(Este es un diálogo que representa el tipo de discusión que solemos tener los ateos y escépticos con los creyentes cuando se discuten sus creencias favoritas, ejemplificando sus respuestas típicas pero aplicándolas a un mito diferente como mecanismo ilustrativo. [N. de E.])
TEÍSTA: Esa caja tiene un leprechaun adentro.
ATEO: No lo creo… ¿por qué lo crees tú?
TEÍSTA: Lo escuché hablar.
ATEO: Eso tampoco lo creo… de hecho, no tengo evidencia de que existan los leprechauns.
TEÍSTA: Bueno, o hay un leprechaun en la caja o no lo hay, ¿cierto?
ATEO: Cierto.
TEÍSTA: Entonces hay un 50% de probabilidades para cada opción… y como lo escuché hablar, estoy seguro de que ahí hay un leprechaun.
ATEO: O hay un leprechaun en la caja o no lo hay, pero eso no quiere decir que las probabilidades sean 50/50.
TEÍSTA: Claro que sí.
ATEO: En realidad no, pero ¿puedes presentar alguna eviden…?
TEÍSTA: ¡Espera! Me acaba de decir que si no crees que él está allí, ¡te encadenará a un árbol luego de que mueras y te clavará su bastón en el trasero por 10.000 años!
ATEO: ¡Caramba!, pero yo preguntaba si podrías presentar alguna evidencia adicional además de tu afirmación de que lo escuchaste. A propósito, yo no lo escuché decir eso.
TEÍSTA: Bueno, no estás escuchando con empeño.
ATEO: Bueno. (Escucha.) Nada.
TEÍSTA: ¡Dale TIEMPO! Tienes que QUERER escucharlo sinceramente.
ATEO: Si está allí, me gustaría escucharlo… Seguiré escuchando.
TEÍSTA: ¿Oíste eso?
ATEO: No, nada.
TEÍSTA: O mientes o tienes la mente tan cerrada que no te está dejando escucharlo.
ATEO: ¿No me está dejando? ¿Los leprechauns pueden elegir quién los escucha?
TEÍSTA: ¡Por supuesto! Él podría abrir esta tapa, mostrarse ante mí… y tú nunca lo verías, pensarías que la caja estaba cerrada todo el tiempo. ¡Son MÁGICOS!
ATEO: Bueno, ¿tienes alguna evidencia de alguna de estas cosas? Es decir, nunca he visto un leprechaun… no tengo razón para pensar que siquiera existan y cada vez que me dices cómo probarlo, la prueba falla.
TEÍSTA: No, el que falla eres TÚ. Para mí funcionó.
ATEO: (Se acerca hacia unas pocas personas en un costado.) Bueno, hay otras personas que lo han intentado… y a ellos les falló.
TEÍSTA: Sí, pero a esta gente (se mueve hacia un grupo enorme en el otro costado) lo escuchó. De hecho hay MUCHA más gente aquí que te dirá que lo escucharon.
(El ateo se acerca a hacerles algunas preguntas.)
ATEO: Hablé con algunos de ellos… todos tienen una versión ligeramente diferente del asunto. Algunos dicen que es un leprechaun; otros dicen que es un hada; y otros dicen que es un duende. No todos describen la misma voz y aparentemente tienen mensajes contradictorios que afirman que vienen de dentro de la caja. La mayoría de ellos simplemente dijeron que conocen a otras personas que afirman saber lo que hay en la caja.
TEÍSTA: ¡Ah, sí! En realidad hay un trol en la caja con el leprechaun. A veces finge ser el leprechaun, o un hada, o un duende, para engañar a esas otras personas; pero habrás notado que AÚN ASÍ escucharon algo.
ATEO: Sí, algunos dicen que sí, pero otros que no.
TEÍSTA: Bueno, el trol a veces bloquea los sonidos para que la gente no escuche.
ATEO: Entonces, ¿cómo sabes, cuando escuchas al leprechaun, que no estás escuchando al trol?
TEÍSTA: ¡No seas absurdo! El leprechaun es mi amigo: se asegura de que sólo lo escuche a él.
ATEO: ¿Pero cómo puedes estar seguro? Si piensas que también hay un trol allí, que simula ser un leprechaun… ¿cómo puedes saberlo? Quizá SÓLO hay un trol y él es el que te está engañando.
