Una aclaración. Alternativas médicas. Hal presenta a David Federlein. Haciendo lo mínimo para salvar la vida. Pareces tener una abolladura en el chakra cerebral. Para cerrar…

Una aclaración

Déjenme comenzar el comentario de esta semana con una aclaración sobre el de la semana pasada. Un lector me envió un e-mail para expresar su preocupación porque en mis comentarios sobre el poder de la historia para inspirar y motivar, yo decía que saber las fechas reales de los sucesos históricos carecía de importancia. Nada está más lejos de la verdad. Lo que yo intentaba decir es que si la historia sólo se enseña como fechas para memorizar, el tema pierde mucho de su magia, su entusiasmo. Es verdad que la gente debe saber el marco de las fechas y los lugares, pero creo que un buen profesor usa ese hecho básico para ayudar a sus estudiantes a elevarse por encima del aprendizaje de memoria. Aprendan los datos y los lugares, por favor, pero como parte de un programa educativo mayor, ¿estamos?

Alternativas médicas

Esta semana nuestro escritor invitado habla sobre su batalla con el cáncer y cómo esa experiencia lo educó sobre la medicina alternativa y una cantidad de cosas tontas en las que cree la gente. Este tema es especialmente caro a mis sentimientos. Como saben los que escucharon mi charla en TAM4, perdí a mi esposa debido al cáncer en 2003. Durante ese tiempo me ocupé de sus desafíos médicos, de apoyar a nuestros hijos y con frecuencia desafiando a la gente de buenas intenciones que nos instaba a probar una panoplia de ideas médicas altamente cuestionables. Rechacé ofertas bienintencionadas de cobijas magnéticas, vitaminas especiales, hierbas y otras maravillas. La gente que vende estos remedios falsas realmente debe ser la forma más baja de la vida humana. Querer aprovecharse del sufrimiento de otros, querer disuadir a la gente de usar tratamientos médicos probados para tragarse sus disparates, es ser homicida y despiadado. No culpo ni por un momento a los enfermos por caer en esas trampas. Culpo a los charlatanes.

Pero también hay una parte de mí que se preocupó por el rótulo de “medicina alternativa”. Me parece que este rótulo es demasiado amplio. Muchas técnicas tradicionales actuales alguna vez fueron consideradas audaces y sospechosas. Alexander Hamilton, durante una crisis de fiebre amarilla, fue criticado públicamente por atreverse a no seguir el procedimiento médico tradicional de la sangría cuando sus hijos se enfermaron. Ellos sobrevivieron, muchos que fueron tratados con la medicina tradicional de la época no lo lograron. Al presidente Washington, en esencia, lo mataron sus doctores, quienes le extrajeron grandes cantidades de sangre para “curar” lo que ahora se piensa que era un caso serio de faringitis estreptocócica. La “medicina alternativa” de ese momento, compresas tibias y té, podrían haber evitado un caso de muerte iatrogénica del padre de nuestra patria. [1] ¿Y quién hubiera adivinado, hace 50 años, que la corteza del tejo del Pacífico produciría paclitaxel [*], una importante droga anticáncer?

Lo alternativo no siempre es malo, me parece, cuando la palabra se refiere a lo nuevo y verificable. Me preocupa que, plantados con firmeza en nuestro rol de escépticos, de vez en cuando descartemos de entrada un avance médico viable e importante porque parece, en el contexto de la época, demasiado extraño. Sé por mi propia experiencia familiar que, por ejemplo, la actitud mental propia hacia la quimioterapia puede jugar un papel significativo, no en la efectividad para derrotar al cáncer, sino en la facilidad o incomodidad con las que uno soporta los efectos colaterales del tratamiento.

