Oxitocina en la conducta social

Neurología. No sólo es la hormona que nos ayuda a alumbrar, que promueve la unión entre la madre y el bebé y la mujer al hombre, sino que tiene un papel crucial en la memoria social de los seres humanos pues ayuda a reconocernos.

La oxitocina hace mucho tiempo que es noticia. En artículos anteriores aquí en la sección de Ciencia, hemos explicado su relación en el sexo, específicamente en cuanto al orgasmo femenino y la producción de la hormona, que a su vez genera confianza del sexo femenino hacia la pareja. También protagoniza el parto, induciéndolo y distribuyendo la sustancia en la leche materna, la oxitocina no sólo une a la pareja sino que fomenta este lazo entre la madre y el niño, especialmente durante la lactancia.

Pues bien, en nuevos experimentos, investigadores han descubierto que la hormona también ayuda en la habilidad de las personas para reconocer caras. Un proceso que también comienza en el bebé durante su época de lactación.

“En estudios anteriores habíamos visto el papel de esta hormona en el reconocimiento social. Los humanos solemos buscar pistas visuales para reconocernos unos a otros, sin embargo, en los ratones el asunto es distintos pues ellos usan el olfato para saber si otro animal pertenece o no a la familia. En ese sentido, la hormona es de bastante uso entre los roedores”, explicó en el Diario de Neurociencias, donde fueron publicado los resultados, Peter Klaver, de la Universidad de Zurich y autor principal del experimento.

Los participantes en el estudio recibieron directamente una dosis de oxitocina, vía nasal, para luego resolver ciertas tareas diseñadas por los científicos involucrados en el experimento.

“Ya habíamos visto que la hormona ayuda a crear sentimientos de confianza entre las personas, no sólo entre parejas, donde el lazo es mucho más fuerte, pero también en situaciones sociales comunes. Sin embargo, todavía no estaba claro su papel en la memoria, principalmente en la memoria social, esa que nos dice si conocemos a alguien y a qué grupo social pertenece”, dijo Klaver. “No podemos olvidar que el reconocimiento facial es un paso crucial en nuestro éxito en la interacción social entre humanos, si este proceso no funciona nos veremos en graves problemas”.

El experimento observó por primera vez el efecto directo de la hormona oxitocina en el reconocimiento facial entre humanos.

Los investigadores agregan, además, que el estudio apunta las similitudes que existen entre los humanos y los ratones, específicamente en tareas sociales y de la memoria, por lo que se conoce un poco mejor el sistema que rige la conducta de ambos. “Sabemos que la oxitocina es una hormona que juega un rol crucial en el comportamiento social, este conocimiento avanzaría nuestros estudios sobre el autismo, donde un daño existe que impide una correcta comunicación social.

Un asunto de confianza

Muchos de los estudios que se han elaborado en base a la oxitocina han sido realizados por economistas. Ernst Fehr, también de la Universidad de Zurich, fue uno de los pioneros en estos experimentos. “Cuando el descubrimiento sobre el vínculo de la oxitocina con la confianza fue hecho público, era preciso que otros análisis se realizaran que averiguaran a fondo que tan confiados podrían ser los humanos bajo los efectos de la hormona, por eso ideamos una seria de experimentos a doble ciego que involucraban dinero. Fueron los primeros en descubrir esta unión directa entre la hormona y la confianza”, dijo Fehr. Ciertamente, los estudios también explican por qué una mujer se le dificulta más el sexo sin amor, ya que la liberación de la hormona durante el sexo la lleva a confiar, prematuramente, en la pareja.

Hormona vs. placebo

Los voluntarios en el estudio tenían en su poder unos irrigadores nasales, en un grupo las botellas estaban llenas de oxitocina mientras que en el otro había un placebo. Una vez los participantes inhalaban una dosis del líquido, los investigadores les enseñaban imágenes varias, desde casas hasta rostros de personas. Al otro día, cuando los voluntarios regresaban, los científicos los esperaban con una prueba sorpresa donde debían recordar, entre más imágenes, las que ya habían visto el día anterior, las que les parecían sumamente familiares pero no recordaban dónde las habían visto y aquellas que conocían bien, incluyendo haberlas recordado del día anterior. Interesantemente, ambos grupos recordaron perfectamente bien los objetos que no tenían connotaciones sociales, sin embargo, el grupo que había recibido la oxitocina recordó mucho mejor los rostros que le habían presentado el día anterior.


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