaurios. El nuevo hallazgo muestra una era Mesozoica con una diversidad de especies mayor, donde los mamíferos eran mucho más grandes y variados de lo que pensábamos. El nuevo animal, bautizado como Repenomamus gigantus pesaba algunas 30 libras y era del tamaño de un perro mediano, los expertos afirman que era parecido al conocido demonio de Tasmania.
Muertos mientras dormían
Los paleontólogos alegan que es probable que estos animales estuviesen durmiendo cuando murieron. Los expertos se basan en la posición de descanso en que encontraron la mayoría de los fósiles.
“Todos parecen estar durmiendo. Es posible que los gases venenosos provenientes de la actividad volcánica sean responsables de las muertes de estos animales. Es probable que hayan muerto mientras disfrutaban de una siesta después de un exótico almuerzo o una fabulosa cena de dinosaurios”, explicó para la prensa Meng Ji.
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