¿Quiénes son los Testigos de Jehová?
Los Testigos de Jehová son una denominación cristiana de origen norteamericano de finales del siglo XIX, y como muchas de los grupos religiosos nacidos en esta época son milenaristas, pues predican un inminente fin del mundo. Los Testigos predican el “Armagedón”, término extraído del Apocalipsis. La mayoría de las denominaciones cristianas no la aceptan como tal, porque rechazan la divinidad de Jesús, pero para efectos prácticos, sí lo son porque basan su doctrina en las enseñanzas de la Biblia (según su interpretación particular).
Esta denominación fue fundada por Charles Taze Russell, quien en la década de 1870 creó el grupo de los Estudiantes de la Biblia. Con este grupo estableció el segundo regreso de Jesucristo para el año de 1874.
Especulaciones sobre el fin del mundo
El año de 1874 pasó, y nada de lo pronosticado por los “Estudiantes de la Biblia” ocurrió. Así empezaron desde su inicios en una larga tradición de predicciones fallidas del fin del mundo. ¿Cómo salirle del paso a la decepción por el fallo del cumplimiento de la profecía? Fácil, Russell dijo que cuando Jesús resucitó ya no tenía un cuerpo físico sino uno espiritual y que por lo tanto la segunda venida era “invisible”. ¡Ahora las mentes escépticas no sólo tienen que imaginarse cómo resucita un muerto, sino cómo resucita un muerto con un cuerpo espiritual invisible!
En 1884, Russell fundó la Sociedad Watchtower (Atalaya) que se convirtió en la corporación legal que servía a los Estudiantes de la Biblia. Para el año de 1890 los seguidores de Russell eran 400 (Le fue muy bien para haber inaugurado su movimiento con una profecía fallida) y pronto estableció la doctrina del Armagedón, que no es más que la gran batalla del bien contra el mal, el fin del mundo y el establecimiento del reino de Dios. Nuevamente Russell se apresura a ponerle fecha al fin del mundo, esta vez para 1914.
1914 vino y se fue y no pasó nada. Cero cumplidas y van dos. Como la profecía fracasó, la sociedad Watchtower decidió transferir todas las doctrinas sobre 1874 a 1914; esto es, la venida “invisible” de Cristo habría ocurrido realmente en 1914. Poco después Joseph Franklin Rutherford se convirtió en presidente de la organización y les dio su nombre actual: Testigos de Jehová.
Basándose en los escritos de la sociedad, los Testigos de Jehová esperaron el momento crucial en el año 1918. Otra vez, no pasó nada. Cero cumplidas y van tres. Al no ocurrir nada, Rutherford tampoco resistió la tentación de fijar fechas para el Armagedón: primero 1925 , año en el cual no ocurrió nada importante, excepto que tres cuartos de los Testigos decidieron abandonar la secta, cansados de las profecías fallidas: cero y van cuatro. Ante esta cuarta profecía fallida intentaron otra fecha; señalaron vagamente la década de 1940. Como para 1945 había llegado el final de la segunda guerra mundial, y no había pasado el fin del mundo, volvieron a mover la profecía. ¡Cero cumplidas y van cinco!
Cabe anotar que Joseph Franklin Rutherford escribió el libro “Millones que ahora viven no morirán jamás” en el que predicaba el fin para 1925 y con tal fin, mandó a construir una hermosa mansión a la que llamó Beth Sarim (Casa de los príncipes), porque según su profecía, en 1925 resucitarían Abraham, Isaac y Jacob y se mudarían a la casa que les construyeron los hermanos Testigos de Jehová. ¿Conmovedor verdad? No importa la abundancia de gente sin hogar en el tercer mundo; ellos tenían que construir esa hermosa mansión para los muertos. A fin de cuentas, ¿No eran los grandes profetas resucitados quienes la usarían?… En realidad, parece que a los profetas no les gustó mucho la casa… ni siquiera los visitaron, y quien terminó viviendo en Beth Sarim fue… ¿Se arriesga a adivinar? Claro, Rutherford.
El escritor de “Millones que ahora viven no morirán jamás” murió sin ver el cumplimiento de su palabra profética, pero para compensar su pesar vivió en una mansión opulenta gracias a los aportes de sus fieles.
