Biología. Un equipo de investigadores de la Universidad de Indiana ha descubierto un péptido que, de acuerdo con ellos, no ocasiona efectos secundarios a la hora de erradicar las señales contra el dolor
Todos sabemos la importancia del dolor. Era necesario integrar algo que detuviera al animal para que pensara qué hacer sobre lo que le ocurre; lo que está mal duele y necesitamos repararlo. Pero también hemos visto que lo que no está nos puede doler. La investigación sobre el dolor en las extremidades fantasmas, esas que han sido amputadas, apuntan a un dolor causado por el cerebro en un espacio inexistente, al final, somos animales guiados por un cerebro que ha evolucionado áreas especializadas dentro de un todo neuronal y cada paso que damos en nuestro medio sale de la interacción de ambas.
Por ello, muchas cositas en nuestro cuerpo deben portarse bien; y no estamos hechos de grandes cosas solamente. El mundo molecular se encuentra repleto de miembros; sabemos bien de lo que hablamos, especialmente si eres estudiante de biología o de medicina, es una cantidad enorme de nombres y funciones para aprender. Y es eso lo que hemos ido conociendo, no sólo la estructura de estas partes sino también sus funciones y cómo contribuyen y afectan nuestro comportamiento. Cada tipo de célula continúa siendo estudiada por los investigadores, buscando todo eso que nos falta conocer. En la rama del dolor, las noticias novedosas siempre son bienvenidas.
Ahora, un equipo en la escuela de medicina de la Universidad de Indiana ha descubierto un péptido que causa un corto circuito en uno de los caminos por donde anda el dolor crónico. Este tipo de dolor se diferencia del agudo en que se extiende durante más tiempo del esperado para sanar, de hecho, ambos dolores siempre han sido diferenciados por el tiempo. Existen, a su vez, distintos tipos de dolores crónicos y agudos con sus diferentes tratamientos; desafortunadamente, no todos funcionan para todos.
“La medicina se vale de la investigación científica para así conseguir una aplicación apropiada. El buen doctor es el que se mantiene atento a lo nuevo en su rama para actualizar su medicación. El problema es que no nos encontramos en las etapas finales de la ciencia del cuerpo y por eso nos topamos con el mal funcionamiento. Los investigadores trabajan con lo que se conoce y todavía falta mucho por saber. Pero hay que ser optimistas”, explica Joel M. Brittain, co-autor del estudio.
El péptido se llama CBD3 y ha sido observado en ratones por un buen rato. En los roedores se conocía porque el péptido navega en los populares canales de calcio que producen el dolor o las señales de dolor e interfieren con ellas. Ciertamente, el dolor ha pasado por diversas descripciones a través del tiempo, ahora se piensa que los canales de calcio son jugadores claves dentro de los caminos de las señales de dolor. También es aceptado como útil otro conocimiento descubierto por Rajesh Khanna, autor principal de este experimento, donde una proteína axonal conocida como CRMP-2 se adhiere a estos canales y actúa como un tipo de control remoto, modulando la transmisión y la excitabilidad del dolor.
“Luego de los opioides, que continúan siendo para muchos el estandarte dorado en contra del dolor, los canales de calcio se han convertido en nuestra mejor opción. Hemos observado que en la espina dorsal hay neuronas que sienten y responden al dolor, llamadas nociceptoras, que poseen una abundancia de canales de calcio”, explica Khanna.
Mucha de la medicina en el mercado, basada en opioides, hace más daño de lo que realmente cura. Este tipo de sustancia ha demostrado crear adicción y afectar la vida de los pacientes en diversas formas. El problema es que muchas personas lo prefieren al dolor…o a morir.
Más allá de los adictivos opioides
“Hemos descubierto que el péptido CBD3 puede ser suministrado sistemáticamente y bloquea el dolor en una variedad que no sólo ha cubierto los modelos crónicos sino también algunos de los agudos. El novedoso péptido se adhiere a los canales de calcio y reduce el número de señales de excitabilidad sin interrumpir el flujo de calcio que es tan beneficioso. Una vez que llegan al cerebro, estas señales son interpretadas como la sensación de dolor”, dice Khannan.
La molécula descubierta por el investigador no ha exhibido efectos secundarios negativos como la reducción de coordinación motora, pérdida de memoria o depresión, además, es un péptido que no se mete con el flujo de calcio, que es un protector importante que regula el ritmo cardiaco y otras funciones vitales importantes de los demás órganos. Ciertamente, el equipo está muy emocionado con el descubrimiento.
“Nos parece que el péptido es mucho más seguro de usar que los adictivos opioides y que los analgésicos que se inyectan en la espina dorsal ya que ambos pueden causar problemas respiratorios, irregularidades cardiacas y otros problemas”, argumentó Sarah M. Wilson, otra de las autoras.
No olvidemos que el dolor es una experiencia compleja en el cerebro.
Los resultados han sido publicados en Nature Medicine: http://www.nature.com/nm/index.html
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