Génesis 3: Desobediencia del hombre

Resumiendo el capítulo primero del Génesis nos enteramos que Dios creó al hombre y la mujer en el sexto día de la creación, que los creó varón y hembra, y que les dijo aquello de dominad la Tierra y “creced y multiplicaos”. A Dios se le olvidó aclararles un pequeño detalle, el como debían multiplicarse, un pequeño detalle que como veremos más adelante tenía su importancia.

En el capítulo segundo del mismo Génesis descubrimos que a la mujer, que al parecer ya la había creado en el día sexto, la volvió a crear en el día octavo, es decir después del día séptimo que es el día de descanso. En el capítulo segundo sí aclara el método científico y claro con que los creó, haciendo una figurita de barro y tocándole las narices a Adán. Eva fue creada de una costilla de Adán, pero sin pasar por quirófano ni someterse a los molestos engorros de la medicina. Simplemete cogió una costilla de Adán y la convirtió en Eva. Así, sin más explicaciones engorrosas que no son necesarias para ser comprendidas por un buen creyente.

Curiosamente el buen Dios, todo cariño y ternura para con sus criaturas recién creadas, planta en el centro del paraíso un arbolito que al parecer iba a tener más trascendencia en nuestras vidas de lo que imaginábamos. “Árbol de la ciencia del bien y del mal” dicen que se llamaba. Y ya empezamos con el lío, ya en el capítulo tercero del Génesis tres criaturas de las recién creadas se le rebelan al buen dios todopoderoso y sabio. La serpiente, astuta como nadie, sabía también lo que sucedería si los humanos recién creados comían los frutos del arbolito. Supongo que se lo habría contado el mismo Dios, porque que yo sepa las serpientes no comen frutos de los árboles y no debía haberlos probado antes. Es más, deduzco que la serpiente debía ser mala por naturaleza, quizá otro fallo del mismo Dios al crearla, ¿qué interés podía tener la serpiente en engañar a Eva? Incluso cabe suponer que la serpiente, en aquellas fechas recientes de la creación no debía ser siquiera serpiente, más bien debía ser como una lagartija grande, o como un cocodrilo pequeño, pero con patas.

Desobediencia del hombre

Génesis 3

Génesis 3:1

Pero la serpiente era astuta, mas que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: -Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?

La astuta y malvada serpiente demuestra que sabía lo que sucedería si Adán y Eva comían del arbolito, menudo monstruo debió haber creado dios en los primeros días de la creación. Ademas hablaba y podía comunicarse con los hombres, lo que no nos aclara el Génesis es en que idioma lo hacían. Incluso al parecer hay quien dice que la serpiente no era mas que el demonio disfrazado. ¿Me pregunto si el astuto era el demonio o la serpiente?. En cualquier caso lo que parece estar claro es que Dios, plantando primero el arbolito, y permitiendo después que el demonio, o la serpiente, tentara a Eva estaba preparando el terreno de lo que sucedería después.

Una vez más la Biblia nos presenta al Dios entre ignorante y malvado, ¿si lo sabia por que lo permitió? ¿si no lo sabia es que no era sabio? Quizá el dios inventado por los hebreos no podía ser de otra manera, tan ignorante y malvado como quienes le inventaron. Tan ignorante y malvado como cualquier otro dios de la época, como cualquier otro dios hoy desacreditado, y formando ya parte del Olimpo de dioses muertos que también en su día fueron respetados y adorados.

Génesis 3:2

Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los arboles del huerto podemos comer;

Génesis 3:3

pero del fruto del árbol que esta en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de el, ni le tocareis, para que no muráis.

Génesis 3:4

Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;

Que astuta la serpiente, que bien sabía lo que tenía que decir a la incauta Eva. No moriréis, “tendréis vida eterna” le dijo, no sé por que esa frase me suena a que es la misma que Dios sigue ofreciendo en la actualidad a sus creyentes, sólo que en esta ocasión después de la muerte, para que no haya reclamaciones.

Génesis 3:5

sino que sabe Dios que el día que comáis de el, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

Génesis 3:6

Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomo de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

¡Y la ingenua Eva comió el fruto del arbolito, maldita sea su estampa! la que lio la tía sin darse cuenta, y lo que es peor hizo que Adán también comiera. Me pregunto ¿qué hubiera pasado si Adán no hubiera comido del fruto del arbolito?

Génesis 3:7

Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

Así que se abrieron los ojos de ambos y descubrieron que estaban desnudos, ¿acaso no lo habían estado siempre? ¿Cuál era la diferencia? ¿Por comer un fruto de un árbol descubrieron que estaban desnudos? ¿Antes sus ojos habían estados cerrados, o acaso antes no sabían ver que estaban desnudos? Y no sólo descubrieron que estaban desnudos, además sintieron vergüenza de ello y se hicieron delantales con hojas de higuera.

Por una vez el buen Dios se muestra detallista en su escrito, nos enseña que el delantal era de hoja de higuera. Detalle importante donde los haya. Pero sigue sin enseñarnos en que consistía el fruto del arbolito, aunque con un poco de perspicacia se empieza a intuir que el famoso fruto no fue más que la primera práctica de sexo en la primera pareja humana. Aquel descuido que cometió Dios al decirles que “crecieran y se multiplicaran” sin aclararles el método para hacerlo empezaba a tener sus consecuencias. Supongo yo que Adán y Eva encontraron el método natural para multiplicarse que el buen Dios había puesto en sus cuerpos, pero al parecer este método no resulto del agrado de su diseñador. Seguramente el buen Dios había esperado que emplearan algún otro método hasta el momento actual desconocido. ¿Había algún otro método de reproducción humana que no sea el que Adán y Eva encontraron?