Así que ¿cómo distinguimos entre la “buena” y la “mala” medicina alternativa? Felizmente, el método científico nos espera como la herramienta apropiada. Los estudios doblemente ciegos, los seguimientos clínicos apropiados y la buena investigación básica sugerirán cuáles buenas alternativas de tratamiento son útiles y cuáles son inútiles. Quiero ser muy, muy claro en esto: NO APOYO ni el más mínimo de los disparates que hoy en día se disfrazan como tratamientos médicos y no se basan en investigación científica de calidad. Por eso me gustaría que tuviéramos dos términos para lo que hoy se da en llamar “medicina alternativa”. Me preocupa que un lector pueda pensar que estoy en favor de los imanes, los cristales o los carozos de durazno en lugar de los tratamientos probados. Nada podría estar más lejos de la verdad. Lo que apoyo es lo que asumo apoya la mayoría de la gente: el sentido común. Si un método de tratar una enfermedad se demuestra verdaderamente efectivo, se conserva. Si no, se descarta. Así que un término mejor podría ser algo así como “alternativas nuevas y no probadas” y lo demás “alternativas falsas que no sirven”. Quizá son demasiadas palabras, sin embargo.

A veces, sin embargo, las divisiones no son tan claras como podrían ser. Esto lo ilustran claramente las enfermedades psiquiátricas. Como ejemplo, debido a mis experiencias en el Pentágono durante el 11-S, sufro un caso de tensión postraumática que en su mayor parte se manifiesta como pesadillas periódicas. Después de un tiempo se volvieron agotadoras, de modo que busqué ayuda en lo que la Fuerza Aérea llama la oficina de “Habilidades vitales” [2]. Ninguna “terapia de conversación” parecía servirme, así que me ofrecieron la oportunidad de experimentar con “Desensibilización y Reprocesamiento del Movimiento Ocular”, o DRMO. Este tratamiento, como yo lo viví, se trata de hablar de la experiencia traumática mientras el doctor sacude un lápiz o un dedo atrás y adelante frente a uno. La tarea de uno es seguir el objeto con los ojos mientras habla del suceso perturbador. La teoría, según me la explicaron, es que el cerebro se ve obligado a ocuparse de más de una tarea. Parte del cerebro observa el lápiz, y parte piensa en las cosas malas y, juntos, las secciones del cerebro funcionan mejor.

Bueno, a mí ciertamente no me sirvió y me parece un tratamiento alternativo muy cuestionable. De hecho, mientras me sentaba allí mi mente vagaba en otras cosas y de pronto me divirtió pensar en cómo le explicaría esa tontería al Sr. Randi. Después de todo, yo era uno de los iluminados, los que reconocían los fraudes cuando los veían.

Sin embargo, investigué más y descubrí que, aunque a mí no me sirvió, la DRMO sí parece haber ayudado a otros. No puedo evitar pensar que mis sospechas a priori pueden haber condenado el tratamiento. Si hubiera creído que funcionaría, quizá lo habría hecho. ¿Qué quiero decir? Simplemente que en el caso de las enfermedades psiquiátricas, lo que me pareció a mí radicalmente alternativo puede haber sido un tratamiento efectivo para otros. Claramente esto es más probable en el área de la salud mental. Uno no puede “desear” que se cure su apendicitis. Pero debemos tener cuidado de asegurarnos que no descartamos por prejuicio sino por analizar científicamente. Creo que el escepticismo siempre es el punto de partida lógico para las afirmaciones médicas, y que a partir de allí la lógica, la evidencia y la razón deberían guiarnos.

Hal presenta a David Federlein

Y luego de esta digresión incoherente, tengo dos placeres esta semana. Primero, el presentarles a ustedes a David Federlein. Como leerán más adelante, su historia es de lo más atractiva. Es un fulano agradable y lamento que haya tenido que padecer semejante enfermedad. Pero también me complace mucho que los avances científicos hayan significado tanto para él en su lucha contra el cáncer.

