Científicos en Harvard culpan a un grupo distinto de células
Indagación
Investigadores en la Universidad de Harvard y el Instituto de Alergia e Inmunología Karolinska, aseguran que esta terrible enfermedad que afecta los pulmones no es causada por las células ayudantes sino por otras conocidas como asesinas naturales.
Curiosamente, el asma es una enfermedad producto de la sobreprotección. Pero no se afane, no se trata de culpar a un extremo cuidado materno sino del malfuncionamiento de las células en nuestro sistema de defensa que se vuelven un poco locas y deciden que todo lo que entra en nuestro organismo, aún no sea peligroso, lo es. De esta forma, las defensas comienzan a atacar al polen, al polvo y a todo extraño objeto que aspiramos produciendo inflamación en los pulmones que bloquean los ductos de aire y originan el problema en la respiración.
En el presente, los estudios realizados con asmáticos mostraban un tipo de células que componen el sistema inmunológico como las responsables de la sobreprotección, sin embargo, varios equipos de científicos en universidades distintas, han descubierto que otras células son las que se encargan de deteriorar el sistema atacando objetos que no ponen en peligro nuestra salud.
“Todo este tiempo hemos estado acusando a las células ayudantes T, que el cuerpo utiliza en la lucha contra un sinnúmero de enfermedades producidas por virus y bacterias, como las ocasionadoras del asma. Sin embargo, observar el proceso desde otra perspectiva nos ha mostrado que otras células llamadas asesinas naturales T, son realmente las causantes del asma”, explicó Dale Umetsu, director del estudio realizado en la Escuela de Medicina de Harvard quien ha estado trabajando con el asma por más de una década.
De hecho, el doctor Umetsu inició sus investigaciones en la Universidad de Stanford donde por primera vez notó que los ratones que no tenían células asesinas en sus organismos, no padecían de asma. Continuando con esa línea de investigación, los investigadores causaron el asma en los roedores activando el trabajo de estas células asesinas en sus organismos. Desde entonces, el doctor ha estado siguiendo el rastro de las células asesinas T y su vínculo con el asma.
“El problema era que no poseíamos el poder tecnológico suficiente para observar el proceso mientras ocurre en los pulmones. Hasta ahora, las evidencias que hemos visto nos muestran que las células asesinas son realmente las causantes del asma”, explicó Omid Akbari, involucrado en el estudio en Harvard.
Los investigadores notaron que no eran las células ayudantes las que provocaban el problema en los pulmones del asmático sino las asesinas que comenzaban a actuar de forma inusual en pulmones completamente sanos. “Es muy importante que confirmemos este estudio porque es probable que tengamos que cambiar la forma en que tratamos el asma. Pero es urgente que este hilo sea llevado hasta el final ya que las medicinas y los inhaladores que conocemos ahora están diseñados para atacar a las células ayudantes y las sustancias que usamos hasta ahora no son efectivas en las verdaderas culpables”, concluyó Umetsu.
DATOS
Nuevas drogas
La importancia principal de este descubrimiento reside en el cambio potencial de la producción de drogas diseñadas para el tratamiento de la enfermedad. “En el presente, el asma se trata con corticosteroides, sin embargo, estas sustancias no son muy efectivas bloqueando la actividad de las células asesinas naturales T. Es necesario que las farmacéuticas busquen una forma de bloquear la producción de proteínas de estas células que son las que sobreprotegen al organismo de partículas que no son nocivas para el organismo pero que la lucha contra ellas nos dificulta la respiración”, explicó John Faul, del Instituto Karolinska. Los científicos estudiaron 25 personas asmáticas, 14 de ellas nunca habían fumado, y descubrieron que sólo las células asesinas naturales T causaban el asma en ellos.
APOYO
Mucho cuidado con el sistema defensor humano
Más del 18% de la población infantil dominicana sufre de asma y las inhalaciones que destapan sus vías respiratorias pueden ser mejoradas cuando los científicos terminen de confirmar los nuevos resultados sobre la nociva enfermedad. La dificultad básica de manipular el sistema de defensa humano es que estas células son precisamente las que nos protegen de las infecciones y no podemos bloquearlas completamente pues nos abrumarán las bacterias y los virus. Por lo tanto, los investigadores deben ser minuciosos en la manipulación de las células defensoras.
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