Génesis 3:8

Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los arboles del huerto.

Génesis 3:9

Mas Jehová Dios llamo al hombre, y le dijo: -¿Dónde estas tu?

Génesis 3:10

Y el respondió: -Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

Génesis 3:11

Y Dios le dijo: -¿Quién te enseño que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?

Vamos a ver si nos entendemos señor Dios, ¿no les mandaste que se multiplicaran? ¿O quizá se los prohibiste después cuando les dijiste que no comieran del famoso arbolito? ¿Se lo ordenaste y se lo prohibiste al mismo tiempo? Para volverlos locos a los pobres, desconcertaditos debieron quedarse ante tu pregunta, respondieran lo que respondieran debían sentirse culpables. Aquí empieza la famosa tradición culpabilizadora del dios cristiano, hagas lo que hagas lo importante es que te sientas culpable.

Génesis 3:12

Y el hombre respondió: -La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.

Génesis 3:13

Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: -¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engaño, y comí.

Génesis 3:14

Y Jehová Dios dijo a la serpiente: -Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.

Que astuto el buen Dios, ya no pregunta a nadie más, sabe de antemano que si la serpiente anda por medio ya no hay que buscar otro culpable, pero no maldice al demonio disfrazado en la serpiente, maldice a la serpiente directamente condenándola a andar sobre su pecho, es de suponer que fue en ese momento donde la serpiente perdió las patas que antes debía tener. Seguramente Adán y Eva observaron en vivo y en directo a la creación por Dios de una nueva especie, la serpiente sin patas que se arrastraba y comía polvo.

Génesis 3:15
-Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente

y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tu le herirás en el calcañar.

Menos mal que Dios, en su generosidad solo la autorizó a herirnos en el calcañar, así que no temáis cuando una serpiente os muerda en otro sitio, sólo son peligrosas si muerden en el calcañar, palabra de Dios.

Génesis 3:16

A la mujer dijo: -Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y el se enseñoreará de ti.

Pelín machista el buen Dios, no sólo nos condena a lo mismo que luego condenará a Adán, si no que además nos condena a dolores extras del parto y la preñez. Claro que hubiera tenido su gracia el ver al Adán sufriendo los dolores de la preñez y el parto aunque no se quedara preñado ni llegara a parir nunca.

Génesis 3:17

Y al hombre dijo: -Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de el; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.

La liamos, ya tenemos al Yavé enfadado, al Yavé sin sentido del humor, el Yavé del mal humor perpetuo, algo le había salido mal y condenaba a sus criaturas por su torpeza. Con lo bien que hubiera quedado si no hubiera plantado el arbolito, con lo bien que hubiera quedado si hubiera explicado claramente como quería que se reprodujeran. Pero no, en lugar de eso se coge un cabreo terrible, una ira que todavía le dura después de siglos y siglos de aquel triste suceso, después de generaciones y generaciones de seres humanos.

Génesis 3:18

-Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.

Génesis 3:19

-Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

¡Ala! problema resuelto, como no te reprodujiste como yo quería te condeno a muerte, a ti y a todos tus descendientes, ¡pa que espabiles tío listo! Además para comer tendrás que curar todos los días, y sufrirás, y enfermaras, padecerás enfermedades y muertes horribles.

Génesis 3:20

Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.

Génesis 3:21

Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

Menos mal que Yavé tuvo un acto de conmiseración con sus criaturas y les hizo unas túnicas de piel, se supone que con las hojas de higuera debían estar poco decentes. Claro que me pregunto yo si a Adán y a Eva les importaba eso mucho después de la que les acababa de caer encima.

Génesis 3:22

Y dijo Jehová Dios: -He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.

Y no solo los condenó a ellos y a todos sus descendientes al sufrimiento, a la enfermedad y la muerte, se ocupo mucho de que no pudieran arrepentirse y volver a comer otra vez el fruto del árbol de la vida, no fuera que con el arrepentimiento se ganaran la vida eterna. Por cierto ¿os suena de algo eso de “la vida eterna”?

Génesis 3:23

Y lo saco Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.

Génesis 3:24

Echo, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

¡Anda que menudo cabreo se pillo el Yavé! un cabreo que todavía le dura, puesto que seguimos muriendo, sufriendo y enfermando. Dicen que más tarde Yavé envió a su hijo para redimirnos de este primer pecado, incluso hay quien afirma que nos redimió, pero no parece estar muy claro, por que a pesar de todo seguimos trabajando, sufriendo, enfermando y muriendo. Las consecuencias de aquel primer pecado siguen durando hasta hoy, a pesar de que algunos dicen que con la muerte de su hijo nos redimió. No me queda muy claro en que consistió esa redención si seguimos padeciendo y muriendo igual que antes de que nos redimiera. Lo suyo es que después de la redención hubiéramos vuelto a estar en el Edén como antes de pecar, sin muerte y sin sufrimiento.

Al parecer dios puso a cuidar la entrada del huerto a querubines, dicen que una clase de ángeles, que como Satanás no habían sido creados todavía. Al parecer al buen Dios se le había olvidado crearlos en los seis días de la creación, pero aun increados ya estaban haciendo de las suyas. Al parecer algunos de ellos se habían rebelado contra Dios a pesar de estar increados.

Quizá os parezca mentira, pero no lo dudéis si no queréis condenaros al infierno, esta es la forma en que el mismo dios describe con sus palabras la creación del hombre y el pecado horrible por el que nos condenó eternamente.


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