En segundo lugar, me alegra mucho informar que están por despedirme como “el fulano de los comentarios invitados”. El Sr. Randi mejora a diario y ya me parece que vuelve a ser el de antes. Y aunque el proceso de curación continúa, ¡ya está listo para volver a escribir! Estas son buenas noticias sin lugar a dudas. Me siento muy honrado de haber participado en la columna de comentarios por las semanas que pasaron y estoy muy agradecido a las amables personas que me hicieron llegar sus pensamientos y palabras. Pero, en palabras de T.S. Eliot, “Lo que llamamos el principio es con frecuencia el final. Y llegar al fin es marcar un comienzo. El final es desde donde comenzamos”. Y así, con este final, volvemos a empezar con el Sr. Randi. Estoy impaciente.

Y así, les presento a David Federlein…

Haciendo lo mínimo para salvar la vida

Buenos días, buenas tardes y buenas noches, como dijo Randi una vez en sus transmisiones de radio. Me honra estar escribiendo para la columna de James Randi mientras él se recupera. Con lágrimas de alegría y de alivio escuché atentamente sus mensajes en MP3, y le deseo con empatía y esperanza que se recupere con rapidez. Sólo me encontré con Randi una vez en TAM4. Fue tan cortés y amable como había esperado. También fue lo bastante fresco para tomarme el pelo por lo largo de mi barba en contraste con mi amigo, que parece un integrante de los ZZ-Top. Randi, cuando lean esto, espero que sepa que espero que en TAM5 reconsidere la “seriedad” de mi barba. Dado que señaló correctamente en TAM4 que mi barba no tenía la longitud correspondiente a las especificaciones de un escéptico correcto, ahora aspiro a que me crezca una pelambre bastante para honrar los estándares escépticos, aunque le resulte ligeramente incómodo a mi futura esposa. Hey, hay que hacer sacrificios.

Bueno, hablando en serio, déjenme que me presente. No soy un escéptico elocuente y bien publicitado. No soy el fundador de un movimiento escéptico de mujeres. No he refutado yo solo a una fraudulenta que rapiñaba dinero denigrando la gravedad del 11-S ni escribí un recurso vasto de temas escépticos en forma de diccionario. No sé mucho sobre astronomía y ni siquiera soy famoso a pesar de mis mejores esfuerzos musicales. Simplemente soy un músico e ingeniero que se esfuerza, y lamentablemente ni lo que me trajo a la JREF ni mi conversión al escepticismo son excepcionales. Fue el cáncer y, lamentablemente, el cáncer es una aflicción demasiado común.

Me diagnosticaron plasmacitoma solitario óseo a principios de 2004. Para cuando se lo detectó en las resonancias magnéticas, mi novena vértebra torácica estaba completamente destruida. Apenas podía caminar y perdía sensibilidad de la cintura para abajo. En noviembre de 2004, me sometí a una operación de 11 horas para restaurar mi espina usando injertos de hueso e implantes de titanio y comencé tratamientos de radiación poco después. Mi movilidad retornó en un 95%, vuelvo a sentir en mis piernas en un 100% y ahora me toman muestras de tejido, exámenes de sangre y biopsias de médula ósea cada 3 meses más o menos para determinar si mi plasmacitoma solitario se ha transformado en mieloma múltiple. Como Randi, les debo mi vida a profesionales médicos muy talentosos y dedicados. Le debo mi vida a la ciencia.

Ahora que ya dejé eso en claro, quiero discutir varias cosas referidas a la medicina moderna y la ciencia que forma el sólido cimiento de los avances científicos. Verán, hay algunos por ahí que creen cosas muy extrañas. Algunos creen que los imanes lo curan todo. Otros creen que las emociones negativas causan la enfermedad. He escuchado sobre algunas “curas” para el cáncer que son evidentemente ridículas. El problema para darse cuenta de la diferencia entre algo que es un tratamiento basado en buena ciencia, con evidencia que lo apoye, y los tratamientos no verificados, inverificables y en el mejor de los casos inútiles (y en el peor dañinos) con frecuencia es difícil debido a los estados emocionales muy reales y muy difíciles en los que se hallan el paciente y su familia.