TEÍSTA: Ahora estás siendo obstinado. Mira, hay una caja, ¿no?
ATEO: Sí.
TEÍSTA: ¿Y por qué tendría que haber una caja a menos que haya algo adentro? TIENE que haber algo adentro, ¿verdad?
ATEO: No, la caja podría estar vacía.
TEÍSTA: No, no podría estarlo, ¡o no habría razón para que la caja existiera! Las cajas son para contener cosas. Todos lo sabemos.
ATEO: ¿Entonces afirmas que es imposible que la caja esté vacía?
TEÍSTA: Correcto.
ATEO: ¿Y no te parece que esa premisa tiene fallos?
TEÍSTA: No, y lo confirma el hecho de que escuché a un leprechaun.
ATEO: ¿Cómo lo escuchaste?
TEÍSTA: Me habla telepáticamente.
ATEO: ¿Ah, entonces no lo escuchaste con los oídos, sino con la mente?
TEÍSTA: Con el corazón.
ATEO: El corazón no escucha.
TEÍSTA: ¡El corazón metafórico!
ATEO: Bueno… pero aquél tipo dijo que lo escuchó con los oídos.
TEÍSTA: Se equivoca… está escuchando al trol.
ATEO: Pero yo ni siquiera escucho al trol.
TEÍSTA: Te está bloqueando.
ATEO: Ah… ¿y cómo sabes todo esto?
TEÍSTA: El leprechaun me lo dijo.
ATEO: Bueno, así que apelaste a la magia, la telepatía, los leprechauns, los troles y las cajas no vacías… y no has presentado ninguna evidencia. Lo siento, pero no te creo.
TEÍSTA: ¡No olvides el bastón!
ATEO: Claro… y has hecho amenazas sobre cosas que pasarán después de que yo esté muerto, cuando no hay evidencia de que habrá un “yo” que experimente nada después de que esté muerto. No creo en tu afirmación.
TEÍSTA: ¿Y qué pasa si te equivocas? ¿No es un riesgo muy grande? Dice que tiene una olla de oro si crees… ¿eso no vale la pena creer?
ATEO: Mira, aunque pudiera obligarme a creer, lo que no puedo hacer, ¿para qué querría hacerlo? Si no hay ningún leprechaun allí, entonces desperdicié la oportunidad de averiguar lo que realmente hay en la caja. Y si quiere que siga sus instrucciones…
TEÍSTA: Ah, sí quiere… las he escrito aquí para ti…
ATEO: (Mira la lista.) Entonces habré perdido el tiempo haciendo cosas que… ¿Aquí dice “No coma caca”?
TEÍSTA: Sí… Es una regla grandiosa, ¿no?
ATEO: Sí, pero qué hay de “Deje dinero en la caja”?
TEÍSTA: Está… bueno, este, el dinero es para que podamos contarle a otra gente lo que quiere el leprechaun.
ATEO: ¿Por qué no se los cuenta él?
TEÍSTA: Podría, pero… bueno, lo hará, si están abiertos a ello. A algunos, como tú, los engaña el trol.
ATEO: ¿Por qué no se libra del trol?
TEÍSTA: Es un misterio, pero estamos seguros de que con el tiempo lo hará.
ATEO: Como sea, si esto no es verdad, habré desperdiciado mucho tiempo y dinero en algo falso… sólo para evitar una amenaza que no era real.
TEÍSTA: Sí… pero ¿qué hay si te equivocas?
ATEO: Bueno, basta. NO CREO que haya un leprechaun en la caja.
TEÍSTA: ¿Cómo puedes estar seguro?
ATEO: No lo estoy, pero no creo que lo haya.
TEÍSTA: ¿Cómo puedes afirmar que no hay un leprechaun en la caja?
ATEO: No lo afirmé… dije que no creo que haya uno.
TEÍSTA: Es lo mismo.
ATEO: No, no lo es… Sin embargo, ahora que he considerado y rechazado tu afirmación…
TEÍSTA: ¡No lo hagas!
ATEO: … estoy dispuesto a decir que en realidad creo que no hay ningún leprechaun en esa caja.
