Los chimpancés diferencian los que tienen conocimiento de los que no

Primatología. Los gritos de alarma de estos primates estaban dirigidos a los grupos conformados por otros animales que desconocían sobre el peligro, cuando los miembros del grupo eran conocedores, los gritos brillaban por su ausencia

¿Sabe el monito que tú sabes y viene a repetirte el cuento? Es difícil percatar qué tan desarrollada está la teoría de la mente en otros primates, incluyendo los chimpancés, los animales más cercanos a nosotros. Numerosos experimentos han sido registrados con la meta principal de investigar qué tanto conocen sobre la vida de los demás. Es decir, ¿sabe este chimpancé que el otro desconoce algo importante y puede diferenciar al que conoce y al que no?

Los experimentos que se han elaborado al respecto no dejan las cosas claras. Es obvio que los demás animales poseen sistemas similares aunque más limitados en ciertas capacidades que los nuestros, más si estamos hablando de primates. El sistema espejo neuronal, por ejemplo, fue descubierto debido a experimentos donde los electrones mostraron el origen del comportamiento de imitación en otros simios. Es lo que hace que nos sintamos mal cuando al protagonista le va mal, que casi percibamos el dolor causado a alguien que amamos o a otro desconocido, eso es, si tenemos la empatía suficiente. Por supuesto, el comportamiento humano es bastante difícil de comprender a pesar de que podemos comunicarnos extremadamente bien y entender lo que el otro nos dice. Con los demás animales, el problema de la comunicación dificulta aún más llegar a comprender sus acciones. Además, la mayoría de los experimentos que tienen que ver, precisamente, con la conducta en otros primates, han sido realizados en cautiverio, donde hay que tomar otras variables en cuenta a la hora de analizar las acciones del animal ya que no se comportan igual.

Ha sido el tema tratado en las investigaciones llevadas a cabo por investigadores en el Instituto Max Plack de Antropología Evolutiva en Alemania y la Universidad St. Andrews en Escocia. El objetivo es medir la habilidad de los animales para reconocer el conocimiento del otro, no sólo percibir sus intenciones y sus movimientos, es decir, “ver lo que los otros están viendo”, para saber si los chimpancés no pueden hacer la tarea o si es que no la entienden.

“Muchos animales producen gritos de alarma cuando depredadores se acercan y lo hacen más a menudo cuando los familiares y los amigos están presentes. Pero hasta el momento no se tenía evidencia de que estos animales tuvieran idea del conocimiento de los demás, si sabían si los demás tenían conocimiento de que el peligro era inminente o no. Lo que hemos observado en Uganda nos dice que los chimpancés sí reconocen el conocimiento y la ignorancia en otros”, explica Catherine Crockford, una de las investigadoras de St. Andrews.

Modelos de serpientes venenosas

Pero no sólo eso, es imposible olvidar la importancia de compartir información con los demás, es decir, se trata del inicio de la comunicación y es un estadio sumamente importante en la formación y el desarrollo del lenguaje. De hecho, los resultados sugieren que este fase estaba ya presente cuando nuestro ancestro común se separó de los chimpancés hace unos seis millones de años.

El estudio usó culebras; bueno, modelos de ellas. Los chimpancés le temen a las serpientes así que los investigadores pusieron unas venenosas en lugares específicos, a ver qué pasaba cuando los chimpancés las vieran. Durante meses, observaron sus conductas.

“Usamos modelos de dos víboras del Gabón y una Rinoceronte, son serpientes venenosas muy peligrosas. Los chimpancés que monitoreamos eran 33 animales salvajes y le tocaba al primero que encontrara una de estas altamente camuflajeadas serpientes avisarle a los demás respecto al peligro”, cuenta Crockford.

Y el aviso no se hacía esperar. El animal enseguida iniciaba su grito de alarma y los investigadores notaron que los gritos se realizaban más cuando el grupo estaba conformado por otros animales que desconocían el hecho. Cuando los que estaban con el chimpancé conocían ya que la culebra estaba en ese lugar, el otro no gritaba sobre el peligro.

Los chimpancés no ‘hablan por hablar’

“Los chimpancés saben si el otro tiene la información o no. Nuestro estudio muestra que los gritos son ejecutados cuando la audiencia no sabe lo que ocurre, es como si el animal entendiera que saben algo que los demás desconocen y entienden que produciendo una vocalización específica se lo pueden contar e informarle del peligro. ¿Para qué hacerlo si no sabes si tienen o no la información que necesitan? Nuestros resultados sugieren que este tipo de comportamiento ya estaba presente cuando el ancestro en común se separó hace seis millones de años”, explica Roman Wittig, otro de los investigadores.

Así que el chimpancé no te contará el mismo cuento otra vez, no lo juzgará necesario si ya lo sabes. Algo que, curiosamente, se perdió en muchos humanos.


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