Desde el momento en que me diagnosticaron pareció que un diluvio de información sobre los más recientes “tratamientos alternativos” me sumergía durante semanas. Calcio de coral, terapias de imanes, toque terapéutico, cristales, tratamientos homeopáticos, meditación… lo que se les ocurra, supe de ello. Recibí no menos de cinco copias del libro de Kevin Trudeau. El cáncer da miedo, y en la desesperación, a veces se pierde el pensamiento crítico.

Empecé a leer Quackwatch.com. Empecé a preguntarle de todo a mi oncólogo. Quería saber todo lo que pudiera sobre el tratamiento más probado y más efectivo. Compartiré con ustedes lo que aprendí.

Antes

Primero, quiero dirigirme a la camarilla de “terapeutas alternativos” que promocionan la terapia con imanes. La potencia promedia del campo magnético de un imán de cocina, si es de alta calidad, es más o menos de 1000 gauss (0,1 tesla). Esos imanes que se venden como brazaletes, anillos o colgantes que se dice que curan el dolor crónico de los músculos y los huesos. Las imágenes de resonancia magnética, como promedio, tienen una potencia en su campo magnético de 30000 gauss (30 tesla) Esta es la imagen por resonancia magnética de mi espina antes de la cirugía.

Les aseguro, después de la resonancia todavía sentía dolor. Si no me curé del dolor luego de eso, se deduce claramente que un imán de cocina no alivia el dolor. El poder de la sugestión para aliviar temporalmente los síntomas se conoce como Efecto Placebo. A largo plazo, los placebos no hacen nada.

La homeopatía es otro tratamiento “alternativo” que funciona por medio del efecto placebo. Médicamente no hace nada para curar ninguna enfermedad. El agua diluída vertida sobre una píldora de azúcar no hace nada. Punto. Cualquier efecto de este tratamiento también es efecto del poder de la sugestión, y por tanto temporal.

El Calcio de Coral tampoco tiene efectos probados sobre el cáncer, al igual que el laetril o el cartílago de tirubón. En la década de 1970 se mostró que la vitamina C mataba células cancerosas en una dosis masiva en un tubo de ensayo, pero no tiene la capacidad de afectar a las células cancerosas al ingerirla, y las dosis masivas de vitamina C hacen más daño a la persona que las toma que al propio cáncer. De hecho, hay estudios que muestran que ingerir vitamina C ni siquiera es efectivo contra el resfrío o la gripe comunes.

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A veces se insinúa que las emociones negativas causan cáncer. Esta es una forma muy inquietante de culpar al paciente de cáncer por su enfermedad, y me resulta muy ofensiva. Es de esperarse que un paciente de cáncer tenga emociones negativas. ¿Cómo se atreve alguien a insinuar que todo deba ser miel sobre hojuelas durante un momento aterrador y tensionante como ése? Más concretamente, aún está por verse la evidencia científica de que las emociones negativas afectan a las células de forma tal que produzcan una mitosis fallida y se clonen descontroladamente. Sencillamente no funciona así.

Sin embargo, hay que decir algo a favor de las técnicas meditativas que apuntan a controlar el estrés y las fuertes emociones que acompañan al calvario del cáncer. No voy a decirles que esas actividades curen el cáncer en modo alguno, pero pueden ayudar a relajarse y controlar los fuertes cambios de humor normales en los pacientes de cáncer y sus familiares. Sin embargo, no es un tratamiento mágico. Es la capacidad muy real y muy concreta de usar técnicas respiratorias para recuperar la compostura y calmarse.

