Neurología. Dos estudios elaborados en el Instituto Salk han utilizado técnicas distintas para confirmar una teoría existente sobre los mecanismos que permiten que la red neuronal ajuste de forma automática el campo visual de acuerdo a estímulos internos y externos.
En su visión periférica existe un problema que el cerebro no desea que usted conozca. Se trata de dos puntos ciegos, cada uno en un hemisferio distinto, que nuestra limitada visión no alcanza a observar, no obstante, su cerebro como el de todos, lo llena constantemente para que usted crea que todo está completo, que no hay un punto negro en su visión. Sin embargo, pruebas sencillas, algunas publicadas por la revista científica Scientific American, pueden mostrarle que existe un punto que usted no ve.
Pero lo más interesante de este hecho no es el punto ciego en sí, sino el hecho de que el cerebro se encargue de rellenarlo con información que extrae del campo visual disponible. Así es, su red neuronal completa eso que sus ojos no alcanzan a ver.
De la misma forma, el cerebro se vale de la atención como una herramienta importante dentro del manejo de la visión. La atención, aseguran los neurólogos, permite que el cerebro enfoque un detalle dentro del escenario diario que nos ofrece la vida, y elimine los detalles que se encuentran a su alrededor. Como ejemplo, enfoque su vista en un detalle de la habitación y llame su atención a todo lo que está a su alrededor, si tuviese que procesar toda esta información al mismo tiempo, los datos más relevantes se perderían.
“La atención dirige de forma dinámica la información relevante hacia las áreas en el cerebro que se encargan de tomar decisiones, mientras hace todo esto, también se encarga de suprimir todos los detalles a su alrededor que son irrelevantes para la tarea que lo ocupa en el momento”, explicó el neurólogo John H. Reynolds, del Laboratorio de Neurología de Sistemas del Instituto Salks en San Diego, California, donde fueron elaborados los experimentos.
En esencia, la atención juega un papel esencial en la visión. Sin embargo, los científicos llevan décadas intentando averiguar cómo es que las neuronas logran centrar la atención (y la visión también) a pesar de los cambios repentinos en nuestro alrededor. Un ejemplo con el que todos nos podemos identificar es entrar a la sala de cine cuando las luces ya están apagadas. Al principio, no podremos distinguir mucho del oscuro salón, pero una vez tenemos un tiempo allí dentro, nuestros ojos lograrán identificar los detalles y ver mucho mejor que antes.
“Pero los detalles del funcionamiento de estos mecanismos ha sido objeto de debates entre científicos. Ahora, los dos nuevos estudios confirman que la teoría elaborada por Reynolds y David Heeger, de la Universidad de Nueva York (NYU), donde un circuito cortical toma control de esta forma automática de adaptación del cerebro a lo que observa”, explicó Kristy Sundberg, de la Universidad de Yale.
Modelo computacional y técnicas de experimentación
Tratemos de imaginar lo que los científicos intentan explicar. La idea es comprender cómo el cerebro dirige la atención visual para controlar nuestra percepción del mundo. La manera en que lo hace es gradual pero también bastante efectiva y automatizada. Los contrastes en cuadros y fotos toman el control de nuestra percepción gradualmente, una vez nos fijamos en alguna pintura o imagen con estos contrastes no podremos dejar de notarlos. Los investigadores en el Instituto Salk se centraron en dos prácticas para elaborar sus estudios. Uno se basó en un modelo computacional y el otro en diversas técnicas de experimentación, ambos tienen como objetivo comprender a cabalidad los mecanismos que dirigen la atención en el área visual del cerebro. “Creemos que el sistema cortical de la visión ha sido adaptado durante años de evolución para que el cerebro adapte la sensibilidad a lo que percibe. No sólo ajusta su sensibilidad en respuesta a lo fuerte que sea el estímulo recibido sino que permite que el cerebro responda a las tareas de información relevante y suprima todo aquello sin importancia”, dijo Reynolds.
Campos receptivos y potencial de acción
Como dicen que una imagen vale más que cien palabras, intentemos visualizar el trabajo neuronal. Usted está enfocado en una tarea específica, como clavar un clavo o coser unos pantalones, esas son las tareas en que su enfoque visual está concentrado, sin embargo, en la periferia, el mundo continua funcionando y sus neuronas están pendientes, aunque no primariamente, de lo que sucede a su alrededor. Este espacio de visión es lo que los neurólogos llaman “los campos receptivos”, es la región a la que cada neurona responde o ve, si algún nuevo detalle llega a este campo visual, las neuronas envían unas señales llamadas “potencial de acción” que alertan a la persona sobre el nuevo elemento que ha entrado en el campo visual. Pero va a ser la atención quien tenga la última palabra, será ella la que dirija el baile visual al estímulo más importante en la ocasión. Esta atención, por supuesto, depende, además, del interés y de otros factores importantes en la vida del propietario del cerebro en acción.
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