TEÍSTA: ¡NO! ¡Estás haciendo una afirmación irracional! ¡¿Acaso crees que lo sabes todo?!
ATEO: No, no afirmo que estoy absolutamente seguro de que no hay un leprechaun en la caja… pero en realidad creo, con cierto grado de certeza, que no lo hay… porque si lo hubiera, esperaría que hubiera alguna evidencia que apoyara esa idea, y las investigaciones siguen sin obtener resultados. Volveré con algunas herramientas: vamos a abrir esa caja.
TEÍSTA: No puedes abrir la caja.
ATEO: ¿Por qué no?
TEÍSTA: No se puede, es imposible.
(Se acerca otra persona.)
AGNÓSTICO: Tiene razón. Ninguno de los dos sabe lo que hay en la caja. Ambos son igualmente absurdos al afirmar que lo saben.
ATEO: No afirmé que tengo una certeza absoluta, simplemente indiqué cuál es mi creencia… y está basada en la evidencia, o en la falta de ella.
AGNÓSTICO: No seas tonto… eres tan dogmático como él.
ATEO: No soy dogmático en absoluto sobre esto; sólo quiero abrir la caja y averiguar.
AGNÓSTICO: La caja es impenetrable.
ATEO: ¿Cómo lo sabes?
AGNÓSTICO: Eh, bueno, no lo sé. Sólo parece impenetrable.
ATEO: ¿En serio? ¿Tienes otra cosa impenetrable con la que compararla?
AGNÓSTICO: Eh, bueno, no… pero estoy seguro de que es impenetrable.
ATEO: Si me perdonas, como estamos del mismo lado al rechazar su afirmación…
AGNÓSTICO: No la rechazo, no rechazo nada.
ATEO: ¿Aceptas su afirmación?
AGNÓSTICO: No sé.
ATEO: ¿No sabes si aceptas su afirmación?
AGNÓSTICO: No, quiero decir que no sé si tiene razón o no.
ATEO: Bueno, yo tampoco, pero eso no es lo que pregunté.
AGNÓSTICO: La caja es impenetrable.
ATEO: Bueno, suenas tan dogmático sobre nuestra incapacidad de saber como él sobre sus comunicaciones privadas con el leprechaun.
AGNÓSTICO: Ahora estás siendo descortés.
ATEO: Mira, voy a abrir esta caja.
AGNÓSTICO: Tonto ateo…
(El ateo se las arregla para perforar un agujerito en la caja…)
ATEO: Mira, ¡no es impenetrable! Le hice un agujero aquí. Con el tiempo quizá podamos investigar esto en más detalle.
TEÍSTA: ¡Cambiaste las cajas!
ATEO: No, esta es la caja.
AGNÓSTICO: TODAVÍA es impenetrable; tu agujerito no te da suficiente información para apoyar tu afirmación.
ATEO: Puedo continuar investigando… y hasta ahora, no hay evidencia que apoye la afirmación del teísta.
TEÍSTA: ¡Cambiaste las cajas!
ATEO: No, no las cambié.
TEÍSTA: Entonces, eh… se está escondiendo. Necesita que creas sin verlo, así que se está escondiendo.
ATEO: Eso no tiene sentido.
TEÍSTA: ¡El trol creó un agujero ilusorio que te proporciona falsa información sobre lo que hay en la caja!
ATEO: (Suspira.)
AGNÓSTICO: Eso podría ser, en realidad no podría decirlo.
ATEO: No, apuesto a que no podrías.
El teísta se aleja, para contarle a otras personas sobre el leprechaun en la caja.
El agnóstico trata de no estar cerca de ninguno de los otros dos, aunque secretamente presta atención con optimismo a las actividades del ateo.
El ateo sigue con su vida, encontrando de vez en cuando nuevas formas de investigar la caja, pero trata de disfrutar su vida mientras intenta impedir que el teísta la arruine imponiéndole a todos las reglas del leprechaun.
Matt Dillahunty es el presidente de la Comunidad Atea de Austin (Atheist Comunity of Austin), el conductor del programa radial de internet en vivo “The Non-Prophets” y del programa de televisión por cable estatal “The Atheist Experience”. También es fundador y contribuyente de la enciclopedia contraapologética Iron Chariots y sus sitios subsidiarios.
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