Lo que reside en el núcleo de este problema es simplemente la incapacidad de los tratamientos “alternativos” para afectar realmente la enfermedad y la recuperación de forma significativa y empírica. La ciencia usa las pruebas doblemente ciegas por una razón: el poder de la sugestión puede engañar hasta al científico más inteligente. El sesgo confirmatorio puede enmascarar la realidad de que una hipótesis particular referida a los tratamientos esté completamente equivocada. Carl Sagan lo dijo mejor en “El mundo y sus demonios”. Afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias. Esa es la razón de que los tratamientos médicos no sean aprobados sólo basándose en los testimonios.

¿Deben confiar en sus doctores? Sí, aunque siempre se recomienda pedir una segunda opinión. ¿Deberían confiar en alguien sin evidencia que respalde sus afirmaciones? Nunca.

Finalmente quiero decir que esta teoría conspirativa de las “Grandes Farmacéuticas” es una gigantesca pista falsa. Sí, las compañías quieren ganar dinero. Las falencias del negocio de la medicina no son razones para desconfiar los estudios empíricos en los que se basa la medicina. En otras palabras: las corporaciones cometen errores igual que las personas. En definitiva, los tratamientos “alternativos” no tienen estudios científicos que muestren su efectividad. Cuando se trata de poner en juego la vida, la salud y la recuperación de uno, ¿no querría que los mejores tratamientos que han mostrado su efectividad estuvieran basados en evidencias reales? Poner la salud en manos del pensamiento mágico y los buenos deseos sólo puede terminar en tragedia con el tiempo.

Todos tienen sus deseos favoritos. Todos tienen sus propias creencias inverificables. La mía es que un día los Leones de Detroit pueden llegar alguna vez al Super Tazón, pero la evidencia pasada en verdad no lo apoya. Cuando se trata de las creencias inverificables, la gente es más importante que la fe.

Su vida es más importante que el pensamiento mágico sobre los tratamientos no verificados. Espero que todos tomen decisiones sobre la salud basándose en los hechos, no en la ficción.

Gracias por su tiempo, y gracias a James Randi y a la JREF, que siguen siendo una fuente de inspiración, educación y esperanza para muchos.

Pareces tener una abolladura en el chakra cerebral

Mike McCarron fue lo bastante amable para enviarnos esto desde http://www.mikesweeklyskepticrant.blogspot.com/:

Ayer estaba mirando televisión con el único propósito de enojarme lo bastante para escribir un artículo en el blog. A veces la vida es demasiado buena y tengo que recordarme que tengo una suerte increíble por medio de la observación de programas de TV que presentan a los chiflados y charlatanes que se aprovechan de la gente.

Uno de esos programas llamados Misterios sin resolver era sobre “curadores psíquicos” y si son o no reales. Ya que escribo esto, seguramente pueden adivinar la respuesta que dieron. El programa hablaba, en parte, sobre un hombre llamado Henry Rucker, un “sanador” que aparentemente trabaja con la “energía” de la gente para curar sus aflicciones. Lo apoyaba un hombre llamado Dr. Norman Shealy que había trabajado con Henry durante años y años. Me tomé la libertad de buscar al Dr. Shealy en la intercaca y encontré esta pizca de información.

¿Cuántos “doctores” que conozcan apoyan algo llamado “Aceite Mágico” o “Agua Sagrada”? En serio, tómense un par de minutos y lean la página enlazada; vale la penas por joyas tales como: “Esta Agua Sagrada actúa como lubricante. Parece desintoxicar el cuerpo”… “Super Agua, Agua Bendita, Agua Sagrada. Bien podríamos estar a punto de descubrir la Fuente de la Juventud” y “El Agua Mágica es el líquido básico hallado en el origen de la vida y es comparable al líquido vital del fluido embriónico”. Y el programa que presencié presentaba a este tipo como un recurso creíble.

Ah, una última acotación sobre Shealy: usa la siguiente frase con toda seriedad: “[…] si usted ha aceptado su mortalidad, si planea envejecer y morir, entonces estos productos no deberían formar parte de su vida, dado que puedne interferir seriamente con su envejecimiento y fallecimiento graciosos […] un organismo vivo, como el cuerpo humano [es como] las pilas recargables, haciendo notar que si se lo mantiene en su eficacia operativa óptima, durará un tiempo muy largo, teóricamente para siempre”.

