Peperino Pómoro: Primera Nebulización

Originalmente emitido en el programa Cha Cha Cha
Recopilación publicada en http://www.peperino.freeservers.com/

Querido televidente, ¿cómo estáis? ¿cómo sentáis hoy Día del Remís? Y estos días de lucubraciones y truculencias, quisiera traer a colaboración aquellas palabras del mártir Peperino Pómoro junto al Rolo Puente [1] , estando Peperino según el libro de las flatulaciones en el pasaje Vicente Rubino [2] la Primera Carta a los Guido Gorgatis [3] nos dice:

Estando Peperino sentado junto al pelado, estaban también los trogloditas y sus discípulos Libé, Tomé, Sobé y Lamí, les habló de las concuspicencias diciendo: “Yo soy Peperino, el que siempre pone el vino, yo soy aquel que come los huevos con el tocino”. La multitumbre allí reunida se preguntó entre si hasta que una mujer alzada [4] preguntó: “¿Peperino, Peperino?” dijo: “Soy Miriam G., hoy es ocho y todavía no me vino.” Peperino la miró y le dijo: “¿Es por eso, mujer, que te has acercado hasta aquí?” Ella le contestó: “No. Peperino. Mi hija esta enfermita, tiene apenas quince añitos y es bizca.” A lo que Peperino dijo: “Llevadme hasta ella”. Fue así que lo llevaron a Peperino hasta que encontró a la niña, una niña hermosa, una púber de unos quince añitos, con una tez muy blanca, unos labios como el rubí, rosa, con una piel formidable, una nenita, muy débil, entonces Peperino dijo: “Que fazéis, niña fermosa, faziendo flautitas en el forno mientras tus hermanas fuman un fabano afuera. Déjenme solo y dénme unos diez minutos.”

Fue así que todos se fueron y Peperino quedó a solas con ella y Peperino entonces alzó su manito y le dijo: “Niña, ¿cuántos?” y la niña dijo: “Dos”. Volvió Peperino a preguntarle: “¿Cuantos?” y la niña dijo: “Cuatro”. Entonces alzó Peperino sus dos manos, las posó sobre su cabeza y le dijo: “Tocame los lienzos” y la tocó, y la frotó, y la sanó, a lo que toda la multitumbre que estaba afuera empezó a gritar: “Peperino degenerado, Peperino degenerado, apedreenlón, tirenlón”, y fue así que Peperino huyó y huyó hasta que llegó a la ciudad de Camet, donde un montón de gente salio a recibirlo y Peperino entonces les dijo: “Óiganme ñatos de corazón: es más posible, mucho más posible, que un potus florezca en primavera a que un ángel pase con una remera”.

Y hasta la próxima semana, querido televidente.

Notas


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