(La escena transcurre antes de iniciar la grabación del sermón de Peperino. El pastor dialoga con una mujer presuntamente del personal del piso de grabación.)
—¿Qué le pasa? Está transpirando.
—Ah, sí, no, lo que pasa es que transpiro como un pollo. Sí, sí, es un problema que tengo, sí.
—¿Y se hizo ver?
—Y no, sí, sí, sí, fui a varios médicos y voy a tener que convivir con ello toda mi vida.
—¡Uh!
—Este… sí, sí, parece que… es invierno y transpiro, en verano tengo mi librito de oraciones empapado, empapado, me caen las gotas, me caen las gotas…
(Se oye el director por el intercomunicador: Bueno, ¡vamos a grabar, por favor!)
— …me pongo un piloto antes de dar…
(Inicia el Aleluya)
Queridos televidentes, ¿como estáis? ¿como os sentáis hoy, día de Gastritis Peperianal, en que con verdadero teflón, hondo tazón y fuerte claxón nos contripamos para rememorar todos juntos la primera indigestión del mártir Peperino Pómoro en el quincho de Balá [1]?
Ya en la parábola del chancho asado a las brasas y adobado, el mártir Peperino se encuentra con sus discípulos Libé, Tome, Lamí, Subí, Bajé, Fuí, Volví, Pipo, Papo, Pepe, Pepa y Pipa y les dice: “Id y traedme un chancho, por que hoy somos todos los que estamos y estamos todos los que somos”. Y dicho esto se fueron en busca del chancho y Peperino dijo: “Que se haga el fueguito”; y bajó una enorme bola de fuego que cayó sobre la tierra y prendió una bolsa de cuatro kilos de carbón vegetal y el fuego se hizo. Y al segundo día dijo: “Poned la carne”, y la carne la pusieron, y al tercer día dijo: “Abran el vinito” y el vinito fue abierto y al cuarto día dijo: “Pinchad los chorizos”, y los chorizos se desgrasaron y al quinto día dijo: “Pongan la morcilla”, y se la morfaron [2], y al sexto día dijo “Traigan el pancito, qué bueno que está esto”. Y fue así como todos comieron y se morfaron [2] todo el chancho, las achuras y al séptimo día durmieron y descansaron y se levantaron después del medio día tipo doce, doce y media y se levantaron todos juntos y se comieron las sobras y todos celebraron alrededor de las sobras… “Sobras” del latín Sobarum: Sob, sopa; Arum: ahora, el que ora, el que ora ahora frente a la sopa.
Entonces quisiera que nos despidamos todos juntos con una reflexión del librito de oración “El Matinal, para comer y descansar y ayunar antes de morfar”, que dice: “Opa opa opa, qué rica está la sopa”.
Querido televidente, recordemos reflexionando siempre que es más posible, pero mucho más posible que el pato sea carré, a que el carré sea pato [3]. Y hasta la próxima querido televidente…
Notas
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