Neurología. A pesar de que la neurología siempre ha confiado en la fiabilidad del circuito cerebral, un nuevo estudio británico asegura que el órgano gris y blanco es poco fiable.
El cerebro juega sucio con nosotros todo el tiempo. El trabajo de percibir el dinámico alrededor incesantemente no es una labor para cualquier computadora, se necesita un sistema especial, como es la red neuronal, para elevar el pensamiento primate al nivel humano. Es innegable el impresionante papel que juega el cerebro en nuestras vidas, sin embargo, un nuevo estudio publicado por investigadores británicos en el diario Nature afirma que el cerebro es intrínsicamente poco fiable.
No es algo sorprendente si nos ponemos a pensar. Dicen investigaciones que nos pasamos, por lo menos, el 30% del tiempo en el que estamos en actividad, completamente distraídos, alucinamos con facilidad y tantas veces sin la necesidad de sustancias que alteren la percepción, además, nos equivocamos con notable frecuencia. Aún así, la hipótesis tradicional sobre el cerebro asegura que el circuito neuronal es bastante fiable y que su aparentemente alta variabilidad se debe a que el cerebro está continuamente ocupado en varias tareas simultáneamente y que éstas se afectan unas con otras.
Precisamente, nos dicen los investigadores del Colegio Universitario de Londres (UCL) quienes trabajaron en colaboración con el Instituto Wolfson para la Investigación Biomédica y el teórico Peter Latham de la Unidad Gatsby de Neurociencias Computacional, que ha sido esta hipótesis la que han probado directamente: la fiabilidad del circuito cerebral.
Curiosamente, la idea fue generada por el conocido efecto mariposa que tanto disgusta a los amantes de los imaginarios viajes en el tiempo. Sin embargo, el efecto mariposa es usado en muchas ciencias, como en climatología, y asegura que las alas en acción de una mariposa en Brasil pueden causar un tornado en Texas.
“Nuestra idea es introducir una pequeña perturbación dentro del cerebro, el equivalente neuronal a las alas de una mariposa en el efecto mariposa y luego preguntarnos qué pasaría con esa actividad en el circuito. ¿Crecerá esa perturbación y tendrá un efecto dominó, por lo tanto, afectando el resto del cerebro; o moriría inmediatamente?”, aseguró el autor principal del estudio, el doctor Mickey London, del Wolfston.
Pues efectivamente, asegura el equipo británico, la perturbación que fue introducida en el cerebro sí generó un efecto dominó.
“Lo que hicimos fue introducir un impulso nervioso, una punta extra introducida en una neurona en el cerebro de una rata. Este único impulso en una sola neurona causó treinta nuevos impulsos en neuronas cercanas y, como estamos hablando de un efecto dominó, pues estos treinta impulsos causaron treinta más extras y así sucesivamente”, explica el especialista.
Por supuesto, si analizamos estas reacciones en contexto no nos parecerán tan impresionantes ya que el cerebro produce un millón de estos impulsos cada segundo. No obstante, los científicos estimaron en la publicación que, eventualmente, ese impulso producido afectará a millones de neuronas en el cerebro de la rata.
Un órgano extremadamente ruidoso
“Nuestros resultados indican que la variabilidad que vemos en el cerebro puede deberse, en realidad, al ruido y representa una característica fundamental en la función cerebral normal”, escribe London. “A pesar de que sabemos que el cerebro es ruidoso, todavía desconocemos la razón para que lo sea”.
Ha sido la amplificación rápida de estos impulsos lo que ha revelado el ruido cerebral; de hecho, asegura el equipo, el cerebro es más ruidoso que cualquier computadora normal. No obstante, sabemos que este impresionante órgano puede realizar complicadas tareas con mucha más rapidez y certeza que cualquier computadora que hemos construido los humanos. Por lo tanto, el hecho de lograrlo, de conseguir este valioso desempeño a pesar de los altos niveles de ruido sugiere que el cerebro usa una estrategia que los investigadores llaman ‘tasación de código’ (code rate), donde las neuronas consideran la actividad ensamblada por muchas neuronas e ignoran la variabilidad individual, o ruido, que es producido por cada una de ellas. Una estrategia que tiene mucho sentido en un órgano tan complejo como ese.
¿Por qué tanto ruido?
A pesar de que los neurólogos no saben todavía a qué se debe todo ese ruido en el cerebro, algunos tienen sus hipótesis. Los investigadores en UCL, por ejemplo, sugieren una posibilidad: es el precio que tiene que pagar el cerebro para mantener esa alta conectividad entre neuronas, no podemos olvidar que cada neurona se conecta a diez mil otras, lo que resulta en ocho millones de kilómetros de alambrado en el cerebro humano. Para muchos, es precisamente la alta conectividad la parte responsable del poder computacional del cerebro.
“Mientras más alta la conectividad, más ruidoso será el cerebro. Por lo tanto, aunque el ruido no sea una característica útil, por lo menos es un subproducto de una cualidad que sí lo es”, expresó London.
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