Psicología. Un estudio en el Campus de Malasia de la Universidad de Nottingham afirma que de acuerdo con la raza que te aloje, así asimilará el cerebro la información para reconocer personas
Esa cara luce extremadamente familiar, ¿la reconoces? No todos tenemos la misma especial habilidad en dicha tarea, de hecho, investigaciones al respecto afirman que somos mucho mejores reconociendo caras de nuestro mismo linaje, algo que nos resulta evidente. De hecho, el cerebro de la especie posee centros especializados para reconocimientos faciales pues conocer el rostro es esencial ya que nos indica mucho sobre la persona; aunque todos poseemos ojos, narices, bocas y mejillas, entre otros, cada rasgo nos revela únicos y nuestras caras son como una gravado de identidad.
Tradicionalmente se pensaba que el reconocimiento se producía al mirar primero un ojo, luego el otro y después la nariz. Sin embargo, mientras más se iba investigando al respecto, otros componentes se han ido reconociendo. Por ejemplo, los occidentales tienden a reconocer rostros a través del uso del descrito triángulo de cabeza que forman los ojos y la nariz, sin embargo, los asiáticos tienden a enfocarse en el centro de la cara, el área de la nariz.
Ahora, un estudio elaborado en el Campus de Malasia de la Universidad de Nottingham afirma que de acuerdo con la raza que te aloje, así asimilará el cerebro la información para reconocer personas. Aparentemente, centros neuronales ya se encargan de afinar los mecanismos para este importante comportamiento social de reconocimiento, sin embargo, la cultura que nos aloja es responsable de instalar el programa específico para ello. En el estudio, titulado “Luces familiar: ¿cómo los chinos en Malasia reconocen rostros?”, los investigadores buscaron un tercer patrón en un lugar completamente multicultural, y lo encontraron.
“Nuestra investigación muestra que los chinos malasios adoptan un patrón visual único que difiere tanto de los occidentales como de los chinos en el continente, posiblemente eso se deba a la naturaleza multicultural del país”, explicó Chrystalle B.Y. Tang, autora principal del experimento.
El uso de las miradas
Los resultados se obtuvieron a través de las miradas. Hemos visto que la dirección y la cantidad de tiempo que una mirada permanece en algo puede ser medido e interpretado en términos de atención e interés. Es un tipo de experimentación que se usa mucho con bebés y el equipo lo utilizó para investigar las estrategias visuales utilizadas para reconocer personas en fotografías. En esta ocasión, un aparato especializado en rastrear la dirección de los ojos fue usado en 22 malasios chinos, los voluntarios eran todos estudiantes del campus de la universidad.
“Los resultados nos dicen que los malasios chinos han adoptado un patrón especial que es diferente tanto del occidental como del asiático, es una combinación de ambos y hemos visto, preliminarmente, que es también utilizada por los británicos malasios. Nos parece que adoptar esta estrategia los favorece a la hora de reconocer ambas razas, tanto china como caucásica”, dice la autora.
El estudio, el primero publicado en un diario científico por el campus de psicología en Malasia, fue supervisado por el doctor Ian Stephen, experto en el procesamiento de rostros y la doctora Elizabeth Sheppard, experta en el rastreo de ojos. Estudios recientes en MIT descubrieron centros específicos para el reconocimiento de rostros en neuronas en el giro fusiforme del cerebro, sin embargo, estas células no trabajan solas sino que se conectan a otras partes del cerebro durante el reconocimiento. Estos estudios no sólo amplían la información acerca del reconocimiento facial y sus mecanismos en el cerebro sino que ofrecen medios para descubrir cuáles son las causas de desórdenes caracterizados por la inhabilidad de reconocer rostros, como el autismo y la prosopagnosia.
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