Una controversial idea sobre la creatividad en el cerebro

Nadia es una niña de tres años cuyos dibujos han aparecido en varios libros de neurología. Sus caballos, similares a los que dibujara una vez Leonardo Da Vinci, demuestran otro de los misterios fenomenales que esconde el cerebro, la genialidad que exhiben los autistas savant en áreas determinadas. Estos individuos, por lo general, son incapaces de formar y mantener relaciones o sostener conversaciones “normales”. Por ejemplo, Nadia no reconoce a sus propios padres, sin embargo, muestra detalles y trazos notablemente fenomenales, agudos y maduros, en sus dibujos.

Como Nadia no hay muchas personas en el mundo. Según la BBC, no más de 25 autistas savant se conocen en el planeta, uno de los más conocidos y celebrados ejemplos fue el papel que interpretara Dustin Hoffman en “Rain man”, un hombre incapaz de socializar o vivir normalmente pero con un don más que increíble para los números. Allan Snyder, del Centro para la Mente en el Instituto Australiano de la Universidad Nacional de Cranberra, ha venido estudiando a estas personas por varios años y ha elaborado una particular teoría que aún no convence a toda la comunidad científica.

En marzo de 1999, Snyder publicó en el diario científico New Scientist, un experimento en los que controlaba los impulsos de las ondas cerebrales de unos voluntarios utilizando magnetismo. La teoría de Snyder afirma lo siguiente: el talento en los savants se debe a malformaciones en el cerebro y no a incrementos en el desarrollo de ciertas áreas involucradas con la creatividad. Mientras estudiaba los cerebros autistas, el investigador descubrió que el acrecentamiento en la actividad creativa en áreas específicas de estos savants se debía a que otras partes importantes del cerebro estaban dañadas o desactivadas. Hasta el momento, la teoría más aceptada, aunque aún no comprobada completamente, es que en estos casos las zonas creativas se desarrollan de forma aislada y por eso pueden percibir, de modo tan detallado, los números, los dibujos y los trazos. Sin embargo, Snyder dice que lo que ocurre es que otras áreas del cerebro, las que se encargan de analizar, editar y recoger la información, sufren una malformación que permite que las demás regiones, especialmente las que tienen que ver con la creatividad, incrementen su actividad.

Hace varios años, el doctor Bruce Miller de la Universidad de California en San Francisco descubrió que muchos de sus pacientes autistas estaban desarrollando cualidades artísticas bastante impresionantes. Miller decidió escanear sus cerebros y descubrió que todos tenían problemas en el lóbulo temporal izquierdo. Estos experimentos fueron corroborados con otro realizado por el equipo de Snyder en la Universidad de Adelaide, en Australia donde 17 voluntarios fueron estimulados con magnetismo a través del cráneo. Los resultados, según el investigador, concuerdan con los de Miller respecto al lóbulo temporal izquierdo.

Lo que Snyder intenta hacer es desactivar, temporalmente, con el uso del magnetismo, partes del cerebro de los voluntarios para que sólo utilicen ciertas áreas más primitivas que procesan la visión, el sonido y los números. El australiano piensa que nosotros carecemos de las “habilidades de los savants” porque otras partes del cerebro se encargan de analizar, editar y descartar detalles irrelevantes, inútiles para el diario vivir, limitando así una visión extremadamente detallada del mundo.

“Los savants tienen estas partes dañadas y pueden ver el mundo con todos los pormenores y con una preponderante nitidez ya que el cerebro no edita los detalles. En un programa de la BBC llevamos a Stephen Wiltshire, [un autista savant], a un paseo por helicóptero sobre Londres. Dos horas más tarde, el paciente dibujó una serie de edificios que había visto durante el paseo con un sinnúmero de detalles impresionantes. Eran una copia exacta de los originales. Creo que si desactivamos el lóbulo temporal frontal de personas normales usando magnetismo podemos incrementar habilidades de este tipo. Todo está en controlar las ondas cerebrales”, concluyó.

David Potter, de la Sociedad Nacional para Autistas en Gran Bretaña añadió que el experimento era fascinante. “Algunos científicos creen que la esencia de la creatividad no es un estado de la mente sino una actividad. Pero todavía está por verse que los investigadores logren activar las habilidades de los savants en las personas normales que no poseen los daños que acompañan esta condición”.

Los resultados parecen más ficción que realidad pero, indudablemente, sería prodigioso tener un sombrero magnético que nos ayude a crear y a calcular. Desafortunadamente, los neurólogos saben que el cerebro es enmarañado y escabroso y, no será fácil manipular su actividad.

¿Un sombrero para crear y calcular?

En el reciente experimento de Snyder con los 17 voluntarios, se utilizó una especie de sombrero magnético que manipulaba las ondas cerebrales. El investigador desactivó el lóbulo temporal frontal y observó un notable incremento y mejoría en ciertas habilidades, típicas de los savants, en los voluntarios quienes dibujaron, calcularon y utilizaron la memoria mucho mejor que antes del experimento. Los voluntarios fueron examinados antes, durante y después de la estimulación magnética y la desactivación del lóbulo temporal frontal. Cinco de los 17 mostraron mejoría en varias pruebas como el cálculo, cálculos de calendarios históricos, es decir que eran capaces de decir el día de la semana de cualquier fecha de la historia reciente y, también, todos ellos mejoraron la calidad de sus dibujos. Por supuesto, otras investigaciones tendrán que confirmar estos resultados, aún débiles.


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