Luego de Rutherford vino Nathan Homer Knorr y a este le sucedió Fred Franz, quien escribió en 1966 el libro: “Vida eterna en la libertad de los Hijos de Dios”, el cual fijaba el fin del mundo para 1975. Ahora la razón era que en 1975 se cumplían los 6 mil años de la creación del hombre y eso significaba el fin del mundo. En “Life Everlasting in Freedom of the Sons of God”, página 29 y 30 se lee lo siguiente: “Los seis mil años de la creación del hombre terminarían en 1975, y el séptimo período de la historia humana comenzaría en el otoño de 1955 DC… Y no habría de ser un asunto meramente accidental, sino que estaría de acuerdo al propósito amoroso de Jehová Dios para el reino de Jesucristo, el señor del sábado, que habría de suceder en forma paralela con el séptimo milenio de la existencia humana”
Bueno, en esta época algunas personas ya sabían que el hombre no apareció sobre la Tierra hace 6 mil años, sino que nuestra especie, Homo sapiens, apareció hace muchas decenas miles de años. Además, antes de nuestra especie han existido muchas otras especies humanas, tales como Homo habilis, Homo erectus, Homo neanderthalensis, entre otras. Sin embargo, muchos fueron engañados de nuevo (por el analfabetismo científico y la falta de escepticismo). Después de este chasco un millón de fieles abandonaron el movimiento. Cero cumplidas y van seis.
En 1980, la Sociedad Watchtower sugirió que los Testigos y el cuerpo editorial estuvieron muy entusiastas acerca de la “posibilidad” del Armagedón en 1975. Este intento de recuperar los disidentes fue un completo fracaso. Lo único que hicieron fue echarle el agua sucia a los fieles por un error del cuerpo gobernante de la Watchtower.
Y aunque nada igual de escandaloso volvió a ocurrir desde entonces, hubo una última profecía fallida que suele pasar sin notar por parte de los lectores de la literatura que distribuye la Watchtower. Para entender esta profecía se debe comprender la imagen que tiene un Testigo de Jehová del cuerpo gobernante. Para ellos, la Sociedad Watchtower es el “siervo fiel y discreto” de un pasaje de la Biblia, Mateo 24, 45ss. Para ellos, en estos “tiempos finales”, la que imprima la Watchtower en su literatura es tan infalible como lo es el Papa para los Católicos.
¿Cuál es entonces la última profecía fracasada de la Watchtower? La revista “¡Despertad!” es la publicación con la cual comienzan el proceso de adoctrinamiento. Tiene el aspecto de ser una revista de temas variados y de interés. En su recuadro de justificación, en la página cuatro de todas las revistas anteriores a Agosto de 1995 decía lo siguiente:
Por qué se publica ¡Despertad!
¡Despertad! es informativa para toda la familia. Muestra cómo hacer frente a los problemas de nuestro tiempo, presenta noticias de actualidad, habla acerca de las gentes de otros lugares, analiza temas de religión y ciencia. Pero va más allá. Sondea su trasfondo e indica cuál es el verdadero significado de los acontecimientos actuales, aunque siempre mantiene una postura neutral en lo que respecta a la política y no favorece a unas razas sobre otras. Más importante aún: esta revista promueve la confianza en la promesa del Creador de establecer un nuevo mundo pacífico y seguro antes de que desaparezca la generación que vio los acontecimientos de 1914. (Enfasis mío)
—¡Despertad! 8 de agosto de 1995, p. 4.
Ahí, la Watchtower volvió a cometer el error de profetizar: Habló en nombre del Creador y puso fecha límite de cumplimiento.
La noción bíblica de “generación” que utilizan los Testigos ha variado mucho a lo largo del tiempo: desde unos 30 años hasta unos 80, para poder dar tiempo de que se cumplan sus falsas profecías. En la época en que se escribía esto, los Testigos mantenían que una “generación” bíblica era de 80 años, así que el nuevo mundo pacífico debería haber llegado en 1994.
Claro, llevamos 7 años desde eso, y el mundo sigue igual de violento. La profecía falló. ¿Cuál fue la reacción del cuerpo dirigente de la Watchtower Society? Consistió en “retirar” la profecía de forma “fiel y discreta”:
Por qué se publica ¡Despertad!
¡Despertad! es informativa para toda la familia. Muestra cómo hacer frente a los problemas de nuestro tiempo, presenta noticias de actualidad, habla acerca de las gentes de otros lugares, analiza temas de religión y ciencia. Pero va más allá. Sondea el trasfondo de los acontecimientos actuales e indica cuál es su verdadero significado, aunque siempre mantiene una postura neutral en lo que respecta a la política y no favorece a unas razas sobre otras. Más importante aún: esta revista fomenta confianza en la promesa del Creador de establecer un nuevo mundo pacífico y seguro que pronto reemplazará al sistema de cosas actual caracterizado por la maldad y la rebelión. (Énfasis mío)
—¡Despertad! 22 de julio de 1996, p. 4
En otras palabras, le quitaron el límite de tiempo: “pronto” puede ser mil años. A fin de cuentas, los cristianos de casi todas las sectas de la historia llevan esperando durante 2000 años el “inminente” regreso de Cristo. Cabe anotar que ahora los Testigos de Jehová recibieron “nueva luz” (el término doctrinal que usan para “borrón y cuenta nueva”): la generación de la profecía evangélica se refiere ahora a “las gentes de ese tiempo”; en otras palabras: una generación es cualquier cosa que se ahora deseen los Testigos de Jehová.
