La oxitocina es la hormona de la confianza

También disponible en portugués

El investigador Paul Zak repartió diez dólares entre 19 personas en su experimento. Luego los invitó a que compartieran este dinero con un receptor anónimo. Zak andaba detrás de químicos que estimulan el cerebro y generan emociones y conductas en la gente. La confianza es una de ellas. Cuando los receptores anónimos recibieron el dinero de los voluntarios, Zak entonces triplicó la cantidad que recibiera cada uno y les exhortó a que compartieran lo que habían ganado con el voluntario que les había enviado la donación original. El 54% de los receptores compartió las ganancias con los voluntarios. Estudios de sus organismos indicaron que aquellos que habían sido más generosos tenían los niveles más altos de oxitoxina.

Esta hormona es un mensajero químico muy especial. No sólo tiene el control de iniciar y estimular la producción de leche materna sino que su aparición en la madre y el niño afianza mucho más la unión entre ambos. La oxitoxina también aparece, junto a la serotonina, en los cerebros enamorados y en las personas relajadas ya que entre sus funciones está la de bloquear a las hormonas que producen el estrés. También se ha comprobado con ratas de laboratorios, que los niveles de la hormona incrementan notablemente ante el tacto.

El objetivo de la oxitoxina es enviar mensajes a neuronas en una parte del cerebro que se conoce como la amígdala. En este lugar se encuentran las regiones que tienen que ver con las emociones y con el comportamiento social. De hecho, estas regiones también están vinculadas al desorden infantil conocido como autismo.

Las personas con autismo confían demasiado en los demás y es posible que un exceso de oxitocina tenga que ver con esta condición”, dijo para la BBC el neurocientífico Richard Frackowiak, de la Universidad de Londres.

La producción de oxitocina inicia un círculo que estimula y genera confianza. Luego, la confianza continúa engendrando más confianza. Un experimento realizado por Ernst Fehr de la Universidad de Zurich, en Suiza, demostró que una vez una persona es de fiar, sus altos niveles de oxitocina estimulan su generosidad lo que a su vez genera aún más confianza.

El equipo de Fehr también utilizó el dinero como herramienta para generar confianza o desconfianza. El investigador tomó a un grupo de voluntarios y los dividió en tres y a cada equipo los enfrentó a una situación distinta. En la primera situación, el grupo de voluntarios recibía de una persona una cantidad de dinero para que lo invirtiera en algo que le ganara más dinero. Pero junto a la cantidad también recibían una advertencia y una amenaza de penalizarlos si perdían el dinero. El otro grupo sólo recibió el dinero sin advertencias ni amenazas, sin embargo, el tercer grupo sabía de antemano que existía un castigo si perdían el dinero pero que era la opción de la persona que lo entregaba amenazarlos con la penalidad. La persona les entregó el dinero sin las amenazas. El análisis de los resultados demostró que este último fue el grupo más generoso y que el primero fueron los que menos devolvieron ganancias.

Cuando alguien confía en ti, los niveles de oxitocina aumentan y la persona con altos niveles de esta hormona tiende a ser más generoso lo que a su vez lo hace mucho más confiable en los ojos de los demás. En otras palabras, la confianza genera oxitocina y la hormona estimula la generosidad y los lazos entre las personas”, explicó Fehr para el diario científico Nature.

La oxitocina y la violencia doméstica

Hace unos años en Estocolmo, una curiosa situación se presentó durante el robo de un banco. El delincuente tomó rehenes, sin embargo, cuando finalizó toda la tragedia, los rehenes defendieron al captor y lo apoyaron todo el tiempo. Este tipo de unión paradójica es llamado por la psiquiatría “lazo traumático”, y fue identificada en 1983 por los investigadores Donald Dutton y Susan Painter en ciertas relaciones donde la violencia doméstica protagoniza el vínculo.

Muchos científicos piensan que la oxitoxina tiene un papel importante en la formación de estos lazos traumáticos entre las parejas. Esta hormona muchas veces no permite la consolidación de las memorias mientras que a la vez aumenta el nivel de confianza entre una persona abusada y su abusador. Muchas mujeres forman este tipo de lazo traumático con el esposo abusivo y luego sienten que no lo pueden dejar, vuelven hacia una relación que la llevará a sufrir nuevamente. Creemos que la oxitocina tiene que ver con este peligroso patrón”, escribió Painter en el estudio.

El abuso es difícil de perpetrar en una relación basada en la igualdad y es mucho más fácil de continuar si se mantienen patrones donde el maltrato es seguido por cariño y amor. Esta situación puede que genere el aumento de la hormona en el cuerpo y la confianza del abusado hacia la persona que perpetra estos maltratos.


Comentarios

Comments powered by Disqus