El exagerado “yo” esquizofrénico

Neurología. Dos equipos de científicos de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachussets, han descubierto que los cerebros de estos pacientes no logran desactivar los mecanismos de autorreflexión neuronales.

Para concebir con apropiada seriedad el alcance que posee el cerebro sobre nuestras conductas e identidad, sólo hay que observar individuos con daños cerebrales. Los problemas psiquiátricos, por ejemplo, son un buen comienzo para el que desee comprender la sobriedad del tema. Desde la maniaca pero simple obsesión de lavarse las manos a cada minuto hasta la disímil e “irreal” percepción que produce un cerebro esquizofrénico del mundo que lo rodea.

De hecho, un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), ha descubierto nuevas “excentricidades” en los cerebros de los pacientes con esquizofrenia que ayudan a explicar los problemas que tienen estos individuos para diferenciar el mundo externo del interno.

Imagine una tarde lluviosa, usted se sienta cerca de una ventana a contemplar el momento y a reflexionar. Pues, como para todo, el cerebro ha desarrollado un sistema que le permite esto, desconectarse y analizar su vida desde un punto de vista reflexivo. Desafortunadamente, el paciente con esquizofrenia es incapaz de lograr esta desconexión.

“Este sistema se vuelve activo cuando pensamos en nosotros mismos, en nuestras metas, pero el cerebro lo suprime una vez nos involucramos en otras tareas, hemos descubierto que los pacientes con esquizofrenia no pueden hacer esto y pensamos que este importante detalle puede explicar los síntomas cognitivos y psicológicos de la esquizofrenia”, explicó en el diario científico Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias el profesor John D. Gabrieli del Instituto McGovern para Investigación Cerebral de MIT.

Cuando pensamos en esquizofrenia imaginamos, si es que podemos, un mundo distinto donde los pensamientos, las percepciones y las emociones han sido distorsionados. Los científicos siempre han pensado que estos síntomas se derivan de desconexiones entre distintas áreas que controlan diversas funciones, sin embargo, los resultados del nuevo experimento ha encontrado una sobreactividad en el sistema de autorreflexión que provoca que el paciente exagere la concentración en su “yo”.

“Pensamos que esta actividad exagerada en esas regiones es lo que impide que el paciente esquizofrénico pueda dirigir su capacidad mental hacia fuera, lejos del análisis interno y la autorreflexión, esta incapacidad impide que estas personas sean capaces de realizar tareas normales o trabajos que exijan un poco de concentración”, explicó Susan Whitfield-Gabrieli, también de McGovern y encargada de analizar las imágenes obtenidas de los cerebros esquizofrénicos mediante las máquinas de resonancia magnética funcional (fMRI).

Condiciones recién diagnosticadas

La esquizofrenia ocurre en el 1% de la población mundial y los investigadores esperan que el conocimiento sobre la enfermedad los ayude a descubrir nuevos tratamientos. “Desde hace tiempo que sabemos que la esquizofrenia tiene un alto componente genético y las personas que comparten la mitad de sus genes con estos pacientes tienen 10 veces más probabilidades de contraer la enfermedad. Por el momento, no conocemos las identidades de los genes que causan la condición ni cómo afectan al cerebro”, explicó Gabrieli. Los investigadores usaron tres grupos de 13 voluntarios cada uno, todos con esquizofrenia diagnosticada recientemente, con el objetivo de que viejos tratamientos y episodios psicóticos no intervengan en los resultados obtenidos. Los cerebros de los participantes fueron escaneados en máquinas de resonancia magnética funcional mientras descansaban y también mientras realizaban tareas simples. Las pruebas conductuales y clínicas fueron realizadas por Larry J. Seidman y sus colegas en Harvard.

Un sistema por defecto

Los investigadores se concentraron en ese sistema del que hablábamos anteriormente, el que se desactiva cuando realizamos alguna tarea o trabajo pero que permanece funcionando si andamos en una onda de autorreflexión. Esta red de regiones neuronales incluye la corteza prefrontal media y la corteza posterior cingulada, regiones relacionadas con memorias autobiográficas y autoanálisis, estas áreas se conectan y se activan cuando permitimos que nuestra mente vuele libre. “Lo que observamos es que este sistema por defecto se muestra tanto hiperactivo como hiperconectado en los cerebros esquizofrénicos durante momentos de descanso y permanece así cuando ellos realizaban las tareas. En otras palabras, estos pacientes son incapaces de suprimir la actividad de esta red cuando hacían trabajos. Interesantemente, mientras menos era reprimido el cerebro y mayor la conectividad, peor era el desempeño en las tareas que involucraban la memoria y más severos también, eran los síntomas clínicos en estos pacientes”, explicó Whitfield-Gabrieli.


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