Los pacientes postoperatorios del doctor Louis Kavoussi se llevan una gran sorpresa con sus visitas. Las famosas rondas que el cirujano debe atender de todos sus convalecientes las realiza desde la comodidad de su casa y, en su puesto, el galeno envía a su robot.
“Me he dado cuenta de que luego que el elemento sorpresa se evapora, la mayoría de mis pacientes hasta prefieren a mi robot. La gente se acostumbra más fácil de lo que uno cree al uso de la tecnología, de la robótica y de las telecomunicaciones en la medicina”, comentó el doctor para la BBC.
Algunos de los internados en el Hospital Johns Hopkins, donde trabaja Kavoussi, se enfrentan diariamente a un robot cuya cabeza es un monitor con la imagen en vivo de su médico. El galeno habla con sus pacientes a través de la pantalla y puede indicar, diagnosticar y ordenar medicamentos según las conclusiones a las que llegue. Para Kavoussi no existe gran diferencia. “Hago lo mismo que haría en mis rondas sólo que desde mi casa”, asegura el médico.
De hecho, en los últimos cinco años, la presencia de los robots en los quirófanos y en la medicina general, especialmente en países como Gran Bretaña y Estados Unidos, ha aumentado notablemente. Más aún, la lista de intervenciones que son capaces de realizar es cada vez mayor. Por ejemplo, el 5 de septiembre de 2001 un nuevo neurocirujano denominado “The Pathfinder” fue utilizado por primera vez en Inglaterra en una operación cerebral.
Los cirujanos que participaron en la operación quedaron maravillados con los resultados. “La mayor ventaja de los robots es la precisión que tienen. Sus manos no tiemblan y pueden meterse en cavidades mucho más pequeñas que cualquier mano humana”, precisó Patrick Finlay director del programa Pathfinder, “de esta forma no hay que hacer grandes incisiones, con un solo hueco es suficiente”.
Efectivamente, los robots han disminuido marcadamente el tiempo de estadía en los hospitales, especialmente en los niños y adolescentes. En una investigación realizada por la Universidad de Michigan el pasado mes de febrero, los científicos descubrieron que los niños que eran operados por robots permanecían menos tiempo en el hospital y se recuperaban mucho mejor que los que eran intervenidos por humanos.
“En el transcurso de la investigación fueron intervenidos siete niños con problemas cardiacos. La primera ventaja del robot es que no necesita abrir todo el pecho sino que con solo un huequito puede arreglar el daño. Este robot que utilizamos, llamado Da Vinci, tiene tres brazos, en la punta de uno lleva una camarita y en las otras dos puede agarrar distintos instrumentos quirúrgicos”, expresó Richard Ohye, que forma parte del programa en Michigan.
El doctor maneja al robot desde la mesa de controles y la precisión es impresionante, ningún tejido sano sufre bajo sus “dedos” metálicos. Las investigaciones aseguran que es la mejor opción para las cirugías cerebrales.
Un sinnúmero de beneficios
Las personas operadas por robots se han beneficiado en varios aspectos. No sólo la intervención es realizada con mucha más precisión sino que la recuperación es mucho más acelerada. El uso del robot elimina los temblores humanos, es capaz de entrar a zonas inasequibles para los médicos y daña menos tejido sano en los alrededores de la región afectada.
Además, el uso de los robots reduce la estadía en el hospital, disminuye el trauma operativo, beneficia el impacto cosmético de la intervención y atenúa el tiempo de recuperación.
Hasta el momento, los robots médicos sólo pueden operar a niños de más de 20 libras pero los científicos esperan que en menos de cinco años, el uso y la evolución de la robótica, incremente su uso en todos los niveles.
Pequeño inconveniente
Los robots usados hasta el momento se toman más tiempo para operar. Una intervención de una hora puede durar el doble con el robot.
Tres modelos en uso
En la actualidad, varios tipos de modelos robóticos están siendo utilizados por la medicina. Algunas operaciones de este tipo han permitido que el cirujano realice la intervención a larga distancia. En una ocasión, el paciente se encontraba en Londres y el médico ordenaba los brazos del robot desde una cabina en Manhattan, Nueva York.
Por otro lado, tres diseños metálicos: el Pathfinder, el Da Vinci y el RCM-PAKY, han operado exitosamente a decenas de pacientes en el mundo. El primero se especializa en neurocirugías, específicamente en la localización y la extirpación de tumores en la materia gris, difíciles de alcanzar con la mano humana. Por otro lado, el Da Vinci, con un costo de un millón de dólares, es un robot que se especializa en cirugías cardiacas y elimina la necesidad de algunas operaciones a corazón abierto. Por último, RCM-PAKY es un robot que ha sido usado en más de treinta pacientes para eliminar piedras de los riñones.
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