Sí, quizá deberían juntarse con Deepak “Jaguar Verde” Chopra y empezar a decir “cuántico” a cada rato con la esperanza de que alguien lo tome en serio. También, vean el artículo del Diccionario Escéptico sobre el DHEA [en inglés].

El programa también presentó un segmento sobre el “sanador psíquico” Dean Craft (¿Kraft?). Luego de investigarlo un poco descubrí que la mayoría de la información que pude encontrar estaba en sitios sobre Laverne y Shirley en los que los televidentes preguntaban cómo ubicarlo. (Cindy Williams, que interpretaba a Shirley, fue “curada” por Dean y le dio un apoyo resonante; ¿hay algo que las “celebridades” de tercera línea no sepan? Además, Henry Winkler produjo el programa… Fonzi, que bajo caíste…). Es sorprendente, parece que Kraft (o Craft) cobra USD 750 por sesión y es bastante difícil de hallar.

Me parece que si pudiera curar ALS con el poder de mi mente, lo estaría difundiendo a los gritos. Quizá Dean sólo es tímido.

Sigue Roger La Borde, que afirma entrar en contacto con víctimas del coma. Si uno va a su sitio, verán las cosas usuales (está la cita obligatoria de Einstein sobre el “misterio” y por supuesto se llama “la puerta del chamán”… claro que sí) pero encontrará una opinión de él en la sección “Roger” en “La puerta se abre”. Allí describe que su vida se hacia pedazos antes de su “descubrimiento” de ingresar al “mundo de los chamanes”. En mi experiencia, a la gente que piensa que tiene poderes especiales por lo general le ocurrió algo horrible en sus vidas; la mayoría de las veces su cónyuge los dejó, lo que en consecuencia los hace sentir inútiles. Necesitan algo que les haga sentir de nuevo que son “especiales”.

Había una mujer que vino a hablar a nuestra clase de masoterapia en el año en que nos recibíamos, y me disculpo por no recordar su nombre, pero afirmaba “trabajar con la energía” y procedió a hacer los trucos normales de escenario de empujar el brazo hacia abajo, etc. Dijo que “… el cuerpo no sabe mentir”, y usó el truco del brazo para diagnosticar problemas. Recuerdo haberle preguntado, si el cuerpo no miente, básicamente nunca se debería hacer diagnósticos incorrectos porque todo lo que tendría que hacer es jugar a las 20 Preguntas para reducir la enfermedad a su nombre específico y luego tratarlo en consecuencias, así que ¿para qué necesitamos esas costosas máquinas para tomar imágenes, y todo eso? Ella eludió la pregunta y luego dijo que guía a la gente por medio de las experiencias de sus vidas pasadas para curarlos. ¿Leyeron eso? Terapia de regresión de vidas pasadas. Amigo…

Lo que quiero decir es que ella también mencionó una historia de divorcio en la que su esposo la dejó antes de que ella “descubriera” sus dones. Parece ser una característica común. Un hombre en el programa Misterios Sin Resolver que había estado en un accidente horrible y se suponía que no volvería a caminar fue “sanado” por una persona especial y luego procedió a convertirse él mismo en un “sanador”. Tragedia + creencia + efecto placebo = nuevo sanador.

Por último, tengo que decirles que se “probó” que una mujer rusa era efectivo utilizando… esperen para oírlo… fotografía Kirlian. No es broma. Nunca deja de sorprenderme el refrito de basura reformada, su carcasa humeante colgada al público para volver a olerla. Hey, ¡probemos que los psíquicos son reales usando la frenología!

Necesitamos una mayor presencia escéptico en televisión para desafiar a esas personas y mostrarlos como son: engañados, deshonestos o fraudulentos. Por favor, ¿puedo ir al programa de John Edward? ¡¿Por favor?! Amigo, ojalá que ese tipo se corte con un papel.

