Evangelio de San Lúsar: Capítulo 5

Capítulo 5

  1. Cuando Chuy veía a toda la gente que subió al monte donde estaba sentado, se le acercaron sus discípulos;

  2. y abriendo su boca, (si la mantenía cerrada no podía hablar) los adoctrinaba diciendo:

  3. Bienaventurados los pobres, pues de ellos será el reino de los cielos, ya que no tendrán dinero ni para comprarse un ataúd y ser enterrados en un panteón como Dios manda.

  4. Bienaventurados los mansos y humildes, porque se conforman con poco y no sufrirán por no tener lo que los demás tienen.

  5. Bienaventurados los que lloran, porque a ellos les darán un consolador.

  6. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque la justicia no se come ni se bebe, así que no morirán por no comerla ni beberla.

  7. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos tendrán a Miss Ericordia.

  8. Bienaventurados los que tienen puro su corazón, pues no sufrirán cardiopatías.

  9. Bienaventurados los Pacíficos, y también los Atlánticos.

  10. Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, pues es señal de que aún no los atrapan.

  11. Dichosos serán los que por mi culpa los maldigan y los persigan, y les digan con mentira toda suerte de mal contra ustedes.

  12. Alégrense porque es muy grande la recompensa que los espera en los cielos. Del mismo modo persiguieron a los profetas que hubo antes de ustedes, y ya ven, desde que murieron, no han regresado por acá, señal de que les ha ido tan bien en los cielos que no han querido regresarse.

  13. Ustedes son los más salados de la tierra, por eso los elegí. Y si la sal se hace insípida, ¿con qué se le volverá el sabor? Para nada sirve ya, sino para ser tirada y pisoteada por la gente.

  14. Ustedes son la luz del mundo. No se puede encubrir una ciudad montada sobre un edificio;

  15. ni se enciende la luz para ponerla donde no se ve, sino sobre un candelero, a fin de que alumbre a todos los de la casa:

  16. brille así su luz ante los hombres, de manera que vean sus buenas obras.

  17. No piensen que he venido a destruir la ley de los profetas, vine a darle cumplimiento, es decir, vine a hacer algunas de las cosas que dijeron que iban a pasar, para darles credibilidad (y engañar más a la gente).

  18. Con toda verdad les digo que antes faltarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse perfectamente cuanto contiene la ley, hasta una sola jota o ápice de ella. Y si no se cumple antes de que terminen los cielos y la tierra, pues de todas formas ya no habrá nadie que me reclame.

  19. Y así, el que viole uno de estos mandamientos, por mínimos que parezcan, y enseñe a los demás a hacer lo mismo, lo minimizaremos a cero, pero el que los obedezca y enseñe, a ése lo maximizaremos.

  20. Porque les digo que si su justicia no es mejor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

  21. Oyeron que se les dijo a sus mayores: No matarás; quien mate será un condenado matón y será condenado en juicio.

  22. Y les digo más: quien quiera que tome ojeriza con su hermano, merecerá que el juez le condene. Y el que lo desprecie vilmente, merecerá que lo condene el concilio. Pero el que lo mande a chingar a su madre, será enviado a chingar a su madre al infierno.

  23. Por lo tanto, si al tiempo de presentar tu ofrenda en el altar, para hacer ricos a los sacerdotes, ahí te acuerdas que tu hermano tiene alguna queja contra ti,

  24. deja ahí mismo tu ofrenda frente al altar, y ve a reconciliarte con tu hermano, y después vuelves a presentar tu ofrenda. Si ya no la encuentras, es porque ya la tomó el padrecito, así que tendrás que llevar una nueva ofrenda.

  25. Componte luego con tu contrario, mientras estés con él todavía en el camino; no sea que te lo ponga en manos del juez, y el juez te lo entregue al alguacil, y te lo metan en la cárcel.

  26. Te aseguro que de allí no saldrás hasta que cumplas tu condena.

  27. Oíste que se dijo a tus mayores: No te cogerás a las chicas que no son tuyas:

  28. Y yo además te digo: Cualquiera que mire a una chica con mal deseo, o se haga una puñeta pensando en ella, ya adulteró en su corazón.

  29. Que si tu huevo derecho es para ti una ocasión de pecar, arráncatelo, pues será mejor perder uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo se vaya al infierno.

  30. Y si es tu mano derecha la que quiere pecar, aunque sea haciéndote una chaquetita, córtatela (la mano) y tírala lejos de ti, pues será mejor perder uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo se vaya al infierno.

  31. Se ha dicho: Cualquiera que mande a la chingada a su mujer, se le repudiará;

  32. pero les digo, que cualquiera que mande a la chingada a su mujer, si no es porque otro se la anda tirando, la expone a que, entonces sí, otro se la coja; y el que se case con esa mujer, también será adúltero.

  33. También han oído que se dijo a sus mayores: No jurarás en falso, pero cumplirás los juramentos hechos a quien sea:

  34. Y además digo: Que no jures de ningún modo, si no es con un motivo justo, ni por el cielo, que es el baño de Dios,

  35. ni por la tierra, pues es la bacinica de Dios; ni por Jerusalén, porque es el mingitorio de Dios.

  36. Ni tampoco jurarán por sus cabezas, pues no está en sus manos el hacer blanco o negro ni un solo cabello, sino del estilista, o un tinte especial aplicable en casa.

  37. Sea, pues, si van a decir que sí, digan “sí”, y si van a decir que no, digan “no”, porque lo que pasa de esto, viene de mal principio.

  38. Han oído que se dijo: Piojo por piojo, liendre por liendre <Ex. XXI, 24. — Lev. XXIV, 20. — Deut. XIX, 21.>

  39. Pero yo mejor te digo que no le hagas caso a esas chingaderas, al contrario, si te agarran la nalga derecha, pon la otra también.

  40. Y el que quiera agarrarte a madrazos para violarte, mejor dale el culo, y ofrécele una mamada también.

  41. Y el que te lleve a huevo ir cargando mil pasos, ve con él otros dosmil.

  42. Al que te las pida, dáselas, y no le hagas el feo al que te pida algo prestado.

  43. Habrán oído que fue dicho: Amarán a su prójimo y tendrán odio a su enemigo (¿?).

  44. Y yo les digo además: Amen a sus enemigos, háganle bien a los que los aborrecen lloren por los que persiguen y calumnian:

  45. para que sean hijos imitadores de su padre, ya que para ellos amanece sean buenos o malos, así como llueve para justos y pecadores.

  46. Que si no aman sino a los que los aman ¿qué chingados ganas? ¿Qué no lo hacen así aún los publicanos?

  47. Y si no saludan a otros que no son tus hermanos ¿qué? ¿no hacen eso mismo los paganos?

  48. Sean, pues, perfectos, así como los argentinos.



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