Es hermoso y colorido; se llama Vesta

Astronomía. El asteroide Vesta ha sido estudiado por la nave Dawn (Amanecer) que ha deleitado a los científicos con numerosos datos sobre la roca, que, nos dicen, es en realidad un protoplaneta. Los colores, la topografía, la historia, las enormes montañas y su tamaño único y forma original permiten que los investigadores conozcan más sobre el origen mismo del Sistema Solar

Las noticias de esta semana en la NASA tiene un importante protagonista, su nombre es Vesta. Desde el pasado julio, una nave de la agencia conocida como Dawn o Amanecer, anda orbitando el asteroide, analizando, tomando fotos, estudiando. De hecho, entre los numerosos datos que se han ido recopilando de la investigación, la idea actual es que el asteroide es realmente un protoplaneta.

Ciertamente, la misión de Dawn no ha sido simple; de hecho, llamaron Amanecer a la nave porque su meta es estudiar el amanecer del Sistema Solar, esos primeros millones de años de su vida; no obstante, la información que han recibido los científicos ha cambiado hasta la forma en que miran la formación, no sólo del Sistema Solar sino también del Universo.

Vesta es un objeto en transición, nos dicen. Es un enorme asteroide, apuntan que es del tamaño del estado de Arizona en Estados Unidos, que estaba por transformarse en un pequeño planeta y el Amanecer ha encontrado variadas características de la magnífica roca, desde su relativamente colorido exterior, su topografía variada y su núcleo central que es como el de un planeta.

“La mayoría de los asteroides lucen como una papa pero Vesta no es una papa es más bien un aguacate”, explica Vishnu Reddy del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar, refiriéndose al núcleo del asteroide.

El hogar de Vesta es el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter; allí, la roca muestra otra característica única y original y se trata de sus colores.

“Vesta es uno de los objetos más coloridos del Sistema Solar, por lo menos entre los que hemos visitado hasta el momento. Lo que pasa es que está cubierto por muchos regolitos, es decir, material suelto en la superficie que afecta los colores que vemos. Por supuesto, la palabra colorido en este contexto es relativa ya que en un cinturón de asteroides casi todo lo que vemos es gris, pero en esta ocasión ha sido distinto”, dice Reddy.

La responsable de atrapar el color del asteroide es una cámara que fue desarrollada por el instituto Max Planck y que utiliza un par de filtros para detectar las diferencias entre una formación rocosa de otra, estas diferencias dotan al protoplaneta con imágenes en tecnicolor. Ahora bien, si fuéramos a Vesta y la viéramos con nuestros ojos, el color fuera mucho más sutil, de hecho, los investigadores dicen que veríamos casi todo en verde.

Un mundo montañoso

Pero las características que han descubierto en Vesta, nos dicen, van mucho más allá de sólo el original tamaño y los lindos colores que son aumentado por la cámara. El deleite de los investigadores no termina allí pues Vesta tiene, además, grandes montañas, de hecho, la más grande es el doble del tamaño de nuestro Everest. Esta montaña fue formada por un enorme impacto en la superficie del protoplaneta.

“Cuando el Amanecer llegó a Vesta encontró dos gigantes impactos, ambos en la región sur. Un impacto tiene como mil millones de años y el otro por lo menos dos mil millones. Conocer estos detalles ha sido maravilloso, de hecho, las fechas corresponden al momento en que pensamos que rocas despegaron de Vesta y algunas llegaron hasta la misma Tierra. El tamaño grande de los cráteres nos dice el material que salió del protoplaneta y que se convirtió en meteoritos y pequeños ‘vestóides’, de hecho, hay miles de ellos en el cinturón de asteroides”, explica Christopher T. Russell de la Universidad de California en Los Ángeles.

Para los científicos, Vesta no sólo es hermosa sino que ha desplegado más secretos de lo esperado. El asteroide, llamado por la antigua diosa romana del hogar, ha sido bombardeado por cometas, meteoritos y sus más pequeños familiares durante 4,500 millones de años. La misión Dawn también capturó un patrón de minerales, lo que permite formular hipótesis que apoyan la idea de que Vesta tenía una vez el centro fundido y poseía un océano de magma debajo de su superficie.

“Parece como si un artista ha pintado sus cráteres en patrones fantásticos. Es hermosa y sorprendente”, dice Russel. “Dawn ha obtenido más de veinte mil imágenes de Vesta en distintas longitudes de onda de radiación”.

Hierro fundido

Efectivamente, también nos dicen que Vesta tiene un centro de hierro que se formó en la época más temprana del sistema, en el período cuando el protoplaneta se fundía; de hecho, las medidas del campo gravitatorio del planeta confirman este dato. Se esperaba este descubrimiento porque los meteoritos que salen de Vesta tienes menos hierro que la nebulosa solar donde los bloques de construcción planetarios se formaron.

“El hierro se encuentra secuestrado en el núcleo de Vesta lo que nos confirma que Vesta se separó en capas cuando se formó y esta composición nos permite precisar modelos tempranos del sistema solar”, explica Russel.

Vesta también muestra una superficie con muchos puntos de tamaños varios con áreas tan negras como el carbón, lo que ha representado una verdadera sorpresa para los científicos ya que muestran patrones realmente complicados de procesos de impacto.

Familiares de Vesta en la Tierra

Y se han encontrado meteoritos en la Tierra que están enlazados con Vesta y que han permitido conocer el nacimiento del colorido protoplaneta. Vesta se formó de gas y polvo interestelar durante los primeros dos o cinco millones de años del sistema.

“Vesta ha estado grabando la historia del Sistema Solar desde sus comienzos, y nos permite ir más allá de 4,500 millones de años.

Pero Dawn no se detiene allí, después de Vesta, el Amanecer continuará su jornada astronómica. De hecho, el planeta enano Ceres está en su lista de cosas por hacer después de Vesta. Dawn estudiará su estructura y su composición. La misión de Amanecer incluye determinar el tamaño, la forma, la composición, la estructura interna y la evolución tectónica y termal de ambos objetos y las condiciones en las que se formaron.

Dawn viajará hacia Ceres durante tres años. De hecho, se piensa que el planeta enano aloja agua debajo de su superficie rocosa y, posiblemente, vida. La nave se encontrará con Ceres en el 2015 y allí estará por unos cinco meses.

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