Así llegamos al marcador final (¿por ahora?): Cero cumplidas y fueron siete.
La profecía sin lógica
Hay otro aspecto sobre la “venida invisible” de 1914 que la mayoría de las personas no saben. Los testigos armaron una profecía utilizando una historia contenida en Daniel 4. Sin embargo, al leer detenidamente la pintoresca historia, el lector se puede dar cuenta que no es ninguna profecía sobre el tiempo en que vendría Jesucristo a inaugurar reino alguno. Todo este asunto del “Reino de Jesús” en 1914 no es más que una interpretación absurda y fuera de contexto.
Para poder saber porque esta “profecía” es una interpretación fuera de contexto debe revisarse las inconsistencias lógicas e históricas que rodean esta profecía.
Los Testigos de Jehová afirman que el Reino de Dios terminó en la tierra cuando el rey Nabuconodosor destruyó la ciudad de Jerusalén. Luego vendría “el tiempo de los gentiles”, y luego de pasados “siete tiempos” se restauraría el “reino de Dios”.
Lo primero que debe analizarse es el punto de partida de los “siete tiempos”, es decir la destrucción de Jerusalén por parte de Nabuconodosor, o más específicamente cuando Nabuconodosor quitó del trono a Sedequías (El último rey judío); esto lo fechan los Testigos en el 607 AEC para llegar, “después de 7 tiempos” al año de 1914. Pero no hay ningún documento histórico que apoye esta fecha: En realidad, la inmensa mayoría de los historiadores, incluso los creyentes de otras ramas del cristianismo, datan la caída de Jerusalén en el 586 AEC.
Luego viene el asunto de los “Siete tiempos”. Este concepto sale del capítulo cuarto del libro de Daniel, el cual narra que el Rey Nabuconodosor (Rey de Babilonia) tuvo un sueño en que se le advertía que estaría loco por siete años, en los cuales viviría como un animal salvaje comiendo hierba. Según el libro de Daniel, esto ocurrió porque Nabuconodosor no reconoció a Jehová como Todopoderoso.
Ahora viene otra maniobra por armar la profecía. Los testigos basados en Apocalipsis 12: 6, 4. llegan a la conclusión que “siete tiempos” sería dos veces 1260 días, ósea 2520 días. La construcción de la fantasiosa profecía continua cuando los Testigos dicen (basados en Números 14:34) que para Dios cada día es como un año. Por lo tanto la profecía al afirmar que deben transcurrir “siete tiempos”, esta diciendo que deben pasar 2520 años.
En este punto ya está armada la profecía. Partimos del año 607 AEC, le sumamos 2520 años y se llega al año de 1914. Sin embargo, la historia de la locura de Nabuconodosor no es una profecía, es tan solo la historia de una supuesta advertencia dada por el dios Jehová al rey más poderoso de la época, quien resulta castigado terriblemente.
Aún si el texto de Daniel 4 fuese una profecía, no podría tomarse como cierta. Pues no existe ningún registro escrito que diga que este rey halla durado loco por siete años. Esto es curioso ya que si hay documentos que mencionan al rey Nabuconodosor ¿Será que durante siete años, los babilonios no se dieron cuenta de que su rey se comportaba “algo raro”?
El simple hecho que esta historia tan singular, sea probablemente falsa deja sin piso toda la profecía.
Testigo de sus especulaciones
En la revista “Atalaya” de mayo de 1984 los Testigos de Jehová afirmaron que “usted, junto con los sobrevivientes de la generación de 1914, puede llegar a ver un nuevo orden.(Pág. 107)” En este número de su revista, los Testigos afirman que el Armagedón ocurriría antes que pasara la generación “que vio” los acontecimientos de 1914. En la portada de este ejemplar aparece la fotografía de un grupo de personas de 70 a 90 años, con la leyenda -1914- La generación que no pasará. ¡Desafortunadamente ya no quedan muchas personas que hayan estado vivas en 1914 y el Armagedón no llegó!
Conclusiones
La postura racionalista -presente en el ateísmo- insta a examinar cada una de las afirmaciones que hacen tanto las personas de la ciencia, la filosofía y la religión. Tras analizar la historia de los Testigos de Jehová, su listado de predicciones sin cumplimiento, su creación caprichosa de profecías, y lo más importante -su negativa a reconocer la falacia de su método, podemos concluir que este grupo promueve la irracionalidad a cambio de la esperanza en un mundo mejor. Los escépticos podemos afirmar que los Testigos de Jehová son los campeones mundiales en fracasar al profetizar el fin del mundo y uno de los más fieros estandartes del terrible fundamentalismo bíblico.
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