¿Por qué no dejas en paz la religión?”

Como activista, todo el tiempo escucho estas frases: “¿Por qué los ateos hablan tanto de Dios y la religión?” O “¿por qué alguien hablaría tan seguido sobre una deidad en la que no cree?”

Los no creyentes simplemente estamos respondiendo a la avalancha de mensajes religiosos que nos aplastan a diario. Y lo hacemos (¡sorpresa!) hablando sobre el tema.

La religión tiene carta blanca de ser tan ruidosa como quiera, de llamar a nuestras puertas y abordarnos en nuestros hogares, en nuestros lugares de trabajo, en nuestras vidas personales y profesionales. Los creyentes tienen la carga de una misión vital de predicar, enseñar, hacer discípulos, gritar desde las cimas de las montañas, de “salir al mundo y predicar el evangelio a todas las criaturas”. La religión… está en todas partes.

Pregúntense: ¿cuándo fue la última vez que un ateo tocó el timbre en su casa con la Buena Nueva del Humanismo? ¿Con qué frecuencia se encuentan libros de Richard Dawkins en los cajones de las habitaciones de hotel? ¿Cuál fue el último templo ateo erigido en su vecindad? ¿Alguna vez asistieron a una ceremonia revivalista atea? ¿El ateísmo ha exigido el 10% de su salario? ¿Cuántos canales de televisión dedicados al ateísmo vienen en su televisión por cable? ¿Cuántos versículos ateos te exigieron memorizar cuando niño? ¿Cuándo fue la última vez que alguien le agradeció a un granjero (o incluso al cocinero) sentado a la mesa para la cena, en lugar de a Dios?

En un frente más radical: ¿cuál es el nombre del último ateo que le cortó la cabeza a un “infiel”? ¿O sentenció a muerte a una mujer cubierta con un velo por no complacer a un esposo opresivo? ¿O se ató explosivos al cinturón para matar a cientos en una plaza pública? ¿O ejecutó públicamente a alguien por ser gay?

Está en todas partes. La religión es un tambor resonante que por mucho, mucho tiempo ha quedado sin responder. Y la religión no está satisfecha con simplemente existir en silencio en las casas y los corazones de los fieles. Su propia naturaleza impulsa al creyente a hacer proselitismo, predicar, promover, convencer, convertir y prevalecer. Si uno juega en el equipo de los religiosos, la estrategia es jugar, siempre, en la ofensiva.

A lo largo de nuestra historia, aquellos que elevan una sencilla protesta contra estos avances han sido presentados como el verdadero problema. La religión ha intentado marginar y derrotar las preguntas y preocupaciones legítimas presentando con indignación a cualquiera que se resista como alguien desatinado, inmoral, carente de rumbo, furioso, abatido, perdido y solitario.

Y cuando el escepticismo cuestiona las historias completamente improbables (o imposibles) que se encuentran en la Biblia, el Corán y otros libros sagrados, los religiosos lloriquean: “¿Por qué los ateos hablan tanto de religión?”.

A menudo es como preguntarles a los sobrevivientes al cáncer por qué promueven las curas para el cáncer.

Preguntamos, desafiamos, luchamos, nos preocupamos, porque la cuestión es importante. Es importante saber qué es verdad y qué es ficción entre las afirmaciones de los religiosos. Es importante la pregunta más básica: “¿Es verdad?”. Es importante contraatacar el privilegio religioso. Y es importante construir un futuro libre de superstición.

La próxima vez que una persona religiosa te etiquete como obsesionado con la religión y con Dios (elige un dios en particular… hay miles entre los cuales elegir) recuerda que la religión fue la que empezó la discusión. Se amplifica a sí misma en el mundo. Su objetivo son los vulnerables y los ignorantes. A menudo amenaza a toda la humanidad con un castigo si se la rechaza. Y hace afirmaciones sobre la Verdad que, pese a los insustanciales lugares comunes sobre la “fe”, deben cumplir con la carga de la prueba.

La religión empezó todo este problema. Y si un ateo se expresa en contra de las afirmaciones religiosas, probablemente no hubiera necesitado expresarse si los religiosos no hubieran hecho las afirmaciones en primer lugar.


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Seth Andrews (Tulsa, Oklahoma; 12 de abril de 1968) es un autor y presentador centrado en el tema del ateísmo. Es el creador y anfitrión del podcast, comunidad en línea y canal de Youtube “TheTthinking Atheist” y autor de los libros autopublicados “Deconverted” y “Sacred Cows”. Previo a su activismo ateo, era un fundamentalista cristiano y tuvo una carrera de diez años como anfitrión radiofónico en una radio cristiana.


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