España está transformándose rápidamente en un país secular, desde que el gobierno socialista bajo el Primer Ministro José Luis Rodríguez Zapatero tomó el poder en Marzo de 2004. Ahora el gobierno ha fijado un cronograma para recortar a la mitad la ayuda económica estatal a la Iglesia Católica Romana - un primer paso en el camino hasta el cero. Hasta ahora, más de 136 millones de euros (casi 174 millones de dólares estadounidenses) habían estado fluyendo anualmente desde las arcas estatales hasta los sacos de limosnas de la Iglesia Católica. El gobierno también solicitó que se cancelara un acuerdo que permitía a los contribuyentes españoles el ofrecer un porcentaje de sus impuestos a la iglesia. Y además estableció una comisión para implementar la prohibición de los crucifijos en los edificios públicos. Aunque España es un país no denominacional de acuerdo a su constitución de 1978, la Iglesia Católica ha estado funcionando de cuenta de fondos estatales y disfrutando muchos privilegios, los cuales le están siendo arrancados paso a paso.
Se están implementando cambios importantes en el sector educativo. Uno de los primeros actos del nuevo gobierno fue romper el proyecto educativo, aprobado por el gobierno previo del Partido Popular que favorecía al Vaticano, ley que hubiera hecho de la educación religiosa para los niños españoles en edad escolar, un tema de examen obligatorio como la matemática. De acuerdo con el nuevo borrador de legislación presentado en el parlamento, la educación religiosa ahora será opcional. Se planea ofrecer aparte de las conferencias sobre religión cristiana (no sólo Católica, sino también Anglicana y Protestante), lecciones sobre Judaísmo e Islam. Ahora, hay 32000 profesores religiosos, nombrados por el obispo y pagados por el estado vía subsidios gubernamentales. En el futuro, los profesores de religión serán empleados estatales regulares como todos los demás profesores. También habrá un nuevo tema obligatorio en las escuelas españolas: “educación cívica”, que apunta a cultivar los valores democráticos. Los obispos han expresado ya su preocupación ya que temen que esto “adoctrinaría” a los niños en contra de la iglesia.
Hay otros tres borradores gubernamentales de legislación presentados en el parlamento, que prometen sacar a España de las sombras de la iglesia Católica Romana: La nueva ley de divorcio hará que el divorcio sea más fácil y rápido. La nueva ley de aborto permitirá el aborto dentro de un plazo estipulado sin necesidad de dar razones. La nueva ley de matrimonios le dará igual estatus legal a las parejas del mismo sexo.
El desplazamiento de España hacia el secularismo hace que los obispos se enfurezcan. Sin embargo, sus lamentos acerca de la “degradación moral” de la legislación y acerca de la “apostasía general” del país no han tenido mucho eco entre la población. Las encuestas muestran que hay una fuerte mayoría en favor de las leyes planificadas por el gobierno. El 72% quieren que la iglesia se financie ella misma. Aunque 90% de los españoles son formalmente católicos, sólo el 25% están practicando su religión, entre ellos, pocos jóvenes. La nueva política, dice el Primer Ministro Zapatero, es exacto lo que la gente ha votado. “Lo que el gobierno pondrá ante el parlamento es estrictamente un reflejo de lo que fue respaldado el día de las votaciones”.
Nota: Este artículo fue publicado inicialmente en el Boletín Racionalista Internacional # 133. bajo el título “España: ¡Dejen que la Iglesia se financie a sí misma!” el 29 de octubre de 2004.
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