Para cerrar…

Randi comenta: Gracias, Hal, Mike McCarron y Sr. Federlein. Esas colaboraciones han hecho crecer a esta columna, y ahora que tengo mucho más movilidad y algo más de fuerza, es hora de ponerme a trabajar y volver a dirigir las tropas. Guardé mi andador en el armario, sólo uso mi bastón de vez en cuando y lentamente me despejo de los efectos del espectro de medicamentos que me asignaron. La calidad de mi voz mejora diariamente, finalmente me corté el pelo, ¡y dentro de poco bailaré tap!

Les dejaré un par de temas para mostrarles que no he perdido el toque. Llegó una solicitud para el premio de la JREF, que es demasiado irresistible para no mencionarla y no puedo evitar citar:

Los colores en realidad son energías electromagnéticas contenidas en cada fotón de luz blanca…

No, no me detendré en la profunda ignorancia que se exhibe aquí; está más allá de mis escasas energías. Sólo les daré un punto básico que resalta este aspirante, para mostrar cómo pueden descartarse 60 páginas de su teoría loca y decidirse una prueba correcta. Escribe:

También probaremos la existencia de las auras y la relación exacta entre la física y la psicología, resolveremos los misterios de la Sagrada Trinidad y los Siete Rayos del Hinduísmo y probaremos la naturaleza exacta de Dios y la Supercuerda.

Eso. Pero me conformo con “la existencia de las auras” para hacer una prueba. Luego de decidir lo que el aspirante quiere presentar como prueba del “aura”, podemos realizar esa prueba con facilidad hallando un voluntario dispuesto en Tennessee. Mientras obtenemos el resultado de esa prueba, podemos proceder.

Una segunda gema noticiosa es que el doctor Gary Schwartz, el profesor de psicología de la Universidad de Arizona que captó nuestra atención por primera vez en http://www.randi.org/jr/03-23-2001.html [en inglés], y cree que ha establecido la idea de que la conciencia sigue viviendo después de que morimos, ahora cree que alguna gente que recibió transplante de órganos parece sufrir transformaciones de personalidad importantes y hasta desarrollar nuevas capacidades que poseía el donante de los órganos. No, léanlo de nuevo; no es un error de traducción.

Ahora bien, no llego a entender cómo puede creer Schwartz que un transplantado de corazon (por ejemplo) le aportaría al receptor una capacidad tal como tocar el piano, y quizá ustedes tampoco lo entiendan. Sin embargo, esta es la Tierra Mágica que examinaremos, quieran o no.

Finalmente, vayan a http://www.thesun.co.uk/article/0,,2-2006120265,00.html y vean la foto de Uri Geller que aparece allí. Cómo este hombre permite que se publique representación suya, no lo comprendo. Pero lean el artículo adjunto y verán lo desesperado que debe de estar por ganar espacio en los medios…

También nos entusiasma mucho anunciar que Banchek se nos unirá en The Amaz!ng Adventure. Es un mentalista mental renombrado y un muy buen amigo personal mío, y los impactará. Todavía están a tiempo de hacer una reserva con un descuento del 10% pero sólo por algunos días. Visiten http://www.amazingmeeting.com.

Hasta la semana que viene, éste es El Asombroso diciéndoles que su aliento y sus buenos deseos me ayudaron a recuperarme mucho más rápido, estoy seguro de ello, y eso suena un poco paranormal. Claro, con la investigación reciente que refutó la plegaria como ayuda para los pacientes de bypass cardíaco, puede argumentarse que dado que millones no rezaron por mí, ¿quizá podría decirse que por eso me recuperé tan bien?

(Firma de James Randi)



Traducción autorizada. Artículo original propiedad de Fundación Educacional James Randi. Se prohibe su reproducción con fines comerciales.

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