Manifiesto secular

Soy humanista secular.

Trato de llevar el razonamiento crítico pensando en todo momento en la superación de la humanidad. Dudo, custiono, razono y expongo.

Discúlpame por no entender la vida de acuerdo a tus creencias. Discúlpame por no aceptar el concepto “creer” como la única forma de interpretar nuestro alrededor. Por no apegarme a dogmas institucionalizados. Por desatarme de burdas explicaciones metafísicas, sobrenaturales, paranormales, místicas, esotéricas, teístas o insosteniblemente subjetivas. Soy adverso a todos los sistemas basados en la simple fe.

Perdóname por haber nacido curioso y tratar de darle explicación racional a todo. Por expresar que el escepticismo es obligación de todo ser pensante y que la busqueda de las verdades es por medio de la acumulación y entendimiento de nuestro conocimiento. Discúlpame por no creer en una sola verdad absoluta. O si mi lógica, dada siempre a denotar causa y efecto, es diametralmente opuesta a la tuya.

Veo a la superstición como producto de la ignorancia y falta de juicio, que aprisiona al ser humano y lo conduce a ser vencido por el miedo, a volverse inerte, a emitir ideas incoherentes e invariablemente a ser sometido. Por eso lucho con todo mi empeño para erradicar las supersticiones y creencias irracionales que conllevan normas inamovibles y tendencias sojuzgadoras. No por eso soy inmoral, sin valores, falto de nobleza, infeliz o desapegado social. No me mueven ilusorias recompensas o castigos de vidas posteriores. Y me enorgullezco de la imaginación del hombre como producto de un cerebro evolucionado.

No tengo religión, ni tendencia política absoluta. No me guío por los conceptos de raza, color, idioma, género, clase social o desavenencias culturales. En cambio me apego a todas las manifestaciones que realcen la dignidad humana. Me admiro de la naturaleza cuyos fenómenos esperan ser explicados, para maravillarnos e invitarnos a seguir descubriendo. Tengo en la ciencia el pilar que sostiene mi juicio.

Y sin embargo…

Dentro de mi terquedad agnóstica, crítica o escéptica, comprendo que las diversas formas de entender la vida le dan al género humano una gama increíble de matices, que lo presentan infinitamente fascinante. “Porque puedo no estar de acuerdo con ninguna de tus ideas, pero daría sin vacilar mi vida por tu derecho a expresarlas”.

¡Soy humanista secular y éste es mi manifiesto!


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