Astronáutica. La investigación del accidente del transbordador Columbia el pasado 1 de febrero dejó a la NASA bastante mal parada. De acuerdo con el consejo de investigación, la cultura de la administración, los malos procesos y la manía, por parte de los altos mandos, de no escuchar las advertencias de los empleados, produjeron una tragedia que para muchos pudo ser evitada.
Durante la investigación salieron a relucir reportes donde los ingenieros de la NASA advertían a los altos mandos sobre los problemas existentes con los transbordadores. Una de estas sugerencias produjo el trágico desenlace. Pero la más popular agencia espacial no quiere dormirse nuevamente en sus laureles y ha decidido destinar todas las recomendaciones que se elaboraron para los transbordadores, para así aplicarlas en la Estación Espacial Internacional.
De hecho, las misiones a “Alfa”, como se conoce también la estación, están siendo llevadas a cabo gracias a los rusos. Si no fuera por la consistencia de las naves rusas, las misiones a la estación hubieran sido descontinuadas luego de la destrucción del transbordador. La NASA estima que para otoño del próximo año tendrá de nuevo listas sus naves para el vuelo, mientras tanto, Rusia es quien lleva todo el peso de las misiones a Alfa.
El pasado 28 de octubre, una nave Soyuz trajo de vuelta, por segunda vez, a un estadounidense. En el primer vuelo en el que un estadounidense viajara hacia la Tierra en una nave Soyuz y aterrizara en territorio extranjero, la nave rusa presentó problemas de malfuncionamiento de uno de sus equipos de computación, y se desvió por más de 350 kilómetros de su curso. Para esta ocasión, los estadounidenses pidieron permiso al gobierno ruso para esperar la nave con herramientas y equipos de emergencia estadounidenses. Los rusos aceptaron, sin embargo, el aterrizaje de esta Soyuz fue nítido, “casi perfecto”, aseguró el español Pedro Duque hablando en ruso para la prensa, al momento de su llegada.
Sin embargo, un pequeño y misterioso acontecimiento empañó una misión que en otras circunstancias hubiese sido ideal. Uno de los ocupantes de la nave Soyuz, aún no se sabe o no han revelado quién fue, presionó uno de los botones que enciende uno de los motores lo que causó que la estación completa rotara 25 grados fuera de lugar.
“Gastamos mucha gasolina en volver a poner la estación en su lugar pero no hubo ningún efecto secundario del evento”, afirmó Vladimir Solovyov, jefe de la unidad de control en Moscú.
La Soyuz dejó en la estación a dos astronautas, el estadounidense Michael Foale y el ruso Alexander Kaleri. Esta última misión también suscitó alarma entre los expertos que consideran que la estación requiere de mantenimiento y que existen problemas que crean riesgos inaceptables para la vida en el espacio. Es entonces cuando la NASA decide tratar a la estación igual que a los transbordadores. Se resolvió realizar varias inspecciones para conocer el estado actual de Alfa. Los resultados de las primeras inspecciones no han traído buenas noticias. De acuerdo con el reporte presentado a la prensa, en la estación existen serios problemas con el alambrado, el equipo eléctrico, las superficies externas y, definitivamente, hay que mejorar los escudos de protección de la estación.
“La tragedia del Columbia sirve como un fuerte recordatorio de que el vuelo espacial es imposible si se cometen errores humanos y deficiencias de ingeniería. Errores imperdonables”, informó el reporte de la NASA.
Por el momento, la agencia espacial estadounidense está trabajando con la agencia rusa para comenzar con la mejoría del módulo Svezda, una unidad habitacional hecha por los rusos que presenta deterioro en sus paredes externas. Una de las preocupaciones de la NASA es la basura espacial. Los escudos protectores de la estación deben ser reforzados con mantenimiento pero la observación ha sido escasa. Cuando los transbordadores llegaban a la estación, se utilizaban como un punto de inspección de la superficie externa, pero los ingenieros aseguran ahora que no es suficiente.
“La NASA debe cambiar su política de procedimientos y su cultura de trabajo en cuanto a las misiones espaciales. Estamos incentivando a los empleados para que participen más activamente en las conversaciones sobre el futuro de las misiones espaciales”, escribieron los especialistas en el reporte.
Cinco problemas en Alfa
De acuerdo con las primeras inspecciones de la Estación Espacial Internacional, existen cinco problemas que deben ser atendidos prontamente ya que las probabilidades de riesgos que presentan no deberían existir en las misiones espaciales. Los problemas citados por un reporte de 84 páginas de la NASA son los siguientes.
Una caja de distribución de energía que falló en sus pruebas.
Un brazo robótico que tenía cables instalados más pequeños de los especificados.
Existen problemas con uno de los radiadores.
El resucitador cardiaco no está funcionando.
Hay problemas con un dispensador de amoníaco.
De acuerdo con el reporte, sin embrago, el problema que más preocupa a la NASA son los escudos y el estado de las paredes externas en la estación. La cuestión es que para llevar más y mejores escudos de mantenimiento hay que esperar que los transbordadores puedan volar nuevamente.
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